Thursday, March 29, 2012

VUELO IMPERFECTO Y FUGAZ



Cultivaba la imperfección. Y cierta propensión a la inercia del fracaso. Al final, todos fracasaban -se decía- y aunque quisieran abrochar las cosas, todo se torcía siempre. La vida te va deformando y el miedo te arruga y te arruga. Dices adiós a la genialidad juvenil y en el gesto aparece una sombra de hastío. 


Todo es fugaz, frágil, como una pompa de jabón que  vuela por un momento hinchada, elegante, bella. En cualquier instante puede estallar y esa es la gracia. Mundos sutiles, ingrávidos y gentiles que brillan por un momento y luego se quiebran. Pero en ese vuelo lento y majestuoso ("pomposo") quizás un niño -o una persona mayor que a la vista de esa burbuja se hace niño- alza el brazo y quiere tocar la pompa voladora. Y ese momento es de alegría, de gozo, y es lo que da sentido y justifica el vuelo de la esfera. "Entre dos oscuridades, un relámpago..." y en esa iluminación, en ese segundo de consciencia, la presencia del otro que acerca su mano hacia nosotros y, por un instante, en ese reconocernos uno del otro, unidos en ese destino final, solos en el Universo, el amor, que da sentido a nuestra vida. 

Tuesday, March 27, 2012

TRITUREMOS LOS LIBROS



Este sábado paseaba por la Encarnación. con mi espíritu de flâneur de los sábados por la mañana sevillanos, cuando en la calle Regina me sorprendió el escaparate de una librería. No había libros, sino montones de tiras de papel: libros triturados, libros pasados por la destructora de papel. Se trataba, según indicaba un pasquín, de la "Acción Destrozalibros", dentro del taller de "Arte en Acción", impartido por Antonio Quiles los sábados en la librería especializada "Un gato en bicilcleta".
Las virutas de papel son como un serrín que llena la cabeza y a veces la desborda, como una hemorragia.
No sé porqué me gustó ver esos libros hechos tiras.Había algo de voluptuoso en esa masa de tiras impresas. El escaparate parecía un trozo de desierto hecho de dunas. Me parecía un acto liberador. Metafóricamente era una profanación, una forma de sodomizar a la cultura. Había algo de saludable en ello. El olor a incienso ya se siente en las calles sevillanas. El azahar ya ha abierto. Trituremos los libros, nos dice el librero.

La foto corresponde al montaje "Hemisferio Central Alterado y Memoria Perdida" de Carlos de Gredos (2011).

Friday, March 23, 2012

FINAL


Su casa de toda la vida. El suelo, fatigado de tantos años, ha tomado una pátina amarillenta, de vieja iglesia de pueblo. Va con su albornoz -pasillo arriba, pasillo abajo- hablando solo. No se ha afeitado hoy. Apenas cenó algo. Esta sin ganas de nada. Solo quiere permanecer en este espacio conocido y ver pasar el tiempo por delante, lento, interminable, vacío.Reitera a diario una rutina precisa, intentando confundir a la muerte. Como si hubiera vuelto al tiempo de la infancia, las repeticiones le proporcionan una ilusión de eternidad. A veces cree ver a su madre asomando por la cocina. Quiere todo en su lugar. Todo a su hora. Lee interminable la misma página inicial del prólogo de Ortega y Gasset a la "antolojía" del poeta indio Rabindranth Tagore. Ese exquisito comienzo en que dedica su texto a Zenobia, la esposa de Juan Ramón (traductora del poeta), donde la compara con el hada buena que recordamos de los cuentos de nuestra niñez. Disfruta a la misma hora del mismo deleite, se enciende un cigarro y toma su vaso de vino. Quiere sentir la duración del tiempo que le quede, protegido por esa casa que es como el castillo en que se ha encerrado con sus fantasmas para ver aproximarse el fin que le amenaza.

Tuesday, March 20, 2012

CUANDO OSCURECE, SIEMPRE NECESITAMOS A ALGUIEN



Del gran viaje había traído muchas notas y algunas impresiones que suponía irían apareciendo poco a poco, una vez diluida la burbuja en que nos movimos aquellos días.  Me había acompañado en el viaje Vila-Matas,  que me habló insistentemente sobre la obsesión, porque la misión de uno en la vida es buscar sus obsesiones y sus temas, para ser "él mismo".

Muchas veces me habían dicho que soy un poco obsesivo, pero yo contrariamente, pensaba ahora que  vendría muy bien a mi vida encontrar una obsesión. Compartía con Vila-Matas el tema de la impostura. También el tema del doble (soy Gémnis) y la presencia habitual en mi vida de algunos fantasmas. De hecho había disfrutado en "Dublinesca" especialmente por la presencia de fantasmas, incluidos los padres del protagonista y el protagonista mismo.






Al volver, leyendo su último libro "Aire de Dylan", en el que yo buscaba una continuación de aquella conversación, me di cuenta de que Vila-Matas no estaba allí. Me había dejado solo. Claro que otro tema que compartíamos era el de la urgencia de no estar demasiado tiempo en un mismo sitio. Los dos sentíamos el apremio de escapar, de no ir allí a donde se nos pudiera esperar.


En "Aire de Dylan", una frase se convierte en obsesión para un joven cuyo padre ha muerto. Un joven cuya madre no lo es y que, por tanto, ostenta realmente la condición de huérfano. El padre era mucho mejor que él, o así lo ha creído siempre. La madre ha traicionado a ambos. Entonces, él necesita una obsesión para seguir adelante. Cualquier obsesión basta para poner rumbo a alguna parte cuando uno no sabe para dónde tirar.

"Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien", es la frase motor para Vilnius, la búsqueda del autor de esa frase que aparece en una vieja película de los años treinta pone en marcha una investigación de la realidad que quizás llevará al joven Vilnius a descubrir otras cosas, incluso a descubrir la realidad última.




Necesito una obsesión, pensaba ayer (mientras dejaba descansar el libro de Vila-Matas), cuando se me puso por delante una joven cuya forma de andar pareció despertarme del ensimismamiento. Tenía un mensaje escrito en la espalda. Un mensaje que, enseguida, comprendí que podía ser parte de la conversación mantenida durante el viaje. Quizás una posible obsesión. La seguí durante un tiempo, fotografiando desde la menor distancia posible el mensaje. No he llegado a descifrarlo. No me atreví a asaltar a esta joven extranjera, seguramente anglosajona, no sólo por mi torpeza en el idioma de Shakespeare sino por la dificultad de justificar mi interés por la literatura de su cuerpo.

"Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien". La realidad última es probablemente como el mensaje escrito en el cuerpo de una muchacha desconocida a la que nunca más veremos y cuyo texto no podremos descifrar.


Monday, March 19, 2012

GAUDEIX DEL TEU TEMPS


Barcelona. La mañana siguiente. Camino hacia la estación de Sans, para tomar el tren que me llevará al aeropuerto. Gaudeix del teu temps. Es como si la ciudad me despidiera con ese consejo. Que disfrute de mi tiempo, que todos disfrutemos del tiempo que estamos aquí.  

Tomar un café con leche y un brioche viendo desde el ventanal cómo la ciudad se despierta. Imaginando la vida que sucederá en esa terraza de enfrente, la que se ve desde mi mesa. Pienso en una pareja joven ¿Disfrutarán de su tiempo? Parece una terraza muy para disfrutar de ella. Es fácil pensar en una felicidad sencilla así, sentado en el café, mientras desayuno.

Mientras desayuno repaso los sucesos de ayer, tan misteriosos. Todo tan extraño, tan milagroso, por otra parte. Un dolor transformado en alegría. Gaudeix, parece que nos hubiera dicho alguien...el mismo que nos convocó a este encuentro en Barcelona. O quizás quien nos lo dijo fue alguien que ya no estaba, pero cuya ausencia era la razón de reunirnos. Puede que, sobre todo, dijera esto esa presencia suave que con nosotros estaba: puede que dijera "alegradle la vida a él". Gaudeix del seu temps: disfrutad de él, de su tiempo entre nosotros. Y yo apunto el mensaje en mi libretita: no olvidéis de alegraros la vida, de alegrarla los unos a los otros, disfrutad de vuestro tiempo, disfrutad del tiempo de estar juntos.

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Wednesday, March 14, 2012

PLAYA DE PIEDRAS



La playa era de piedras. El cielo nublado...
Había una felicidad viajera en nosotros,
pequeños puntos en un escenario sombrío.
El aire sabía a tormenta.
Olía a mar profundo.
Tuvimos frío.
Me contabas algo.
Nada pesaba.
Andábamos alegres
en medio del mundo oscurecido.



Monday, March 12, 2012

EN UN LUGAR SOLITARIO



Estoy esperando nervioso, como todos los Vilamatianos, a que llegue el jueves, fecha anunciada del lanzamiento de "Aire de Dylan", su nueva novela de la que los periódicos han avanzado las primeras páginas. No sé que nos pueda deparar Vila-Matas, pues como reconoce le ha bastado cambiar de vivienda para escribir de otra manera. Así lo compruebo con desazón en esas primeras páginas en las que no reconozco todavía la voz personal que narraba en Dublinesca. Dublinesca, esa novela de fantasmas en la que alguien se inventa la posible continuación de su propia historia sólo por responder a una pregunta de sus padres. Mientras tanto, he leído y releído el prólogo del libro "En un lugar solitario" con que inaugura colección en Debolsillo. Prólogo que es una novela vilamatiana muy próxima al autor, por no decir francamente autobiográfica. Me gusta cuando escribe en primera persona, sea bajo su nombre o el de un editor jubilado. Y en este prólogo escribe más en primera persona que nunca.
Vila-Matas, en ese prólogo, como siempre que habla en primera persona, resulta que únicamente me cuenta cosas de mí mismo. Porque yo he vivido muchos años en un lugar solitario, desde el que me dedicaba a mirar todas las cosas. Soy, como pueden figurarse, un oficinista. Un Oblomov que no quisiera trabajar. Pero, a la vez esa oficina a la que entrego mis mejores horas constituye mi humilde lugar en el mundo, un pequeño orden que me permite cada día volver a casa, como el chino del cuento de Kafka que cita Vila-Matas. Soy un oficinista con alma shandy, al que gusta inventar sentidos para los sucesos de la vida, sentidos prodigiosos o mágicos con los que intento dar una interpretación divertida y a la vez chocante al barullo incomprensible, sin orden ni concierto, con que las cosas se suceden. A mí, como a Vila-Matas su destino de escritor, me llegó por casualidad un destino oficinesco, al que luego me he tenido que entregar a fondo, tratando de alcanzar la maestría, o al menos mi personal voz, pero siempre con una sensación de impostura en todo lo que hacía, con miedo -en el fondo- a ser descubierto como alguien que odia ir cada día a la oficina. He venido intentando encontrar mis obsesiones y mis temas personales, porque creo que esas obsesiones podrían ser para mí un motor para la acción, para contrarrestar mi natural disposición contemplativa. En esto me identifico con el prolífico de corazón perezoso que es Vila-Matas. Él habla en este prólogo con el escritor primerizo y vanguardista que fue y se siente tan distante de ese sujeto que no puede sino convertirse en comentarista o crítico de lo que él escribió, aunque leyéndole junto con la condescendencia le asalta un destello de admiración. Al cabo de los años yo también soy muy distinto del mí mismo que fui, cuanto habitaba mi lugar solitario. Quizás sería suficiente cambiar de casa para encontrar una nueva forma de escribir mi vida, pero todavía sigo aquí.