Wednesday, January 25, 2006

EL AMOR DA SU PROPIA FUERZA


En “El monje y el filósofo”, Jean Francois Revel dialoga con su hijo Mattieu Ricard, monje budista. Mattieu abandonó una prometedora carrera como bioquímico para dedicarse a la oración. Su padre nunca lo comprendió, y en esta conversación Mattieu se lo explica. Un amigo le mostró una foto en la que aparecían unos monjes tibetanos. Mattieu inmediatamente se sintió atraído por esos rostros y surgió en él el deseo de conocer a aquellas personas. Ese verano fue al Tibet y pasó unos días con los monjes. Desde entonces, cada verano pasaba temporadas conviviendo con ellos. Un día –dice Mattieu- me di cuenta de que cuando estaba en el Instituto Pasteur me acordaba del monasterio y que cuando estaba en el monasterio no pensaba en el laboratorio. Me limité a sacar conclusiones.

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