Mertxe habla de "otra vida dentro de la vida". Esto enlaza con la historia del encuentro entre Vila-Matas y Sophie Calle -que comienza con una nota dictada por el aburrimiento, una nota inventora, en su cuaderno rojo de notas rápidas- y que se nos cuenta en "Porque ella no lo pidió", quizás uno de los cuentos de "Exploradores del abismo", último libro del escritor. Porque el encuentro tiene su origen en que "no fue pedido": es la falta de esa llamada la que origina la fabulación de la llamada y pone en marcha la historia del encargo. Verdadero o no, realidad o farsa, el encuentro en el Cafe Flore de París, forma parte ya de la vida real de Enrique Vila-Matas. La realidad no se desarrolla en un solo plano, sino en forma de espejos que se reflejan.
 Leo en una entrevista del autor para "Nuestro Tiempo": "El escritor peruano Ribeyro ha dicho que donde empieza la felicidad, empieza el silencio. Es decir, donde empieza la escritura empieza la infelicidad. Si uno está encantado de la vida no se le ocurre apartarse de esa situación y ponerse a escribir. La escritura siempre parte de algo que falta". El origen de eso que falta pudo ser algo que uno no vivió, pero vio y escuchó, siquiera como fantasía o reflejo, siendo niño, en un sueño del que fue despertado/destetado, un movimiento interrumpido del deseo que quedó congelado y fijo en un punto.
Leo en una entrevista del autor para "Nuestro Tiempo": "El escritor peruano Ribeyro ha dicho que donde empieza la felicidad, empieza el silencio. Es decir, donde empieza la escritura empieza la infelicidad. Si uno está encantado de la vida no se le ocurre apartarse de esa situación y ponerse a escribir. La escritura siempre parte de algo que falta". El origen de eso que falta pudo ser algo que uno no vivió, pero vio y escuchó, siquiera como fantasía o reflejo, siendo niño, en un sueño del que fue despertado/destetado, un movimiento interrumpido del deseo que quedó congelado y fijo en un punto. 
 Eso que falta y que buscamos al escribir, es la vitalidad que quedó interrumpida, la que admite todas las posibilidades, todas las derivas, todas las oportunidades. Y Sophie Calle, en la fábula, "quería cambiar de vida" y por ello propuso a Vila-Matas que escribiera una historia que ella habría de vivir, punto por punto, durante un año de su vida. A su vez Vila-Matas deseaba volver a la invención, para salir del callejón al que le había llevado su reflexión sobre el hecho de escribir y sobre la desaparición del autor. Queria inventar una historia que le permitiera dar un paso más allá, hacia el vacío que provocaba la inexistencia de un libro ("me apetecía ver qué sucedía cuando uno vivía las aventuras que previamente había escrito, es decir, cuando uno daba el salto de su propia literatura a su propia vida").
La literatura era consecuencia de la falta de vida, pero a su vez, podía dar argumento a la vida. Sentido. Porque lo importante era esto: tratar de vivir un argumento. Lo importante era preguntarse qué clase de vida llebaba la vida. Y qué era lo que realmente entendíamos por vida, en tiempos confusos como estos.
Todos pensamos alguna vez qué hubiera sucedido si hubieramos dicho lo que no dijimos a esa mujer que bajó del autobús y no retuvimos, si no nos hubiera importado el novio que tenía, si hubiéramos hecho el gesto necesario..."Pensamos haber vivido lo que se vivió como si fuese un borrador, algo que puede ser transformado..." Transformar lo que se vivió, reviviéndolo. "Como si ciertos fragmentos de mi diario hubieran sido hasta ahora sólo borradores de mi vida".

Sophie Calle ha sabido hacer de su vida un argumento artístico: el argumento de sus pechos, por ejemplo, de los que surge la historia de cuando -de pequeña- era completamente plana y se reían de su "sujeta-nada" y como esos pechos luego crecieron y fueron normales y ahora podía mostrarlos entre sus manos. Y hacer de esa frustración infantil una provocación adulta. Como dijo Ciorán (y cita Juan Luis) “Todo lo que en mí es auténtico proviene de la timidez de mi juventud”.
 



 
 
