Tuesday, January 24, 2012
JUNTO AL MAESTRO
Como había soñado, se le presentó la oportunidad de encontrarse a solas con el maestro. Tenía tanto que contarle, tandas dudas. Le habló de su vida, de sus errores, de su angustia por el futuro, del miedo a perder la juventud, a perder su trabajo. El maestro asentía con un gracioso movimiento de la cabeza, mientras le dirigía una mirada atenta y una sonrisa bondadosa. Al terminar aquél encuentro era otra persona. Luego, cuando le preguntaron, no sabía decir qué le había dicho el maestro, qué enseñanza le había dejado. Era porque no dijo nada. Todo lo había dicho él. Pero ese encuentro le había transformado para siempre: se había sentido por primera vez escuchado, comprendido, merecedor de la atención de otro ser humano. Poco tiempo después se supo de la sordera que el maestro padecía.
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