Tuesday, March 01, 2011

TÚ ERES EL GUARDIÁN DE TU HERMANO



"¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?" (Genesis 4,9)
En esta sociedad global, la muerte de cien millones de personas por hambre nos propone esta pregunta fundamental. El filósofo judío Zygmunt Bauman reconoce la realidad: "no hay, seamos francos, ninguna 'buena razón' para que debamos ser guadianes de nuestros hermanos, para que tengamos que preocuparnos, para que tengamos que ser morales; y en una sociedad orientada hacia la utilidad, los pobres y dolientes, inútiles y sin ninguna función, no pueden contar con pruebas racionales de su derecho a la felicidad". Y sin embargo, ese que no consume, ese que es inútil a esta sociedad, es mi hermano. Es un hombre y eso le hace hermano mío. Hay una vinculación, más allá de la lógica del sistema. Estoy obligado con él, porque la humanidad se fundamenta en un vínculo entre los hombres, un vínculo en dignidad, que los hace iguales, sea cual sea su situación social, su poder adquisitivo, su color, su raza, su sexo. Esa igualdad nos hace responsables del otro, más allá de las obligaciones contractuales, de las razones económicas. "No es nada personal": es lo que se dice al empleado que despides. Pero es que sí hay algo personal: hay razones humanas que la economía no entiende. El economicismo no sirva para construir un mundo diferente, más humano, más solidario, donde todos vivamos con la austeridad necesaria para que no haya pobres, para que los recursos se preserven; un mundo distinto es posible, si el hombre se antepone a la codicia.
"¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?". No: tú eres tu hermano y si te desentiendes de él, pierdes tu más profunda identidad.

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