Saturday, April 29, 2006

CUATRO ACERCAMIENTOS A JESÚS (II)

Hay cosas que uno no puede creer, por ejemplo, los milagros. Digo, si no cree en ellos. Pero ¿y el milagro como metáfora? Es una especie de acto poético. Y en este tipo de actos, sí creo. Un acto que constituye una revelación, que provoca el entusiasmo y la alegría de vivir. En el Evangelio hay actos de este tipo, de gran belleza. Jesús como poeta.
Hoy, que llevo tres días de Feria, quiero acercarme al Jesús que se ríe. Al Jesús que asiste a las bodas. Se acaba el vino. Él tiene una relación especial con su madre. Ésta es -como mujer- la que se da cuenta de lo que pasa. Va a acabarse la alegría. Y Jesús considera tan importante eso...poéticamente, pide que le lleven enormes tinajas y vacías y que las llenen de agua. Y de repente es vino...del mejor. Este hombre que ríe, se ríe como nunca ante la sorpresa de todos y...que siga la fiesta.
Unos años más tarde, están muchos reunidos y no hay qué comer. Jesús pregunta si hay alquien que tenga algo. Y un niño, que tenía dos panes y unas pijotas, para él, dice: toma esto. Eso sólo se le ocurre a un niño...qué puede hacerse con eso. Pero Jesús es un poeta y crea la ilusión de compartir. Como un prestidigitador, empieza a sacar de la manga panes y peces y, como esos magos a los que nunca se les acaba el pañuelo que sale de la manga, tira y tira de pijotas y de molletes....Felicidad de dar lo de uno y de recibir lo del otro, y tener para todos, y estar juntos y no faltarle a uno "de na". Es la poesía del amor, para el que nada hay imposible y con un pan pueden comer miles, cientos de miles de personas. Con un poco de amor. Comer, vivir. "He venido para que tengan vida".
Desde la Feria, donde no se acaba el vino, donde se comparte el pescaito y el baile, donde el amor está en cada esquina, ¡alegría para todos!

Wednesday, April 26, 2006

EMPEZAR OTRA VEZ


"La meta es partir"
Giuseppe Ungaretti

Comenzar es siempre una meta.
Lo más difícil está hecho al comenzar, al ponerse en marcha.
Lo más difícil es dar el primer paso, salir de la deliberación en que uno se enreda y se justifica.
El razonamiento, el pensamiento, puede ser no más que una forma de dilatar la inactividad. De diferir la acción.
Y es en la acción donde nos hacemos, donde encontramos los triunfos y los fracasos que nos hacen.
Salgo. Me pongo en camino.

Thursday, April 20, 2006

EL MAGO DE OZ


“Yo soy otro que busca al mago, para que en este hueco me ponga un corazón”. El hombre de hoja de lata cree que no tiene corazón. Su mayor deseo sería amar. Está oxidándose de tanto como llora. Entonces, encontrará a Dorita que, con el fin de su infancia, se encuentra perdida en un mundo de amenazas y busca el camino de vuelta a casa. Juntos se enfrentan a peligros, en compañía de otros que también buscan algo: el león, su valor; el hombre de paja, su cerebro. Al final, encuentran a Oz. Pero el mago no tiene poder. Nadie tiene el poder de darles aquello que ellos niegan poseer. Y es en ese momento de decepción y tristeza, cuando Oz les hace mirarse en un espejo y verse como realmente son. Y descubren que tienen lo que buscaban, que siempre lo han tenido: el valor, el cerebro, el corazón, la infancia. Y que nadie podrá quitarles lo que en ellos mismos han descubierto, por el camino de la vida, a través de la amistad.
Todos tenemos miedo: "El mago de Oz" habla a nuestros miedos. Queremos que alguien nos ayude, estamos solos y nos sentimos sin poder. Así me siento yo también: sin corazón. Pero sólo dentro de mí puedo encontrar el amor.

Monday, April 17, 2006

CUATRO ACERCAMIENTOS A JESÚS (I)

Hubo una vez un judío. Ese Jesús, del que hablan los Evangelios, cuatro, porque cualquier realidad es poliédrica, cuatro, porque cualquier cosa es muchas cosas y cualquier persona es muchas personas. Cuatro como cuatro son las energías (espadas, oros, copas, bastos), cuatro los elementos (aire, agua, tierra y fuego), cuatro los puntos necesarios para orientarse (norte, sur, este y oeste)...Yo ahora quiero hacer cuatro acercamientos personales a ese hombre, a esa persona que vivió y que -a pesar de todo- sigue siendo visible, por sobre la acumulación de palabras, en los relatos evangélicos.
Jesús se encuentra con una mujer junto a un pozo. Están solos. Jesús es judío y la mujer de Samaria, un pueblo de otra religión. Es un ser inferior por partida doble: mujer en aquellos tiempos es basura; samaritana, es para un judío basura. Es -además- una notoria concubina, que ha tenido relación con siete hombres (decir siete era decir "no se sabe cuántos). Jesús es un maestro judío, una persona conocida, respetada, con fama de hombre santo. No hay nadie allí. Están los dos. Y Jesús va a ella y le pide que le dé de beber. De pronto están hablando, un hombre con una mujer. Y ¡comienzan a hablar de amor! Es el únco tema que interesa a ambos. Ella es la que siente la sed del desamor. Y eso sale a relucir. Pero Jesús habla de un amor distinto del que hasta ahora ha conocido ella: existe ese amor, un amor que sacie su sed de ser amada, como no lo ha conseguido hasta ahora. Y le dice que él puede darle a conocer ese amor, que él siente ese amor. Y ella le cree porque experimenta ese amor en ese momento, y sale corriendo a contarlo a las gentes, con una embriaguez espiritual semejante...¿cómo fue mirada por Jesús? ¿cómo experimentó el hablar de amor con un judío? Aún hoy es difícil de concebir.
Me quedo con esa enorme libertad: la libertad de prejuicios. Una persona hace veinte siglos es tan libre como para no tener prejuicios raciales, prejuicios morales, prejuicios religiosos, prejuicios sexuales...para sentirse igual al otro, próximo a él, cercano, a pesar de todas las convenicionales diferencias que en la vida nos hacen sentir distintos. ¿He llegado en mi vida al grado de libertad que alcanzó ese judío?

Tuesday, April 11, 2006

MARTES SANTO



"Haz tu vida". Hacer mi vida, ese es el problema. Siempre es más fácil hacer "la vida de los demás". Haciendo la vida de los demás uno no está solo. ¿De verdad soy yo el que quiere salir esta noche a ver procesiones de Martes Santo? A mí me da igual. Si voy y las veo, estaré con los amigos, puede que me emocione incluso, tanto como ellos (soy sensible a las emociones), puede que algo suceda, charlaremos y pasaremos unas horas juntos, estaré metido en la vida, donde están todos los demás (en calles abarrotadas, en bares abarrotados, entre voces altas y griterío). Llegaré de madrugada, cansado y me sentiré bien, y me dormiré pronto. ¡Qué pereza me da salir! Si no salgo, si me quedo en casa, pondré cualquier película de las que me gustan y tomaré unas cervezas. Estaré solo y tranquilo. Me viviré así, en el silencio y la apatía. Comeré una pizza y estaré hasta tarde tumbado en el sofa, sin nada en la cabeza. Cuando me acueste estaré empapado en soledad, me sentiré vacío, separado de los otros, irremediablemente entristecido. ¿Por qué no me apetece hacer nada? ¿Por qué no hago nada cuando estoy conmigo? ¿Por qué ese vacío no sé llenarlo y doy vueltas y vueltas sobre la nada? "En soledad no se vive" (resuena la frase de Aleixandre en mi cabeza). Vivir es estar con otros, vivir es convivr. Es la única salida saludable. El "lobo estepario" se resiste. Ha de forzarse a vivir en manada. Abandonar su covacha y seguir al grupo. "Haz tu vida", me decía mi madre. Pero soy un bicho raro, y no tengo vida propia, más allá de algunas regularidades. Entonces, como una lapa, me aferro a otro que me lleve, que me arrastre y empuje, y acaso a veces llego a entusiasmarme y me creo mi propia vitalidad. Pero, en el fondo, no deseo la vida. Y a la vez ¡cuánto la deseo! "Hacer mi vida" se ha de convertir en imponerme una vida, imponerme el vivir. "Un sí, un no, una recta, una meta", como dijo Nietzsche. Esta noche seré una oveja más, una oveja encantadora. Ser encantador, sencillo, previsible, cómodo, agradable... "Amoureux", para ser amado. Mi vida será, esta noche, dejarme amar, hacerme amar. Martes de pasión.

(Dedicado a José Joaquín, con foto)

Saturday, April 08, 2006

ABRIRSE A LA SABIDURIA


Evragio Póntico dice: "bienaventurado aquél que ha alcanzado una ignorancia infinita". Dionisio Areopagita añade: "el hombre que más vinculado está con Dios en esta vida, está unido a él como un total desconocido". Raimon Panikkar ("Invitación a la sabiduría", a cuyo libro corresponde esta recensión) incluye estas citas y señala que "la sabiduría no se consigue sabiendo muchas cosas, sino no-sabiendo". "Verdad y sabiduría tienen carácter existencial", no intelectual. Surgen de la experiencia, de un contacto con la realidad: "sapere" tiene que ver con "sapore", gustar, saborear: algo se conoce gustándolo. De hecho, lo contrario de la sabiduría, no es la ignorancia, sino el exceso de conocimiento (la "polimathía"). "Saber de todo -dice Heráclito- no enseña a comprender". Para recibir la sabiduría debemos desasirnos de nuestra necesidad de controlarlo todo con la razón, de la soberbia de imponer nuestro juicio a las cosas.

La sabiduría es una armonía personal con la realidad, y la reconocemos por sus frutos: libertad, paz y alegría interiores. La sabiduría se nos da gratuitamente, como un regalo, cuando nos abrimos con humildad a la realidad y la acogemos como es: algo que interactúa con nosotros, que nos transforma y a lo que transformamos, algo con lo que tenemos capacidad de diálogo y resonancia.
Viene la alegría al recibir lo desconocido, lo que nos resulta amenazador o nos impacienta, y viene después de una lucha (con nuestra necesidad de comprender, con nuestro miedo a dejar que el ser sea lo que es). Se trata de no alejarnos, de no cerrarnos. Quedarnos allí donde la realidad nos encuentra, donde nos interpela, abiertos a algo que viene a nosotros y se manifiesta (huesped o ángel). Se trata de dar tiempo a que se desenvuelva esa relación y el huésped adquiera un rostro y un "nombre", tiempo de reconocerle y que nos reconozca.
Esa actitud de recibir comprende el dejar marchar al otro si lo desea. A veces la sabiduría consiste en reconocer que no hay fecundidad en la relación. Pero, a cambio de ese riesgo, puede llegar la sabiduría y la experiencia del otro -por el amor- puede transformar el recibir en un auténtico concebir: aquello a que nos hemos abierto puede brotar y florecer y transformarse en una nueva vida en nosotros.
La sabiduría puede llegar a nosotros, si practicamos el desasimiento, que consiste en acoger nuestra ignorancia y "guardar estas cosas en el corazón": el amor situa lo que no entendemos, en nuestro corazón, esto es, en un lugar vivo, donde puede crecer. Confiar en la sabiduría, que encuentra el camino de realizarse. "No podemos malgastar nuestro tiempo con cualquier cosa que -aunque sea importante y agradable- no implique sabiduría, no comporte salvación y no provoque alegría", concluye Panikkar.

Wednesday, April 05, 2006

LABERINTO


De pequeño, por Sanfermines, mi madre nos llevaba a mi hermana pequeña y a mí a "las barracas” (en Sevilla le llaman “la calle del Infierno”). Recuerdo que las barracas eran como otro mundo, lleno de olores a churros y patatas, de humos de frituras, con el suelo de tierra, entre árboles, a las afueras de la ciudad, con muchas luces y ruido, con las atracciones de todos los años (la noria, los baturros pisando uva, el tren de la bruja, el látigo).
Es en esa época cuando tuve la experiencia del laberinto. Se trataba de un laberinto de cristal. Recuerdo el miedo que pasé cuando no encontraba la salida. Veía a mi madre reírse, pero yo una y otra vez me encontraba con las paredes de cristal que me cerraban el paso.
En el laberinto tenemos la experiencia del miedo. Es un miedo irracional a quedar atrapados para siempre, cuando todos sabemos que la salida existe y es cuestión de poco tiempo el encontrarla. Pero, aún así, llega el miedo y llega la angustia y uno se pone muy nervioso, y –si es niño- hasta llora y nunca olvida la risa de su madre.
Ahora, a veces, de mayor, tengo ese miedo. Quedar atrapado entre ideas y miedos que me cierran el paso a la realidad. Esa forma de vivir en la mente, en el pensamiento que separa de la vida, que nos pone del otro lado de la vida. Pero tal vez ese miedo es también irracional…y puedo reírme y estar seguro de que se puede salir.

Saturday, April 01, 2006

COMO ROBINSON


Como Robinson, he decidido sobrevivir. Me he levantado en una playa, arrojado por un naufragio y he mirado al mar. Y me he metido en el agua a buscar lo que en el barco hundido podía servirme para ir viviendo. He ido recogiendo con prisa un heterogéneo catálogo de cosas que el azar preservó para mí y que la marea alta amenazaba con perder. El naufragio pone de manifiesto lo que de verdad importa, lo esencial que cada uno estamos dispuestos a salvar. Debemos renunciar a tantas cosas con las que no podemos cargar hasta la playa. Tomamos, entonces, nuestro tesoro y reconocemos lo que de verdad es valioso para nuestra vida. Simplificamos. Y seguimos escribiéndonos cosas en un viejo cuaderno, hasta que un día encontremos la huella de otra pisada en la arena.