Thursday, March 17, 2011
COJERA
Disimulaba su cojera haciendo reverencias.
He leído en algún lugar lo siguiente: Por lo visto Quevedo se avergonzaba enormente de la cojera que le afligía. Relataba Francisco Umbral que el escritor, en la castiza noche madrileña, disimulaba su accidente cuando pasaba frente a alguna damisela reclinándose y haciendo una reverencia. Y por ello, como no podía ser de otra manera, se autodefinía como "entre cojo y caballero".
Yo tenía apuntada la frase en una de mis muchas libretas de notas. Llevo años escribiéndolas. Me hizo gracia la frase por su sonoridad. Pero no recordaba de dónde la copié. También tiene cierto sentido. Porque todos cojeamos de algo. Faltamos en algo, o nos avergonzamos de algo. Entonces, disimular cargando la suerte, disimular el error exagerándolo, viene a ser tanto como hacer de la necesidad virtud; de la limitación, gracia. Es casi como reirse uno de su debilidad. No deja de ser una habilidad del débil. Una estrategia del afligido. Como los judíos, que siempre se han reído de sí mismos, de sus rabinos y de sus narices. El débil procura ser grato a base de reverencias. Disimular los defectos con afectos. Y pienso en Quevedo afligido por su cojera, frente a las señoras, exagerando el gesto con un sombrerazo galante. Una reverencia presumida y pudorosa.
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