Tuesday, January 11, 2011
IMAGEN DE CORREDORES
Ayer por la tarde salimos a dar nuestro paseo. Costaba un poco acarrear los kilos de más acumulados estos días. Se resentían las clavijas. Enero empieza en cuesta. Según caminábamos, nos iban adelantando o se nos iban cruzando corredores. Jovenes, mayores, hombres, mujeres. Corrian cada uno a su estilo, unos muy tiesos, otros cabeceando, otros de forma cansina. Una chica muy elegante, con su coletita marcando el ritmo. Felpas, deportivas, sudaderas. Era una auténtica profusión de animosos personajes. Cuando me dí cuenta de que estaba pendiente de todos estos detalles dije: "¿No será que han leído el libro de Murakami?". Porque me parece que hay más corredores de lo normal y estas navidades he leído ese libro y a mí casi me entraron ganas de intentarlo. Es verdad. Puede ser bueno cuando estás llevando una vida insana -y eso nos pasa cuando estamos inmersos en una crisis como la que tenemos encima- puede ser bueno, como dice Murakami, estar sano. Conectarte con tu cuerpo y sentirlo bien, incluso que duele. Para que no se te vaya la cabeza por esos cerros de Úbeda. Puede ser un buen truco pensar en los tiempos, en el crono, en mejorar tu marca, para dejar de tener la cabeza puesta en la deuda soberana, en el despido o en el día que venga el cargo de la tarjeta (que echó humo -son cuatro días- en Navidad). Volver al cuerpo y a la salud, cuando el entorno es insano. Y sí. Qué sanos parecen todos estos que nos cruzamos, que nos adelantan, que vienen y que van por la Avenida. Qué sencillo es calzarse unas deportiva, colocarte tu chándall (no necesitas a nadie) y echarte a correr. Porque el mundo está para echarse a correr.
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Dentro de poco, también me echaré a correr.
ReplyDeleteGracias por el envío.
Un abrazo
Eso, eso, como la puta vida: correr hacia ninguna parte.
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