Saturday, March 27, 2010

DUBLINESCA, UNA HISTORIA DE FANTASMAS



He terminado "Dublinesca", la última novela de Vila-Matas. Me he bebido a sorbos esta historia de un editor retirado, una historia que sucede en medio de un verdadero diluvio interminable, más bien un diluvio terminal, un diluvio de final de mundo. El final personal, en primer témino. Quiero decir, la muerte. El final de una vida, la del editor retirado, llena de fantasmas de autor a su alrededor, llena de la necesidad de autores que sigan construyéndole esa vida -en forma de catálogo- que ha ido creyendo suya. Autores con los que no puede dejar de hacer planes literarios, para vivir vicariamente su vocación literaria. Todos esos autores con los que programa una despedida de todo esto, son ya fantasmas del editor retirado, quien convive -sobre todo- con el fantasma (esa ausencia que se presenta huidiza) del que él fué antes de ser lo que ya no es, antes de ser editor. Como si ser editor (o ser Vila-Matas escritor) hubiera sido la mejor manera que uno encontró para desaparecer en la niebla, como Drácula.
Se trata pues de una obra fantasmal, construida desde la confusión que sucede a una fractura vital. La de este editor sesentón, retirado del alcohol y de la edición, en medio de un diluvio, que es un modo bíblico de terminar con lo que había, en busca del cero inicial. Una tentación en la que cayo el mismo Dios creador: destruirlo todo.
Una novela, ésta de Vila-Matas, en la que hay también un fondo de música. Musicas que suenan entre sus páginas, como esta canción vaquera, rutera, que curiosamente incide en la lluvia. No el diluvio, sino una lluvia suave, de agua que acaricia, que limpia, una lluvia llevadera, amable. No esa lluvia inclemente, atronadora, apocalíptica. Novela de apocalípsis "dublinesca", planeada como salto a otro mundo, al mundo inglés, menos racional, menos elegante, más brumoso, más poblado de espíritus. De eso trata también este libro. De la posibilidad de dar saltos, de aventurarse en otros mundos para sobrevivir al diluvio. El editor retirado quiere abandonar su mundo excesivamente francés, para trasladarse a otro mundo, el inglés, más dotado para el humor, la ironía. Un mundo lleno de apariciones y desapariciones inesperadas, un mundo en que se convive bien con lo extraño, lo incomprensible, ese misterio que aporta poesía a lo oscuro y lo funerario. Un mundo donde convertir en parodia toda solemnidad. Un mundo donde -a imitación de sus ancianos padres- el editor retirado podrá entablar una mejor relación con los fantasmas.

3 comments:

  1. espero que recuperes tu parte de editor algún día...abrazos amigo.

    ReplyDelete
  2. Francisco, yo la estoy leyendo ahora mismo. Por cierto, pedazo de texto has subido hoy. Hondo, hondo.

    Kisses,

    Marta

    ReplyDelete
  3. This comment has been removed by a blog administrator.

    ReplyDelete