Monday, April 14, 2014

UN SUEÑO VILAMATIANO

 He vuelto a soñar que tengo que hablar en público y no sé nada del tema. Cuando despierto intento recordar cuál era. Es igual. Lo importante es que "no era mío" porque lo tuyo no se olvida.

Y recuerdo aquél catedrático de Derecho Internacional Privado que tan buenas clases nos daba y nos hacía reír con sus anécdotas. Tampoco se sabía el tema que tocaba. Venía un poco bebido, con un par de whiskys. Y eso le daba la soltura y el valor para enfrentarse a sí mismo, desnudo.

Decía Josep Pla que el idioma español, a diferencia del catalán, no utilizaba frases lineales, sino "en cola de pescado". Girando sobre sí. Creo que uno siempre va en sus cosas haciendo esto mismo: volviendo al principio. 


 Y pienso en la desnudez que uno ha traído y se llevará. Y que no nos enseñan a mostrarnos desnudos. Por eso fracasamos en todos los terrenos, porque aquí lo que se sigue valorando es lo artificial, el maquillaje (lo memorizado).

Vila-Matas, en Kassel no invita a la lógica, tiene que fingir que escribe, delante de un público ocasional, convertido en una instalación de arte contemporáneo. Teme que alguien le pueda preguntar de qué está escribiendo. Y para evitar quedarse callado, desnudo, inventa un personaje, un escritor de Barcelona que tiene dos temas: la imposibilidad de comunicarse y la desaparición. Dejar de ser, ser otro, o ser todos, como Shakespeare, que quería en realidad no ser nadie y desaparecer. 


Nuestras obsesiones, los temas y autores que rumiamos durante toda nuestra vida son como lienzos en que podemos tejer y destejer. Y en ese rumiar es donde hacemos algo propio. Partiendo del origen: aquello que -sin saber porqué- nos atrae e interesa.
Descubrir esos intereses profundos, más allá de todo lo epidérmico y artificioso, de todo lo ajeno a mí, sería encontrar mi motor. Aquello de lo que podría hablar cuando no supiera qué decir. Aquello que únicamente sería mío. No memorizado, no preparado para la ocasión, no fraudulento.

Althusser dice en su biografía que se consideró mucho tiempo un impostor, cuando todos lo veneraban como la cima del pensamiento marxista. Él realmente es él en su condición de bipolar, que en un brote sicótico estrangula, en pleno desvarío a su esposa. Luego, "queda mucho tiempo". Compte-Sponville, alumno suyo, recuerda al profesor interesado por sus alumnos, al buen maestro, luego condenado al descrédito y el olvido. Quizás ser el profesor que duda y debate con sus alumnos era para el su verdad y las brillantes teorías una farsa.


Cuales son mis temas: quien soy yo. Porque no puede uno toda la vida ser otro. Y seguir desempeñando bien su papel sin tener que desnudarse ante el auditorio. Pero sin enfrentarse a su desnudez.



Hay que quedarse desnudo. Como dijo Kandinsky, el argumento perjudica al cuadro. Limita. Lo nuestro -lo recuerda Juan Luis Seisdedos- es rumiar. Rumiar las mismas obsesiones, las mismas frases, los mismos autores, volviendo sobre ello una vez y otra, "en cola de pescado". 


La conferencia en la que no tiene nada preparado. La conferencia sin público, o en la que el público abandona uno a uno la sala, decepcionados. Son obsesiones que ha trabajado Vila-Matas en sus novelas. Son metáforas del destino del creador: ponerse al borde del abismo (de la nada, de la desnudez) y dar un paso más. 


Porque se trata de escribir de lo que escribirías cuando no hay nada que contar. Y entonces sólo puedes sacar de dentro. 

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