Sunday, January 31, 2010

LOS LÍMITES DE LA REALIDAD



Él pertenece a otro mundo, del que fue sacado y que ignora. Ahora piensa que su mundo es éste, éste el ámbito de su libertad. Ahí es donde morirá, donde deberá encontrar razones para vivir, para ser feliz. Pero no es de ese lugar. Ni ese agua sin sabor es la que se hizo para él. A veces sueña en otro mundo, en un mundo sin límites, un mundo de inmensidades, que cree ilusorio. Pero su corazón insatisfecho le indica que quizás está hecho para él.

Fotografía de Herbert List

Friday, January 29, 2010

EL GALLINERO DE SANDRA



Ayer, día veintiocho de enero, Santo Tomás de Aquino. Fiesta de los universitarios y fiesta de los dominicos. Fiesta de Javier y de Miguel. Lo hemos celebrado con ellos en el convento de la calle San Vicente, donde viven. Han celebrado a su patrón con una misa solemne, cantada. Órgano, trompa y flauta, el Pange Lingua (tanto tiempo sin escucharlo). Predica Paco Fasio. Y nos habla de los tiempos de cambio, de las tentaciones en tiempos de cambio. Quedarse en lo seguro (pero en lo seguro de antes); dejarse vencer por el miedo o por la pereza (permanecer quieto parao). Santo Tomás -nos cuenta Fasio- vivió en la frontera, rompió con lo de antes (cambió a San Agustín y Platón, tan espirituales, por Aristóteles, más físico, más corpóreo, más científico); apostó por el optimismo como principio de su filosofía, optimismo respecto del mundo y del hombre; y, lejos de entregarse a la pasividad, a la espera de que escampe, se dedico a estudiar, se esforzó por encontrar respuestas, caminos. Y sobre todo: el impulso que le movió en su vida. No fue un ratón de biblioteca. Estudió para ayudar. A sus alumnos, a sus compañeros y a las gentes que acudían a él.
¿Qué cambio estamos afrontando ahora? Un cambio de valores, creo. El valor del éxito económico, del pelotazo (que vuelve cada vez que el capitalismo se inventa una nueva burbuja), se demuestra caduco. ¿Cuál es el valor para el futuro?




Vamos a cenar esta noche al "Gallinero de Sandra" (calle Amor de Dios, Sevilla). Está lleno. Hemos pedido mesa fuera, al calor de las estufas de pié. Sale a recibirnos Sandra, tan simpática como siempre, nos recibe con dos besos. Nos conocemos. Nos alegramos de vernos. Es su casa. Los chicos que nos atienden -los chicos de Sandra- lo hacen con el agrado de siempre. La comida es buena (huevos estrellados, changurro, croquetas caseras). El vino magnífico (Condado de Valpiedra, 2006). Todos allí somos habituales, amigos. El ambiente es bueno. Estamos como en casa. Ese es el secreto. La relación humana. Vale que si no fuera buena la comida, si no estuviera bien decorado el local, si tardase la comida en llegar a la mesa, si la relación calidad precio no fuera tan buena...no se llenaría. Pero, fundamentalmente, se llena porque a los que vamos nos gusta ver de nuevo a Sandra, visitar su casa, comer allíl. Hay un factor humano. Ese factor es el que (a Sandra lo mismo que a mí) nos hace disfrutar de las relaciones. Es decir: buen servicio, buena relación calidad precio, buena comida y buen vino...pero, sobre todo, calidez humana, proximidad, trato.

Recetas para la crisis. Una mezcla de Santo Tomás y Sandra (la del Gallinero), si se me permite el atrevimiento: puedes optar por vivir en la frontera (cambiar, innovar, renovar tu carta); puedes optar por confiar (en lo que ofreces, sabiendo que la verdad vende, que lo bueno acaba siendo valorado); y puedes optar por trabajar, por esforzarte en lo tuyo, intentando mejorar cada día un poquito, poniendo el máximo cariño en los detalles. Este es el reto: ofrecer en todo momento esa proximidad humana que, en definitiva, es lo que pone en valor cualquier relación. El factor humano vence a cualquier crisis: debe estar por encima de cualquier crisis. La relación humana es la mejor opción de futuro.

Tuesday, January 26, 2010

EL NUEVO ARTE DE LA LECTURA



En aquellos días habrá evolucionado la manera de escribir y leer. Habrá tan poco tiempo disponible para el ocio de cada uno, que se considerará suficiente y satisfactorio leer únicamente los títulos de los libros. Así, en la mesilla de noche cada uno apilará aquellos títulos más convenientes para llamar al sueño o para darse ánimo al levantarse e ir de nuevo al trabajo. Títulos como "La revelación de la vida sencilla" o "Usted puede ser lo bueno que quiera ser" tienen en sí una fuerza que hace innecesaria la lectura del resto. "Los amores difíciles" puede ayudar a sobrellevar la rutina de la convivencia. "El arte de la estratagema" a empezar la jornada con un as bajo la manga. "La realidad inventada" a sobrellevar los sucesos concediéndonos un secreto poder sobre los mismos, convirtiendo cada encuentro en una cita. Este arte fragmentario de lectura será muy conveniente para dominar los doce mil títulos que podrá acumular el disco duro de nuestro e-book o e-reader, evitando, a la vez, la angustia de no disponer de tiempo para leerlos. Se podrá utilizar el modo aleatorio de lectura, disponible de serie en el aparato, para formar automáticamente series de títulos de las más diversas procedencias, cuya yuxtaposición puede producir hallazgos de lo más curiosos y excitantes. Los textos cobraran sentidos nuevos e insólitos que no tenían cuando conocíamos su autor, la trama de la obra o su fecha de escritura.
Además, se dispondrá por este procedimiento,de un I-Ching particular, un oráculo útil para despejar cada duda e iluminar cada acontecimiento, permitiendo dar un sentido poético y aventurero a cada pequeño incidente cotidiano, que pasará de pura anécdota a la condición de categoría o señal. Desaparecerá al fin esa necesidad perfeccionista de leer cada libro de principio a fin o terminar uno antes de comenzar el otro. La combinatoria digital y la pantalla táctil permitirán a cualquier adolescente componer poemas (desde luego, de verso libre), utilizando el procedimiento de cortar y pegar, con lo que se fomentará entre ellos la escritura creativa a partir de los más diversos acarreos y materiales. De esta forma, el lector se convertirá en autor de un libro único: el suyo.

Saturday, January 23, 2010

CARACOLAS MARINAS



Yo soy un amateur del mar. Desde hace años colecciono conocimientos que no me sirven de mucho porque navego sobre la tierra., escribió Pablo Neruda.
Yo también soy de tierra adentro, pero estos días, entre sirenas y fósiles, desde el primer día tras el diluvio, miro al mar.

Javier colecciona caracolas, como Neruda. Me lo contó comiendo la semana pasada. Allí que se fue a Madrid, al Instituto Cervantes, donde se han expuesto 400 de las 9.000 que llegó a reunir el poeta chileno. Recoger caracolas me parece un acto poético. Solo los niños y los poetas pueden hacerlo. Javier y Pablo: hombres delicados, capaces por ello de admirar las delicadas estructuras de la naturaleza.



Una caracola trae al mar. El mar se hace minúsculo y se encoge en esa hélice calcárea parecida a un argumento teológico y allí se deja encerrar para llamarnos y decirnos su esencia en un sonido. El mar inmenso se hace pequeño para que podamos escucharle (como Dios). Y esa humildad escondida del mar en cada caracola es...hasta aquí llegué.

Escribo esto a Fackel y me contesta:

Sí, el mar se hace pequeño, porque gusta volverse unicidad, aunque no lo logra. Y ese macrocosmos marino se torna humildad para que nosotros lo atrapemos siquiera en una porción mínima de sus dimensiones. Y el mar es el tiempo. El mar son las otras eras de la Tierra. El mar son los otros mares que encogieron y naufragaron. El mar es el sistema de constelaciones que nos precedieron. El mar es el multiverso. El universo se disolvió como concepto en las manos siempre insuficientes, pero siempre emprendedoras, de los hombres. El fósil se disolvió como concepto rígido y parcial en la mente de los hombres. El mar es nuestra esencia. Los ammonites permanecen. Saben mucho estas huellas semicalcáreas. Y nos hablan.

Todo el universo, todos los universos, como en un Aleph, en esta pequeña estructura que el mar nos entrega. Toda la ciencia y la matemática y el diseño, en esa pequeña maravilla que reproduce el sonido del mar.

Thursday, January 21, 2010

MUNDO SUMERGIDO



El día después del diluvio volvió el sol. Los cielos se abrieron y se hizo la luz. Todo estaba en paz. Una gran calma señoreaba las aguas. Bajo ellas, la destrucción. La descomposición podrida del pasado no era visible y todo parecía nuevo. El mundo que fue había quedado sumergido, distante y congelado. Era apenas un recuerdo para los supervivientes, los que pudieron en secreto ponerse a salvo. Nadie quería pensar en lo que ocultaban las profundidades. Se cuenta que los condenados fundaron su propia comunidad fantasma, sin recuerdos ni futuro, y vagaban en grupos, trazando círculos sobre sí mismos, siempre mirando a la luz, hacia la superficie. Allí seguían escribiendo algunos sobre mesas llenas de conchas marinas.



Esculturas de Jason de Caires Taylor

Sunday, January 17, 2010

EL DILUVIO



Ahora ya lo sé. Era el Diluvio. De nuevo, como hace quince años. Cuarenta días y cuarenta noches sin dejar de llover. Llovía y llovía, cada tarde y cada mañana, desconsoladamente. Cuando el otro diluvio, desapareció mi mundo bajo el agua. Soy antediluviano. Vinieron después los años. Ahora de nuevo el agua sin tregua, señala una raya: un antes y un después. Y me acojo a esto. Cuando deje de escucharse el ruido de la lluvia, algo habrá terminado y algo va a comenzar. No sé qué ni cómo. Así fue antes. El arco iris es una promesa de futuro. Ahora, tras el Diluvio -calladamente- la tierra se renueva y crece con fuerza, del interior, la vida. Cuando deje de sonar la lluvia habrá empezado a cumplirse la promesa.

Friday, January 15, 2010

MÚSICA ENKA



Hasta hace poco no conocía la música Enka japonesa. Aki Yashiro es la gran estrella de este género musical, que a veces recuerda a la copla española. Me atraen mucho los japoneses. Son misteriosos: me sorprende su desmedida afición al pescado crudo y a la fotografía. No comprendo sus extraños gustos sexuales (los mangas y toda esa extraña combinación de erotismo y violencia en sus tebeos y dibujos animados), esa mezcla de inocencia y perversión. Misteriosamente inasequibles al paso del tiempo, conservando siempre una edad indefinida.
El video que pongo únicamente pretende dar noticia de este tipo de música, de extraña sencillez, de su simplicidad inocente. Ese candor de Aki, posando interminablemente con su gato, con una extraña insistencia contraria a todas las convenciones del espectáculo, en la intimidad de su casa. Esa habitación extraña, llena de muñecos de peluche y baratijas diversas, impropia de una chica de su edad. Enfin. Algo que resulta chocante. Esa inocencia enervante y cómplice...que para mí ejemplifica todo el misterio oriental.

Ese misterio, por cierto, que me embarga cuando veo desembarcar de sus autobusés junto a la Torre del Oro, a unos seres clónicos tras sus cámaras, con su incansable ilusión por salir en las fotos y sus risitas contenidas mientras posan, rápidos y fugaces, extrañamente felices, y vuelven con movimientos casi eléctricos al autobús, satisfechos y plenos, con sus fotos hechas, camino de otro encuadre.

En tal caso, quizás la música Enka, en concreto este video, permite ahondar en ese misterio de lo japonés, contemplando la extraña ceremonia de Aki mirándonos y sonriéndonos, con una risible complicidad, mientras hace carantoñas a su gato.

Thursday, January 14, 2010

UN MÁSTIL AL QUE ATARSE



John Cheever fue un infatigable escritor de diarios personales a lo largo de cuarenta años en los que apenas tomó vacaciones a la hora de explicar su complejo conflicto con la vida, porque en el fondo, más allá de las apariencias, el problema era la vida...
...la literatura nos permite comprender la vida, nos habla de lo que puede ser pero también de lo que pudo haber sido. No hay nada más alejado de la realidad que la literatura, que nos está recordando en todo momento que la vida es así y el mundo ha sido organizado asá, pero podría ser de otra forma. No hay nada más subversivo que ella, que se ocupa de devolvernos a la verdadera vida al exponer lo que la vida real y la Historia sofocan.

Enrique Vila-Matas
El Mal de Montano

La literatura puede ser un mástil al que atarse para atravesar las tempestades de la realidad. Como el humor, la poesía, la fantasía, la ironía. Escribir (diarios o lo que sea) puede ayudar marear tormentas, manteniendo la cordura, la lucidez y el ánimo que se requieren en la singladura del día a día. Incluso puede ayudar a vencer el tedio la estupidez que -dice Vila-Matas- como una esposa "fiel y constante...nos espera en el dulce hogar para compartir con nosotros, en imponente resignación, la desgracia descomunal de no ser inteligentes".

Wednesday, January 13, 2010

UN MINUTO



Ahí, metida en nuestra vida. Tan cotidiana que no la vemos.
Horrible compañera, hoy es tu día.

Monday, January 11, 2010

VUELTA A ÍTACA



Hoy ordeno unos libros en mi cuarto -sigo buscando al "Doctor Pasavento"- y en ese trasiego aparece Joyce y con él el recuerdo de la Odisea: el libro que cualquier escritor romántico del XIX se hubiera llevado a su isla (Borges, incluido). El origen de toda novela, en la que se anudan algunos de los argumentos que luego desarrollarían muchos a traves de los siglos: alguien que busca lo que perdió (el camino de regreso a casa, un padre ausente). Una mujer teje y desteje, engañando al tiempo.
Ulises ha decidido su destino: Ítaca, la casa humilde a donde quiere volver, "harto de prodigios". Ha elegido la normalidad: una vida ordinaria, una familia. Por el camino su nave surca el reino seductor de las sirenas. El héroe quiere gozar de su canto. Pero no quiere cambiar de rumbo: se hace atar al mástil para escuchar esa música que enloquece, a salvo. Lo que salva a Ulises es saber a dónde se dirige. Mantener la vista fija en su horizonte. Ulises, el astuto, querido de los dioses, vuelve a Ítaca, pero sin renunciar por el camino al canto de las sirenas. La normalidad: una vida ordenada, una familia (tu mujer, tu hijo, el perro que no te olvida).
Pero sigue vivo, dentro de tí, sediento, un fuego que no se apaga.

Sunday, January 10, 2010

AL BORDE DEL SILENCIO

Dias de fin de semana: amigos, un corto viaje, una comida frente al mar en El Rompido. Barcos, colores, una puesta de sol. Hoy -minutos antes de levantarme- arrebujado en la ropa de cama, pensándomelo, pensaba en todo lo que tenía que hacer (todo lo que tenía comprometido hacer). Al final -por supuesto- no he hecho nada. Demasiado por hacer, nada hecho. Mañana tendré que exponer un tema que no he preparado y apenas creo recordar. Es inevitable: volveré a situarme al borde del abismo.



Hay un precedente: Joseph Cotten en "El tercer hombre" cuando, de repente, se encuentra ante un auditorio que espera escuchar de él una conferencia que había comprometido (y olvidado) sobre "La moderna novela americana" (él, autor de fáciles novelillas del Oeste). Ante el público sin nada que decir: es una pesadilla que me ha visitado también a mí. Es aterrador. Enrique Vila-Matas, en cambio, cuenta (quizás finge) que utiliza esa técnica habitualmente. Habla de ello en "Doctor Pasavento". Busco entre mis libros esa novela fundamental, pero no la encuentro. Me gustaría citarla aquí: serviría para justificarme. Recuerdo vagamente que Vila-Matas va camino de Sevilla en el AVE desde Madrid y durante el viaje trata de imaginar de qué puede hablar en su conferencia (no preparada) sobre "Relaciones entr ficción y realidad en la novela". Dice (seguramente mintiendo o fabulando, o recordando una pesadilla) que le gusta llegar al acto sin saber qué va a decir y así, colocarse al borde del abismo, dispuesto a dar un paso adelante. Él lo cuenta muy bien, pero no encuentro el libro y no podré citarlo literalmente. Por ello sigo con mi cuento sin muletas.



¿De qué hablaré mañana? ¿Es importante lo que diga? ¿debo preparar algo o -como se dice en los Evangelios- me será inspirado lo que he de decir en el último momento? La necesidad de seguridad frente a la posibilidad de aventura. La razón frente a la fe. El protagonismo del auditorio o la necesidad de control. En realidad lo que preparas es una especie de escudo, de impostura: lo que no sabes ya, no es tuyo (es un artificio o directamente es ajeno). Tu yo real surge al enfrentarse a cuerpo limpio al vacío, al silencio: es tu defensa (o tu ataque) ante el abismo del silencio. Lo tuyo lo llevas puesto y en esas situaciones es donde descubres quién eres. De ahí el atractivo del abismo.

En el caso de Joseph Cotten, cuando las viejas cacatúas que asisten al club de lectura le preguntan por los grandes escritores americanos no sabe qué decir. El público, decepcionado, va abandonando la sala (otra pesadilla recurrente). Pero poco importa. Todo es falso: él podría hablarles de su amigo Harry Lime, de la novela del Oeste, de la mujer de la que se está enamorando, del misterio de la muerte. Él podría hablar sólamente de sí mismo. Como cada uno de nosotros.

Wednesday, January 06, 2010

LOS OPUESTOS



De vuelta de vacaciones, vuelvo al ordenador y abro el correo de estos días. José María Sánchez-Ros me ha dejado su felicitación con un regalo: la noticia de la página Los perros de la lluvia, donde aparece una fotografía familiar de Marilyn Monroe leyendo el Ulises de Joyce. Aparente armonía de contrarios. Es una forma estupenda de empezar el año, con un sano relativismo y un propósito insospechado: leer hasta llegar a ser tan bello como ella.

Comienza Enero. Iannuarius. El mes dedicado a Jano, el dios bifronte. Jano del que recibe su nombre la puerta: Ianua, en latín. El dios romano de las puertas, de los cruces de caminos, de los puentes, de todo lo que pasa de un estado a otro. Dos cabezas, pero un único dios que armoniza en sí todos los contrarios, porque, irónicamente nos recuerda que todo acaba siendo poco más o menos la misma cosa. La pescadilla se muerde la cola y el círculo se cierra.

Una cabeza mira al año que empieza y otra al que termina. Pero encuentro en Internet una foto de esta divinidad humanizada y en este Jano humano me doy cuenta de que las dos cabezas pudieron no ser sino una limitación plástica de los antiguos. No se trata de un monstruo bicéfalo: las dos cabezas parecen, en realidad, captar el movimiento.



Ese movimiento que es el presente continuo, el ahora, lo único que existe: este minúsculo y humilde momento en que escribo y en que se integra todo lo que fui y seré. Armonía de opuestos: nada es imposible, ni siquiera que Marilyn leyera el Ulises en su piscina, mientras tomaba el sol. También Raphael canta a dúo con Sabina y no pasa nada.

Y mientras invoco a este dios travieso, inquieto, a este dios del cambio y la transformación, abro el blog y compruebo que Olvido ha transformado también el suyo y vuelve en su nueva singladura a la palabra, desde el casi silencio que había elegido. Pero la palabra puede ser silencio también, como nos recuerda la bella música de Lhasa de Sela, a la que dedica una entrada. No hay contradicción. A veces son necesarias muchas palabras para llegar al silencio.

Y así, pensando en esa dualidad integradora, en esa Marilyn que lee a Joyce, cuando busco como otras veces la página de la La Mala, me llevo la alegría de reencontrarla bien, escribiendo con su mejor estilo. Tras leer su entrada me queda la duda de si la escalera de mi vida me estará conduciendo hacia arriba o hacia abajo, o si la escalera nunca lleva a ninguna parte. De todas formas, ya que empieza el año, hay que ser optimista y contando con la ayuda de Juno, aunque uno sospeche que la escalada le conduce a las cimas más altas de la miseria, mantener siempre (como quiere Elisabeth) L'esprit de l'escalier. Es esto lo que importa: permanecer en movimiento. Y en verdad: nadie es perfecto. Ni los superhéroes. Ni Marilyn.