He leído que existen "bothisatvas" inversos. Seres muy evolucionados que vuelven a la tierra para ayudarnos, haciéndonos precisamente la puñeta, fastidiándonos y haciéndosenos odiosos. Así nos enseñan a trabajar el amor en nuestro interior. El amor incondicional que reconoce en el otro parte de nosotros mismos, y en lo que rechazamos del otro, aquello que en nosotros devemos perdonar y reconciliar.
Aprender a amar. Porque amar a alguien es mirarlo con amor, en su debilidad, ver por debajo de su careta de agresividad, de reproches, de quejas, de desdén.
Amar a alguien es ver en él lo mejor que hay, lo más inocente, y admirarlo en eso, confiar en esa parte que en él hay, ese don, en sus posibilidades, por encima de nuestra incomprensión a sus actitudes, a veces, o sus defectos o errores.
Amar a alguien es renunciar al amor propio, a pedir explicaciones, a tener derechos adquiridos, a que todo con él nos resulte claro, seguro y fácil, a que nos haga felices, a entenderlo siempre, a que todo en él sea equilibrado, a ser lo único que él necesita para ser feliz
Friday, October 31, 2008
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