Thursday, August 18, 2011
MI MUNDO SIN MÍ
Al final no fue el viaje de Joyce. Joyce es Dublín. Pero el campo, la naturaleza, es Yeats. Allí, en el embarcadero, frente al lago de la isla de Innisfree, se sentía toda la melancólica belleza del mundo. Esa belleza que Yeats rememora de su estancia de niño en un largo veraneo en el condado de Sligo.
Y en Drumcliff, el pueblecito cercano a Sligo donde quiso ser enterrado, visito su tumba, en un precioso cementerio. Su epitafio, que el mismo redactó (para un mundo sin él) y que yo -que no sé inglés- traduzco para mí: "Mira la vida y la muerte con una mirada distante, como alguien que va pasando por allí".
"Mi mundo sin mí", la película de Isabel Coixet que he visto ayer y en la que la protagonista dice: todo esto, todo lo que nos ofrecen los grandes almacenes, todo lo maravilloso y atractivo, es para que nos olvidemos de la muerte. "Inventa un cielo para mí", le encomienda póstumamente a su esposo. Y va lléndose e imaginando que, sin ella, su mundo podrá continuar.
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Green que te quiero green...
ReplyDeleteabrazos
Como decía el poeta...
ReplyDeletePor cierto parece que los poetas fueran los raros, pero en la película la chica dice una frase: "Nadie es normal", que de evidente cae por su peso. Luego todos somos -o queremos ser a ratos- poetas. Un abrazo a donde quiera que estés.
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ReplyDeleteContinúa, sí, pero de otra manera. Primero es la extrañeza, la sensación de estar mirándolo todo como a través de un sueño. Y no estás durmiendo, sólo en medio de la confusión porque, al final, creamos lo que creamos, la muerte de lo que queremos es en gran medida la nuestra, y nos asusta y confunde. Quizás por ese convencimiento, más o menos aceptado, están tan llenos los grandes almacenes...
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