Friday, April 08, 2011

POROSIDAD DE LOS CUERPOS



Por la mañana hasta Carlos Herrera estaba deprimido. Sus propias noticias le deprimían, como a todos los que escuchábamos la radio mañanera ¿qué más? Encima van a subir los tipos de interés...Yo me estaba duchando y casi me olvido de sentir el olor del gel de esta semana (es un pequeño tratamiento particular de aromaterapia que me impongo de vez en cuando). Y no. No puede ser que hasta los propios periodístas se caigan de tristeza y desesperanza. Así que esta noche decidí poner a prueba las teorías de los científicos. La impenetrabilidad de los cuerpos, por ejemplo. Y me planté a las nueve y media en Zelai (calle Alvareda). No se podía entrar. Pero entré. Lleno de gente. Pero hay que prepararse para las dificultades inherentes a las fiestas que se avecinan. Y conseguí hacerme un sitio pegado a una pared, apoyado en una mínima repisita que me permitía estratégicamente colocar mi platito y mi copa. Sevilla desmiente a la ciencia. Porosidad de los cuerpos. Todos cabemos, y sigue entrando gente, y siguen saliendo platos que de forma inverosímil encuentran un lugar donde ser colocados y devorados. Hamburguesas de Cobe, huevos estrellados, croquetitas de jamón...delicias de esa cocina que trae este joven vasco, primo de una amiga que pronto vendrá por aquí a conocer su primera Semana Santa. Brindo, pensando en ella, con una copa de Verdejo. Y me vuelvo a admirar de lo que hace la cultura: todos podemos estar aquí, achuchándonos un poquito, poniendo un poquito de nuestra parte. No hay malas caras, hay sonrisas, amabilidad, confort humano. Hemos venido a comprobar que no todo son cifras, ni todo son malos augurios. A veces podemos romper las leyes físicas ¿por qué no pensar que es posible vivir juntos en este planeta? Vale. Todo va mal. Pero hay ganas. Queremos. Y quizás podamos. Aquí en Sevilla se aprende. Zelai da para esto y más.

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