Thursday, August 12, 2010

ORACIÓN



A veces te escondes tanto
que no sabemos nada, no entendemos nada
y miramos al Cielo sin respuestas.
No podemos ver tu rostro.
No encontramos salida
en el absurdo laberinto
en que nos sitúa cada muerte.
¿Dónde estás, si nos amas, dónde estás?
¿Por qué la muerte de los niños?
¿Dónde está tu ternura, Padre?
¿Por qué nos das y luego nos quitas lo que más queremos?
En nuestra oscuridad estás tú,
como una luz que alumbra una esperanza.
Espero, en el silencio y la paz,
la nueva vida que nos prometiste.
Espero la vida eterna
-no sabemos cómo-
porque no muere el amor que nos tuvimos.

7 comments:

  1. En la catedral de Chartres está representado el cielo y la tierra. Se dirá que en todas las catedrales lo está, y en los templos hindúes y en los budistas. Pero ciñémonos a Chartres. El Gótico precisamente justifica la ascensión mística a través del crecimiento de sus bóvedas ojivales. Este Gótico, además, ha roto la dictadura cisterciense (no exenta de encanto) del reformador Bernando de Claraval y el Arte es otra cosa. Si los templos cristianos de este tiempo secular representan la Montaña, Chartres es un paradigma. Pero hay algo más. Cuando entras en la catedral tu mirada va de inmediato a las alturas, como antes de entrar era más horizontal y a través de la contemplación de sus portadas la ibas trasladando a los arbotantes, a los muros que ascienden, a las fachadas agudas, a sus torres. Parece que dentro del templo no hubiera visión sino para las bóvedas. Y héte aquí que cuando comienzas a recorrerlo algo distingues bajo tus pies. Losetas o adoquines de buen tamaño cuyos colores no son uniformes. Ves un árbol, luego otro, hasta que empiezas a sospechar que estás en un bosque. Y entonces, el viejo símbolo, el que naciera ya en el Paleolítico, se consolidara en las culturas del Bronce y adquiriera carta de naturaleza para siempre en la desarrollada civilización minoica de Creta, ese antiguo significado está allí. La búsqueda, el recorrido complicado de la existencia individual (y colectiva), la dinámica contradictoria y complementaria de la vida...está allí. Trazando sinuosas rutas helicoidales dentro de un cosmocírculo. Y el Centro. El Centro es la Rosa. Otro de los símbolos más desarrollados en todas las culturas occidentales y que llega a nuestros días (no hay más que observar edificios de nuestras ciudades de finales del XIX y principios del XX)

    Cuando pisé por primera vez Chartres, aquel Laberinto fue un descubrimiento excitante, emocionante. Me sentía empequeñecido de pronto. Los pies me cosquilleaban. Empecé a entender el mundo simbólico y la necesidad que tenemos los humanos del símbolo para proyectarnos (probablemente sin éxito, pero por espíritu de supervivencia y de biología de resistentes que desean llegar más lejos) más allá de nuestros límites.

    Me gusta tu oración, aunque, como ya sabes, yo ore de otra manera. Me gusta el simbolismo de tus palabras, la rebeldía latente desde tu propio Lábros interior, la exigencia que haces transcender (pero no debes olvidar ejercerla también en su pobre y enfrentada concreción social)al Vacío.

    Curiosamente, en Chartres, entre Cielo y Tierra está el Gran Vacío. Al final, el Hombre y su Soledad.

    Un abrazo directo, que no laberíntico.

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  4. Francisco. Elimina al menos dos de las tres reproducciones de mi texto. No sé qué demonios (¿laberínticos?) tenían lugar que sin querer las he colocado a mayores.

    Gracias y disculpa.

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  5. ¿Por qué acudes a alguien superior para pedirle explicaciones por el dolor inmenso, absurdo, irremediable, cruel, pavoroso, perpetuo, ilógico, permanente, inconsolable, asfixiante, insoportable,ante el que sólo podemos llorar?

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