Wednesday, July 21, 2010
LA PIEDAD SILENCIADA DE CARVER
Yo había leído a Carver. Me pareció brutal y fascinante. Sus relatos, intensos, hechos a tajos, con frases cortantes, no parecían dejar lugar a los sentimientos. Había algo muy duro ahí y apenas podía aflorar un atisbo de piedad. Carver había muerto joven, de un cancer de fumador que se le extendió al cerebro. Murió cuando había encontrado al fin el amor de su vida. La exigua obra del autor se debía a su muerte prematura que nos había privado de la madurez de un escritor brillante y prometedor.
Luego he sabido que los cuentos de Carver no fueron escritos tal como aparecieron publicados. El Carver que hemos conocido es el resultado de la poda, de la tala sistemática de su editor, Gordon Lish, editor en el sentido anglosajón del término, es decir, un sujeto con licencia para meter la tijera y rehacer el texto para amoldarlo a las exigencias del mercado o a sus gustos personales (un editor con ínfulas de autor). En esta labor "creativa" el editor llegó a cambiar finales y a reducir algunos textos hasta en un cincuenta por ciento del original. Esa desfiguración consigió venderla como un nuevo movimiento literario: el "minimalismo". El autor, preso en la dependencia alcohólica durante años, falto de autoestima, aceptó las imposiciones de su editor-descubridor durante años, renunciando a la integridad de su obra. Su viuda se encontró ante un estilo reconocido y consagrado, que en un principio no se atrevió a desenmascarar.
Ahora se empiezan a publicar los otros textos, los que Carver escribiera: los que Gordon Lish mutiló. Y se comparan los resultados. Según el escritor Alessandro Baricco -tomo esta cita de Wikipedia- después de revisar sus manuscritos se puede decir que Carver «construía paisajes de hielo pero luego los veteaba de sentimientos, como si tuviera necesidad de convencerse de que, a pesar de todo aquel hielo, eran habitables.» La opinión de Baricco es que las versiones de Carver —en un momento u otro edulcoradas por emociones que Lish sistemáticamente suprimía— añadían humanidad a los personajes y permitían vislumbrar en Carver algo «terrible pero también fascinante.»
Podría ser que, una vez desvelado el verdadero corazón de Carver, incluso los mismos cuentos con idénticas palabras, nos vengan a decir cosas muy distintas. Cambia la voz del autor, esa voz silenciada por Lish, esa voz con un punto de piedad acallada, quebrada, la voz humana y dolorida del Carver-hombre, una voz que a mí me interesa más que la distante y seca voz del Carver editado. Los textos maximalistas de Carver. Esos textos que sin el desvelo de Lish -y sin su marketing- nunca hubieran salido a la luz.
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viva Carver...abrazos
ReplyDeleteViva y vivan mis amigos de Zaragoza. Un abrazo, poeta.
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