Saturday, December 13, 2008

DIAS DE POESÍA EN ZARAGOZA

No la conocía. No les conocía.

Iba en el AVE pensando en qué diría. Tenía que decir algo, estaba anunciado. En este viaje se mezclaban tantas cosas...Empezó siendo un poema que irradiaba en mí algo profundo. Pero había también un factor biográfico: este viaje parecía un bucle del destino. Leí aquél poema y deseé editar el libro. Luego resultó que la autora -la misteriosa mujer de pelo irlandés- era de Zaragoza. Allí, hace veinticinco años fui muy desgraciado. Y ahora regresaba a esa ciudad que nunca supe hacer mía, esa ciudad en la que iba por las calles como encerrado en una cárcel. Para mí era importante volver, era importante encontrar esa ciudad, ahora, tanto tiempo y tantas cosas después, de la mano de una amiga -la primera allí- alguien a quien no conocía. El poema era pues, también, un regreso para mí.



En el AVE había cargado con "Doctor Pasavento", para releer cómo Vila-Matas cuenta que también él pensaba en el AVE de qué hablaría al llegar a Sevilla. El viaje hoy era a la inversa, pero el tema -en definitiva- el mismo: cómo la realidad se confunde con la ficción, cómo se preñan una a la otra, cómo a veces siente uno como si esperase que el cuento de su vida se siga contando por su cuenta.


Pesaba mucho para mí el paralelismo: la sincronicidad te deja perplejo, como si se tratase de un diseño artístico del destino. Por eso, durante el viaje, pensé contar que hace veintinco años estaba en Zaragoza desesperadamente solo, que hace diez años era yo el autor que presentaba su libro y Bernardo Víctor Carande -mi amigo ya muerto- el editor que amparó en su colección una novela de un autor desconocido, mi novela, que contaba aquellos años míos en Zaragoza. Pensé decir que "El Desembarco" había nacido como editorial -precisamente- para publicar un texto de Bernardo, una humilde columna de periódico del "Hoy" de Badajoz, titulada "Añora el hambre de Van Gogh" -que me llegó muy dentro- y en la que Bernardo rememora a Vicent Van Gogh por esos campos de la Camargue francesa, con sus pinceles al cinto y su caballete a cuestas, anda que te andarás, sin haber comido nada, pintándose lo que se le presenta, si es un cielo nublado o un trigal, si pobre, por lo mismo libre...Ese texto había despertado en mí un deseo, no conocido hasta entonces: el de editar. Ese mismo deseo que había sentido de nuevo leyendo "Regreso a Taormina"...Añoraba Bernardo ese hambre de Van Gogh cuando tenía que hacer pasillos para rellenar instancias, pedir subvenciones, llevar ese papeleo burocrático para el que no servía, para el que ningún poeta sirve, con tal de llevar adelante la finca que su padre le dejó, Capela, su pequeña explotación ganadera, de la que vivía.


Y yo pensaba que -si no lo suficientemente valiente para vivir con la libertad que él- al menos como editor vivía la pobreza, en un voluntario apartamiento del tráfico comercial, con la perentoriedad de poder ser cada libro el último de mi vida como editor, lo que enriquece la elección, lo mismo que se llena de valor y autenticidad la vida que está a punto de perderse.


Y meditaba en todo esto -que era mío, pero era pasado- cuando llegué a Zaragoza para la presentación del libro. Pero no dije nada de lo que había escrito.


Ya he vuelto. Se presentó el libro, "Ocho islas y un invierno". Pero sucede que conocí a Marta Navarro, su autora. A ella y a Chesus Yuste, a Fernando Sarría, a Luisa Miñana...compartí ese momento de celebración con sus amigos, con Alfredo, con Mónica, con Inma...con José Antonio Labordeta, en la distancia, con la poesía de Pedro Casaldáliga, presente entre nosotros desde Brasil...Han sido días de amistad y de poesía.


Y el pasado -mi pasado- desapareció con todo su peso. Porque me inundó el presente como un regalo, me inundó incluso la promesa de futuro de una amistad naciente. Comprendí que el azar no me traía a Zaragoza, Yo era apenas un instrumento para que se materializase esa belleza -que ya no nos pertenece, que es de todos- y todo esto era el arte que sucedía, en versos cotidianos y sencillos. Y supe que la literatura es una excusa de la realidad para ir más lejos. Gracias Marta, por tu naturalidad y cariño. Gracias Chesus por el acompañamiento y por los links. Gracias por estos días pasados junto a vosotros.

7 comments:

  1. y habrá un sendero de luces donde dibujemos todas las esperanzas...quizás nunca seamos libres para poder erigirnos como héroes de algo maravilloso que es el amor a la poesía pero si es verdad que en el cielo, a veces, encontramos rastros...esos son los que nos hacen seguir..soñando..un abrazo de verdad.

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  2. Qué preciosidad de texto!!!

    Fue un placer teneros aquí y una sorpresa ya que os imaginaba muy serios y algo acongojada estaba yo unas horas antes de vernos, pero sois una joya y como tal os vieron los amig@s.
    Acabo de llegar a casa, ayer y hoy he estado por Huesca. Esta tarde escribiré la crónica, intentaré no equivocarme porque llevo un lío tremendo en la cabeza.

    Un beso, Francisco
    y gracias, muchas gracias,

    Marta

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  3. Ha sido un verdadero placer teneros con nosotros estos días. De verdad. Nos hemos sentido muy bien junto a vosotros. Como dice Marta, es un texto magnífico, precioso. Y esta vez la presentación de un libro, por muchas razones, ha sido un acto realmente lleno de significados y de futuros.
    Besos.

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  4. Anonymous2:08 AM

    Con tu permiso, te tomo la frase: esa ciudad en la que iba por las calles como encerrado en una cárcel.

    Un fuerte saludo.
    Bonita presentación.

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  5. Gracias a todos. El editor es el último mono en todo esto: es un personaje secundario (aparentemente lastrado por un interés mercantil). Difícil es que en el orgullo del que publica su obra haya un pequeño hueco para la persona que apostó por él. Esto me ha ocurrido antes, a mí y a tantos otros que soñaron con editar bellos libros. No ha sido el caso de éste. Marta Navarro me ha permitido compartir con ella el momento más bello -para los dos- de la presentación de su obra. Hemos salido juntos (ella me ha hecho salir) a la platea a recibir el aplauso. Gracias a todos vosotros. Esto me da fuerzas para seguir. Para seguir amando el libro. Fernando: sigo meditando tu escrito del blog, con el que me identifico, porque siempre nos acabamos pareciendo a lo que queremos evitar. Sé o creo saber cual es tu palabra verdadera y me gusta. Amigos todos, amigos de Marta: gracias. Me habéis acogido en vuestra ciudad y he disfrutado de vuesta hospitalidad. Os espero en Sevilla, donde presentaremos el libro como se merece la autora y con toda la alegría que aquí sabemos derrochar.

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  6. Jo...me trae recuerdos a justo hace un año en Coruña con Angéline...qué envidia. ME alegro de que lo pasarais tan bien. Un beso fuerte.

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  7. Hola Princesa, me hubiera gustado verte -estar tan cerca y no poderlo hacer...- Espero que este año pueda ser (aquí o allí). Mientras, seguiremos conectados en el espacio. Besos y feliz Navidad.

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