Thursday, February 04, 2010
LAZOS Y UNIDAD
Leía ayer sobre Antoine de Saint Exupery. Dice algo en “Ciudadela”, su último libro, creo que inacabado, sobre la figura del jefe, que me ha dado que pensar.
El jefe –dice- es una persona que pide a los demás que le salven. Es alguien que pide a los demás su participación en algo común, que intenta que experimenten ese sentirse parte de algo, algo a lo que entregan su esfuerzo y algo en lo que pueden apoyarse. El jefe organiza, integra una serie de piezas sueltas en una unidad. El jefe sustenta en sí la imagen de esa unidad que ha conseguido, de ese proyecto para el que pide ayuda a sus subordinados. Esa capacidad de producir unidad es lo que da autoridad al jefe.
A lo mejor tenemos que desaprender el individualismo (tanto de empresarios como de trabajadores), esa visión puramente económica de las cosas, para recuperar el espíritu de comunidad, como alma de nuestras vidas. Partiendo de una retribución justa, desde luego, el trabajo es algo que debe enriquecer al hombre como persona. Lo que cuenta en la vida, lo que la dota de sentido, son los lazos entre las personas (empleados, clientes, comunicación, desayunos compartidos, fuera de horas…) y de esas personas con las cosas que utilizan (el lugar de trabajo, su mesa, su ordenador, el baño o el lugar en que se reúnen para compartir un rato de descanso o fumar un cigarrillo). Ahí es donde se resuelve la vida: en las relaciones, en los lazos emocionales. Necesitamos salir del aislamiento, para experimentar esa pertenencia a algo mayor que nosotros, a una comunidad, a un grupo. El empresario, el jefe, es el que es capaz de inspirar esa unidad que trasciende y da sentido a la realidad fragmentaria.
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En "Vol de nuit", dice Saint-Exupèry, refiriéndose a Rivière,("admirable figure de chef"), que su máxima fundamental era: "Ama a tus subordinados, pero sin que ellos lo sepan".
ReplyDelete¿Estás de acuerdo con él, Francisco?
Creo que es más una dirección en que cabe trabajar: crear las condiciones que favorezcan esas relaciones que -trascendiendo de lo puramente laboral- den una densidad humana al trato entre personas, sea cual sea su papel en la tarea. Riviere es el jefe de una línea aérea: la línea es algo que está por encima de cualquier cosa, y a la vez un objetivo que une a todos los pilotos, algo que comparten y de lo que se sienten responsables y a la vez orgullosos.
ReplyDeleteEl amor sería soñar con algo así, ser capaz -como jefe- de inspirar algo así. Riviere, por otra parte, ha de ser duro y su amor es algo secreto (algo para sí)...Como un padre(que castiga y premia) y probablemente se pueda acusar a Saint Exupery de paternalista. Sin embargo, creo -contestándote- que los padres de hoy no tienen miedo a expresar su amor, ni creen que ello les reste autoridad.
La palabra "jefe" está delimitando la unión.
ReplyDeleteMás que amar, diría admirar por la capacidad del subordinado -no me gusta la palabra subordinado-
Puede y debe haber unidad para el equipo sin olvidad que la última decisión, debe tomarla una sola persona...
Los padres de hoy, afortunadamente, demostramos muchas cosas. Eso sí, sin perder la capacidad ante los hijos de que somos los padres.
Creo que si no se hace allí, ellos pierden el rumbo.
Nunca he querido amiga de mis vástagos.
Besos
Me parece bien admirar, Aquí. Podemos tener más acceso a la admiración (al respeto) que al amor. Y sin embargo, no hay amor sin respeto y sin admiración. Un beso.
ReplyDeleteTambién respeto y admiración por los hijos.
ReplyDeleteRespeto siempre.
ReplyDeleteUn abrazo
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