
Es bello callar juntos,
pero más bello aun reír juntos...,
bajo el manto sedoso del cielo,
apoyados en el musgo de un haya,
reír entre amigos, con cordiales carcajadas
que dejen ver los blancos dientes.
Si obré bien, nos callaremos;
si obré mal... nos reiremos,
hasta que bajemos a la tumba.
Sí, amigos, ¿a qué debe ser así? ¡Amén y hasta la vista!
¡Nada de excusas ni perdones!
Ustedes, los alegres,
¡presten libremente corazones,
oídos y cobijo a este libro lleno de sinrazón!
¡Créanme amigos, mi sinrazón no es fruto de una maldición!
Lo que yo descubro y lo que busco
¿se halló alguna vez en un libro?
¡Honren en mí a la estirpe de los locos!
¡Aprendan de este libro loco
cómo la razón vuelve a entrar... "en razón"!
Sí, amigos, ¿a qué debe ser así? ¡Amén y hasta la vista!
"Entre amigos"
Nietzsche
Me vino a la cabeza ayer esta frase "es bello callar juntos" que leí hace años en un poema de Nietzsche, mientras miraba a la pantalla del ordenador, queriendo actualizar el blog y sin que se me ocurriera nada qué decir. Pensé que si no tenía nada que decir, podía callar junto a los otros. Busqué el poema en la red y me trajo la sorpresa de esa alegre propuesta del filósofo: es mejor reir. Es mejor la vida que las palabras. Sobre todo: mejor el silencio que el parloteo. Pienso en los que escribimos y nos leemos. A veces, nos quedamos en silencio, pero ahí estamos (como algunos amigos a los que no vemos durante un tiempo). Entonces, no es necesario hablar por hablar, puede uno permanecer en silencio mucho tiempo, porque también es bello sentirnos juntos cuando callamos.
Llevo tiempo haciendo la autocrítica de este blog, muchas veces introvertido y refugio de nostalgias. "Una ventana, acaso una puerta", fue y ha vuelto a ser su lema. En estos tiempos quizás haya que mirar afuera y salir a la calle, para ver lo que está pasando, para protestar y arrimar el hombro. No es bueno quedarse como un caracol, metido dentro de su concha. No es bueno mirarse permanentemente al espejo o acomodarse uno en su nicho hasta que escampe. Con lo que está cayendo...sería bello volver a recuperar la calle, la política, la actualidad, la batalla de cada día. El intimismo no puede convertirse en soliloquio autocomplaciente, no puede ser un parapeto para evitar el compromiso. Hablar no puede servir para diferir la acción. Para ocultar la confusión y el miedo. Es bello callar juntos, entonces. Pero es más bello enfrentarse juntos a lo que destruye la alegría.