Friday, May 29, 2009

ESE QUE YO QUIERO SER

Si alguien quise ser, fue Vinicius de Moraes, poeta y ex-diplomático. Alguien muy parecido a él conocí y fue mi amigo y ahora lo recuerdo, artista él, hombre culto, jugador de golf también, enamorado pertinaz de Portugal, y de las bellas mujeres, de los libros y de los raros. Ambos comprendían esta vida breve como un arte, el arte del encuentro con los otros, el arte del amor que nos tengamos, del vagabundeo continuo por esas playas, por esos lugares de encuentro, tomando una cervecita juntos, sí, perdiendo la mirada en el encuentro de tierra y mar, para acabar viendo toda la tierra rodar. Algo así, tan tranquilo como ese poeta en su mesa camilla, pertrechado de su whisky preferido. Tan alegre como ese poeta que entra bailando en el escenario, a gusto con sus amigos, cantando con ellos a la vida que va pasando, a la felicidad que es una cosa loca y delicada también. Mi felicidad creo que es esa misma felicidad de Vinicius: Sarabá.



Y esta otra canción, la Samba de Orly, en la que Toquinho, su joven compañero, risueño, con su guitarra, siempre junto al maestro, componiendo temas nuevos, ejecutan una música suave y cariñosa, como una joven mujer que se adentra en el agua de las playas de Copacabana.



Miucha, hermana de Chico Buarque D'Hollanda, el joven poeta de la revolución brasileña, autor de preciosas letras de amor, canta aquí con el maestro de la bossa, Antonio Carlos Jobim, que inspiró al mundo del jazz también hacia la música brasilera, cantando juntos esa samba del que vuela sobre Rio y se encuentra al Cristo Redentor con los brazos abiertos, ese Cristo que domina y perdona. Esa poesía de la fe en ese Cristo visto desde el avión, como un Cristo que abre sus brazos a todos los hombres del mundo, algo no exclusivo sino compartido por todos en una especie de mestizaje de amor, probablemente heterodoxo pero gozosamente heterodoxo y universal: como la samba que une a hombres y mujeres en una misma danza.

Wednesday, May 27, 2009

GERMAN COPINI SINFÓNICO

Para Mertxe



¿Qué ha sido de la movida? Hace poco se presentó en Sevilla el musical "Hoy no me puedo levantar". La historia que sirve de vehículo a las canciones de Mecano es la de unos jóvenes de pueblo que van a Madrid para hacerse famosos como músicos de rock. Uno de ellos acaba enganchado en la droga y muere. A partir de ese momento la obra se convierte en un canto fúnebre por nosotros mismos: es como si toda una época de ilusión y desmadre hubiera acabado en el puro desencanto.
El fin de semana pasado, en un bautizo, sonó esa canción, "Malos tiempos para la lírica". Golpes bajos, German Copini. Salimos a cantarla abrazados unos cuantos amigos, repitiendo su letra a gritos, en una exaltación muy propia de aquellos tiempos.
Ahora busco a German Copini en "You tube" y encuentro una versión sinfónica de "Malos tiempos". La movida acabó. Qué lejos quedan Siniestro total y ese exabrupto: "lo que me pasa es que me pica un huevo". Cosas de juventud. Ahora, traje de buen corte, pinganillo en la oreja, gran orquesta y arreglos edulcorados.
Malos tiempos -¡en verdad!- para la lírica. Pero no aquellos, sino más bien estos, en que apenas nos quedan himnos que entonar. Y, a pesar de todo, somos tributarios del amor por la música de gentes como German Copini. Y no, no fue estéril esa ilusión, esa fantasía de los ochenta, porque nos ha hecho más libres, más creativos. Aunque ahora vistamos y hasta sintamos de otra manera.

Sunday, May 24, 2009

CORAZÓN CORAZA



Leo en "El rincón de Shelma", estos versos de Benedetti:
"porque te escondes dulce en el orgullo...pequeña y dulce
corazón coraza..."
Como el cangrejo, de tierna carne, que por fuera es duro. ¿Cómo llegar a ese corazón que no se asoma? Hay que adivinar el gesto por bajo de la dureza. Hay que hablar a esa concha dura con ternura, para llegar a la profundidad delicada. Hay que tratar con un rostro impasible, el ademán adusto, la severidad distante que protege, pero también limita y encierra; y adivinar, más adentro de eso que se muestra, la textura finísima de un corazón sensible y vulnerable de esa mujer lejana, que es mía y no es mía, que es la otra cara de la luna.

Friday, May 22, 2009

EL ALMA DEL FETO

El feto de menos de trece semanas no es únicamente un ser vivo, como dice la ministra Bibiana Aído, es un ser humano. Abortar es -pues- eliminar una vida humana. Eso no habría que discutirlo, por evidente. Lo difícil, lo imposible es tratar de fijar "la humanidad" del feto como una cualidad que éste "adquiere" a partir de un determinado momento de la gestación. Imposible, por absurdo. Es volver a la distinción entre cuerpo y alma. Ese ser minúsculo, único e irrepetible, producto de millones de años de evolución y de historia, es, desde el primer momento, persona, con toda la dignidad humana que ello comporta, y con todo el derecho a la protección jurídica, mayor cuanto su indefensión lo requiere.
Una cosa es el efecto jurídico que la ley anude al hecho de destruir esa vida humana (desde castigarlo como delito a favorecer su práctica por vía de liberalizar la dispensación de medios contraceptivos). Ello podrá depender de la consideración de otros intereses en conflicto, que se consideren igualmente dignos de protección. De la elección que haga el legislador dependerá nuestra calificación de la ley como justa o injusta (según nuestros criterios éticos). Pero cosa bien distinta es pretender negar la entidad del hecho en que el aborto consiste, hacer de ese hecho algo irrelevante y convertir el feto en poco más que una víscera, una excrecencia. El aborto es de un acto de una trascendencia humana tremenda y en todo caso constituye un mal, tanto a nivel personal como social.
El Derecho, para sus propios fines, utiliza ficciones. Por ejemplo, a la hora de atribuir derechos a un nacido, requiere que viva veinticuatro horas desprendido del seno materno: entre tanto, se considera que no tiene "personalidad", que no puede tener derechos. La razón es impedir que el nacimiento de un ser inviable pueda alterar el destino familiar de los bienes. Esto justifica la ficción de no considerar persona al nacido. Pero nadie, en su sano juicio, negaría por ello que matar a ese recién nacido sea un delito.
Por lo mismo, hemos de distinguir lo que es la política legislativa de un determinado gobierno, de lo que es la realidad de las cosas. La ley debe regular conflictos y efectuar opciones, pero no puede -no es su misión- transformar la realidad de los hechos ni su calificación moral.

Thursday, May 21, 2009

DAR TIEMPO

"Defender la alegría" he leído en tu blog. En los momentos en que llega la tristeza, en que se aproxima el abatimiento...renunciar a renunciar. La paciencia no consiste en aguantar, no es algo pasivo, sino algo activo, es un ejercicio de fuerza: resistir y hacer de esa resistencia una afirmación de nuetro proyecto de ser. A pesar de los pesares y de las dificultades.
También leí que debemos dar tiempo a los demás y dárnoslos a nosotros mismos. Todo tiene una duración, cada proceso. Y las cosas maduran a su tiempo. No se pueden precipitar. No se puede coger el fruto antes de que madure. La impaciencia puede impedir ese proceso. Y tener paciencia es saber que aún no es el momento y tener la capacidad de consentir esa duración (mayor de la que quisiéramos) de las personas o de las cosas.
Defender el tiempo, dar tiempo y darnos tiempo, es la manera de conservar la alegría, de resistir con alegría.

Tuesday, May 19, 2009

LOS ÁRBOLES DEL MUNDO

A Nacho, que gusta de Benedetti



Este poema de Benedetti, cantado por Serrat, que escuchábamos cuando éramos más jóvenes e ilusionados, expone muy bien algo que todos deberíamos sentir y que Benedetti ha querido hacernos recordar: bajo la inmensa y mayestuosa variedad de la naturaleza, bajo la rica diversidad de este mundo, late -en el fondo- una esencial unidad entre todo y todos somos, en lo esencial, iguales. Lo que nos hace de alguna forma responsables, los unos de los otros. Y, con la magia de la poesía, sueña el poeta esa entrañable y desconocida solidaridad entre los árboles del mundo, que trama nuestra propia solidaridad humana, y nos alerta para reconocer el verdadero enemigo común que nos separa y divide. Precioso mensaje en una música llena de gracia.

Monday, May 18, 2009

NIETO Y LLEDÓ

Hoy, en Sevilla, un encuentro dialéctico entre Alejandro Nieto y Emilio Lledó, con ocasión del libro del primero "El desgobierno de la política". El administrativista, ya jubilado, está escribiendo libros importantes, en los que hace la "anatomía patológica" del Estado en nuestros días.
Me quedo con esto: no queremos ver la realidad. Preferimos una realidad virtual, hecha de frases pomposas como "Estado social y democrático de Derecho", "justicia para todos", "Soberanía del pueblo", "Democracia representativa". Queremos ver lo bonito: "no hay problema, vivimos en el mejor sistema posible". Cerramos los ojos y no queremos ver la realidad: los partidos no son el cauce de nada, los partidos están dominados por un grupo, que a su vez se preordena a un jefe; y en cuanto ganan las elecciones, lo que hacen es ocupar el poder y desalojar al enemigo de sus sillones. Quítate tú pa que me ponga yo. Es el poder lo que se trata de conseguir. Y luego están los socios de los vencedores, los que obtienen las prevendas. El Estado no es que sea una estructura con deficiencias: es que es un sistema perverso en sí mismo, porque su único fin es otorgar el poder a una minoría, y eso intrínsecamente supone la injusticia. Siempre hubo los de abajo y los de arriba, siempre el poder fue un instrumento para sojuzgar a una mayoría. Además el poder quiso obtener de esa mayoría sojuzgada la aquiescencia: primero, a través de la legitimación por la religión (Dios designa al Papa y el Papa corona al Emperador), luego -cuando Dios calló o no se le hizo caso- la legitimación democrática, el pacto social.
Hasta aquí Nieto. Lledó -que me convence más- se vuelve a los griegos, y en ellos descubre el inicio de una preocupación altruista: ante la menesterosidad del ser humano, hay que organizar la polis, y para ello hay que educar ciudadanos que se comprometan con el bien común y se entreguen al trabajo por la comunidad, bajo el principio de la decencia. En paralelo con los cuatro elementos que vemos en la naturaleza -agua, aire, fuego y tierra- también hay cuatro objetos para la cultura: la verdad, la justicia, la bondad y la belleza. Se trata de objetivos, de tensiones hacia algo que nunca se alcanza en su totalidad, pero que funcionan como impulsos de la acción del hombre, que le llevan más allá del egoismo primordial y necesario (para la propia subsistencia) hacia un territorio más amplio, hacia lo público, donde lo que cuenta no es el tener, sino el ser, el proyectarse más allá de los propios objetivos particulares, en pos de la grandeza, de la decencia política.
Nieto critica nuestra pasividad, nuestro conformismo ante una manipulación que nos induce a considerar nuestro sistema político como el mejor posible. Critica nuestra negativa a ver la dominación que sobre nosotros se ejerce y justifica. Critica nuestro deseo de no ser molestados con la una realidad deformada que no queremos ver.
Pero Lledó mantiene la necesaria llama de la utopía: necesitamos proyectos virtuales, necesitamos soñar con algo mejor, con belleza, con bondad, con justicia, con verdad.
Los dos tienen razón. Los dos son exquisitamente educados. Se dejan hablar. Conservan la calma. Exponen sus puntos de vista. Sin intentar convencer. Intranquilizando, provocando, Nieto. Porque, como alguien dice hoy, hay que meter libertad en la cabeza. Y supone tanta libertad cuestionar el hoy, como volver a Grecia para encontrar las claves del futuro.

Friday, May 15, 2009

SENTIMIENTOS PESADOS



Estos días he tenido sentimientos pesados. Y he recordado a Bukowski y su forma de vivir extremada, esa boca profanada y profanadora. Leí un libro suyo, creo que se titulaba "Todo lo que Shakespeere no hubiera hecho", en el que contaba un viaje suyo a la vieja Europa, ya como escritor consagrado, y su borrachera en directo, en el mítico programa "Apostrophe", completamente ajeno a cualquier dignidad, sólo fiel a su deseo de seguir bebiendo y viajando, en compañía de una preciosa mujer joven y rubia, con la que hacía el amor a cada momento, mientras ambos apuraban la vida a sorbos de vino blanco, botellas y botellas, enfrentándose físicamente a otros borrachos, envueltos en peleas con bujarrones y transitando los bajos fondos de cualquier ciudad. Vuelo bajo, arrastrado, sin destino, pero a la vez voz profunda, purísima y verdadera al leer sus poemas. Auténtico y emotivo viaje a la nada, con la misma pasión sin remedio con la que Charles Lloyd toca su música.

Tuesday, May 12, 2009

ANTONIO Y ENRIQUE



Hoy recuerdo a Enrique Urquijo, abandonado en ese portal de Malasaña. Hoy recuerdo ese grito: "agárrate fuerte a mí". Y recuerdo a ese Antonio Vega desdentado, consumido por la mala vida, casi sin fuerzas, pero cantando su canción. Han sido seres torturados pero enteros, cantando al amor hasta el final, engullidos por algo más poderoso que ellos mismos, algo de lo que no pudieron escapar, una sombra negra que les impidió ser felices. Que les impidió, sobre todo, hacer felices a los que amaban. Niños tristes y solitarios que nos entregaron su voz y sus poemas, para que ahora remontemos el vuelo hacia el cielo con que ellos soñaron.

En su recuerdo, con Xuso67 que colgó estas imágenes en la red.

Monday, May 11, 2009

LA BELLEZA



Michel Petrucciani era como un ruiseñor. Algo extremadamente frágil y sin embargo, lleno de vitalidad. Su vida estaba condenada por una enfermedad invasiva. Encerrado en un cuerpo grotesco, su alma grande y generosa estaba condenada al desamor. Y sin embargo qué belleza, qué energía era capaz de transmitir. Fue capaz de dar mucho más que cualquiera otro. Y fue capaz de vivir esa vida, con sus limitaciones, hasta el prematuro final. Feo, repulsivo casi, aprendió a asumir su identidad y desplegó su luz por todo el mundo. Quizás llegó a ser bello también, un ser de una especial y quebradiza belleza.

Sunday, May 10, 2009

MADELEINE PEYROUX, EN SEVILLA

Y hablando de imposibles, ayer estuvimos en el concierto que daba en Sevilla Madeleine Peyroux. Llevaba puesto el mismo sombrero que solía pasar al final de sus actuaciones en sus días de música callejera en Paris. Por la mañana habíamos ido al centro y atravesado por calles llenas de músicos. Pasamos delante del violinista, delante del chino que toca su raro instrumento de una sola cuerda, delante del grupo de jóvenes con sus marionetas...Pero esta Madeleine triunfó. Alguien la escuchó y le hizo recordar la forma de cantar de Billy Holliday, editó su primer disco y consiguió vender millones de copias.
Me sorprendió el llenazo del Teatro de la Maestranza. Era ese tipo de público del jazz, informal en su forma de vestir, original, hombres y mujeres que, a pesar de la edad, siguen conservando toda su belleza, todo su atractivo. Gente que había oído hablar de esta cantante americana, criada en Paris que, como Cenicienta, salió de la pobreza. El conjunto de Madeleine me resulto un tanto serio y su música tampoco me llegó a entusiasmar. No era jazz, o no era el jazz que a mí me gusta. Pero hubo un momento mágico. Los músicos se levantaron y se aproximaron a la cantante: el pianista cambió el piano por un juguete de plástico, el guitarrista tomá una pequeña mandolina, el batería apareció arrastrando una gran caja de cartón -como las que utilizan para dormir los sin techo- y comenzó a emplear en ella sus escobillas, y de pronto todos ellos reprodujeron la escena de un conjunto de músicos callejeros, tocando una melodía con acentos del Sena y de Pigalle. Fue un momento emocionante, porque nos sentimos transportados a una calle del Barrio latino, ante unos músicos fantaasmales. Madeleine no olvidaba sus orígenes, y todos los que allí estábamos casi esperábamos que al final pasara su sombrero pidiéndonos una propina. Fue un momento de libertad. Y he buscado en la red y -entre tantas canciones bellas suyas- he encontrado este vídeo simpático en el que Madeleine nos muestra a la gente antipática de este mundo, mientras recibe en la funda de su guitarra esas monedas de amor y simpatía que todos los dias lanzan por las calles de la ciudad las personas sencillas que están salvando el Planeta, esas personas que merecen la pena y para las que canta Madeleine Peyroux, con la misma frescura de entonces.

Saturday, May 09, 2009

LO IMPOSIBLE

¿Qué cosa hay imposible? Un Presidente negro en Estados Unidos. Un lendakari no nacionalista en Euskadi, llamado López. Que desaparezca ETA. Cuántos han cejado en su empeño abatidos ante lo que parecía imposible. Y sin embargo, otros insistieron y se enfrentaron al desánimo, con la fe con la que Allende proclamó, en su última jornada que, más pronto que tarde, volvería la libertad a las alamedas de Santiago.
Pienso esto ahora, recordando los tiempos del crimen y del miedo allí en mi tierra, mientras escucho música de Horace Parlan. Ese niño al que la polio había paralizado el lado derecho de su cuerpo, y que aprendió a tocar el piano con la mano izquierda, y a dejar caer la otra, deformada, con esos dedos imposibles, sobre el teclado, y que acabó creando su propio estilo de tocar con su mano buena, para convertirse en un maestro, ejemplo y estímulo para otros, componiendo melodías como este "Amor y Paz", que quiero aquí dedicar a todos los que padecieron la violencia y la intolerancia en el País Vasco y en el resto de España y quizás perdieron la esperanza de ver días como estos, de reconocimiento por su sacrificio y admiración por su valor y por su integridad. Con mi esperanza en un futuro de paz.

Thursday, May 07, 2009

NUNCA DECIMOS ADIÓS

Llevaba unos días doliéndome y hoy la dejé marchar. Una gran muela al final de la hilera superior. Me acompañó muchos años, pero ya no tenía abajo otra que le hiciera el juego, no había pareja y, claro, sin nada que mascar, sin desgaste, había ido creciendo más y más, a su aire, sin utilidad. Y algo que ya no sirve acaba dando problemas. Hay que decirle adiós y sacártelo de encima.
En esas estaba -pensando en otros ciclos que se cierran en la vida- cuando, en la sala de espera, una revista de Nathional Geographic me informa del descubrimiento de la momia de la reina Hatshepsut, cuyo mausoleo me maravilló en nuestro viaje por Egipto.



Fue en 2007 cuando el famoso arqueólogo Hawass dió a conocer la noticia. Una momia olvidada en el tercer piso del Museo Arqueológico, una momia con el brazo doblado sobre el pecho, signo de su procedencia real, fue identificada como Hatshepsut gracias...a una muela encontrada en una caja junto con vísceras en una tumba del Valle de los Reyes. Como el zapato de Cenicienta, la muela se fue probando en las momias hasta que encajó en la olvidada momia del piso tercero.
Y ahora, cuando ya hace rato que llevo mordiendo el algodón empapando la sangre de la herida, pienso en que cualquier cosa pequeña nuestra (mi muela que ya habrán tirado a la basura), es -aunque no lo parezca- algo importante, algo que encaja en lo demás y nos identificaría un día si alguien nos buscara. Y pienso que hay que decir adiós pero que nunca se dice adiós a nada, porque queda el hueco donde encaja aquello de lo que nos despedimos. Y aunque puede que este Hawass sea un tramposo y le guste demasiado el show bussines, y aunque no tengamos que creernos todo lo que nos cuentan, la historia de esa muela, hoy que he perdido la mía, es como un guiño de algún diosecillo bromista, que me ha hecho sonreir. Hoy simbólicamente entierro la muela y hoy -simbólicamente- entierro eso que ya no me sirve.

Hoy es siete de mayo.