Thursday, January 25, 2007

PARA A. (Y PARA C;)

A veces nos sorprende el fulgor de un suceso casual. Estábamos pensando en alguien, y otro menciona su nombre. Estábamos leyendo un libro y alguien nos escribe diciendo que nos recomienda...ese mismo libro. A veces, esa casualidad es de tan genial diseño que nos deja por un tiempo noqueados. Parece como que alguien nos diera una pista de algo, pero no sabemos de qué. Parece como si hubiera un mensaje ahí, para nosotros ¿cuál? No importa, de momento. Ni se trata de razonar. Basta disfrutar de la luminosidad, del fulgor que produce esa sincronía, ese escapar de la razón que domina nuestros días, por un momento. Basta dejarse dominar por el gozo de ser guiados por alguien, que de nosotros se cuida.
Hay mensajes y mensajeros (ángeles les llamaban en otros tiempos). Hay un mensaje cuando -por un momento y olvidando nuestro agnosticismo- tenemos la sensación (no es algo de cabeza) de que es "demasiada" casualidad. En tal caso ¿qué me dice ahora, hoy, en mi situación de ahora, en mi problema de hoy, esto? Esta casualidad, que ya de por sí tiene el atractivo de lo brillante, de lo bien inventado...¿no me sugiere, en el fondo, que no estoy solo, que alguien me guía por un determinado camino de baldosas amarillas, hacia mi corazón, hacia mi valor, hacia mi inteligencia...?
Todos aprenderemos, tarde o temprano. Eso es lo que cambia, el tiempo. Pero el puerto de llegada es el mismo: saber amar. Todos llegaremos a ese puerto del amor, todos nos encontraremos cara a cara con esa experiencia personal de ser plenamente queridos...
Escribo esto, siguiendo los criterios de alguien que escribió a Danae, sin juicio de valor, a lo que salga, porque estoy de acuerdo con esa persona en que el blog no es algo importante y que cuando quieres hacerlo bien la cagas. Echo de menos, ahora, a Innes y su juvenil transgresión. Para A. No sé qué saldrá de toda esta patota. Pero seguimos el camino de la vida, nos sumamos a las luces que nos va presentado (sin rechazar las sombras), dejando que nos sorprenda a cada rato, con su forma de ser (espiritu, geniecillo ¿verdad Marisa?), ese espíritu cordial que nos conduce (lo entendamos o no) cariñosamente, cuidadoso, con inigualable sentido del humor, hacia nosotros mismos, hacia nuestra liberación...
Y para C. con quien experimenté tantos momentos de sincronicidad, estando, milagrosamente, juntos en la distancia.

6 comments:

  1. Anonymous10:09 PM

    A esa feliz casualidad es a lo que algunos llaman "serendipity". Hay que ser sensibles y estar atenta a ella para que no pase de largo cuando aparece en nuestras vidas. Saludos.

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  2. Anonymous7:09 AM

    Sigo tu consejo y no me arrepiento.

    Esas casualidades, y sabes de qué hablo, algunas veces consiguen que nos atrevamos a acercarnos a otras personas. A cara descubierta, dejando un poco de lado el anonimato. A ello voy ahora. Y gracias.

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  3. Benditas casualidades, llámense Ángel de la Guarda o como quiera que se llamen.
    Saludos

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  4. No hables en pasado Pachi, seguiremos por aquí. Azar? Destino? Las casualidades siguen sucediendo (este años he tenido por lo menos 3 que me han dejado temblando). Me encantan.

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  5. También a mí, pero yo no las llamo casualidades sino reunión, conjunción, ese punto preciso en el que se da todo. Hay que aprender a vivir con ellas y el asombro, al final parece que todo vuelve al mismo punto. Un abrazo desde las nieves, Francisco. Brindo por ese espíritu.

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  6. También a mí, pero yo no las llamo casualidades sino reunión, conjunción, ese punto preciso en el que se da todo. Hay que aprender a vivir con ellas y el asombro, al final parece que todo vuelve al mismo punto. Un abrazo desde las nieves, Francisco. Brindo por ese espíritu. Brindo por ese espíritu.

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