Thursday, August 17, 2006

LAS LUCES DE LA NOCHE


En “La educación de las hadas” (Cuerda) el amor de ella por él, le lleva a abandonarlo para vivir en soledad la grave enfermedad cuyo diagnóstico ha recibido en secreto. Lo que queda es peor que lo que se tuvo y por eso se va. Queda el sufrimiento y el sufrimiento ¿no acaba con el amor?

En “Los restos del día” (Ishiguro), Stevens, el mayordomo, se da cuenta durante su encuentro con la antigua dama de llaves, de que lo mejor de su vida –los años que trabajaron juntos- ha pasado, que la ocasión del amor pasó, que en su trabajo empieza a cometer errores (errores que él sabe bien lo que significan)…y cuando piensa sobre todo esto durante el final de una tarde en Cornuailles, observando que todos esperan que se enciendan las luces del paseo, el desconocido sentado a su lado en un banco le explica: “hay muchos que prefieren la noche al día”. Queda la noche…y las luces de la noche.

Tuesday, August 08, 2006

SU AMIGA


En el parque de Oviedo olía a césped recién cortado. La niña solitaria jugaba con su amiga de piedra. Inventaba juegos con ella. De niños, todo tiene vida, todo nos habla, con todo podemos jugar. En ese momento, cuando iba a hacer la foto, parece que la estatua por un momento se giró.

Thursday, August 03, 2006

¿ARTE?


Esta foto la saqué en Oviedo, en una exposición de arte contemporáneo. El autor, francés o belga (un tal Jean J. Parent), forma bolitaS con trozos de hoja de periódico, de distintos colores y tamaños y las coloca sobre una superficie plana. Tirar papeles puede constituirse en arte, si uno es capaz de apreciar la belleza. La sensibilidad de cada uno se despierta o no ante esta imagen, evocando o no, gustando o no. Así, mirando esta "tontería" sin prejuicios, me parece contemplar un bello universo accesible y portátil de planetas y satélites. ¿No es bella esa cercanía de formas irregulares, próximas y lejanas, solitarias o gremiales? ¿no es grata la gradación de tonos claros, ante la firmeza de lo azul y lo negro, o la sutileza entre lo blanco y lo beige? Es, en todo caso, un placer poético.