Friday, June 15, 2007

CULTURA SUNAO

Leyendo a José Antonio Marina me entero de que las culturas orientales rechazan el individualismo occidental y creen que es insolidario y brutal. En Oriente creen en el grupo, en las redes familiares amplias y consideran la pertenencia como algo más importante que la autonomía. Se habla como algo genuinamente japonés del sentimiento de dependencia: el amae. Significa "depender y esperear la benevolencia". "Un sentimiento de indefensión y el deseo de ser amado". Esto se conoce como "cultura sunao".



Esto, en cualquier libro americano, sería condenado como infantilismo y nos darían toda clase de consejos para desterrar la falta de autoestima que acaba por entregar nuestro poder al otro.

Recuerdo la película "Babel" y la historia de la joven japonesa. Ha debido ser terrible allí la colonización poe el individualismo occidental de la cultura tradicional nipona. El efecto disgregador ha debido ser tremendo, sobre todo en la juventud y entre ésta y sus mayores. Esa búsqueda del grupo, esa dependencia de los otros para ser resulta angustiosa.

Frente al individualismo feroz y el gregarismo, Marina propone la búsqueda de una felicidad personal pero que reúna las tres C: ha de ser una felicidad compatible, compartible y cooperativa. Una felicidad que tiene en cuenta la felicidad del otro, la construcción en común de algo y el compromiso o decisión de buscarla juntos.

8 comments:

  1. Que se lo pregunten a Mishima, ¿no? Su hipersensibilidad fue más allá de su obra literaria y se decidió por la autorredención. ¡Vaya fin! ¿El propio ejemplo para nada?
    Las tres C de Marina se pueden tener en cuenta. Supongo que habrá muchas más C o S...Las redes son interesantes cuando se basan en la cooperación, el apoyo mutuo y el respeto por la libre elección de cada cual. Si sólo están para atar y hacer pasar por el aro en nombre de antropologías culturales caducas y superadas, no me interesan. Mi tradición personal y occidental "ilustrada" (hay otra, la "católica") me pide desarrollar el individuo que llevo dentro. Y procurar porque este desarrollo les alcance al restode los seres. De ahí la importancia de reforzar una sociedad laica, civil y tolerante. ¿No crees? Saludos.

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  2. Sí. Lo creo. Pero precisamente planteo si el ser tolerante no implica prescindir de imponer (o dejarse imponer) algunos conceptos admitidos por nuestra ilustración absolutos, por ejemplo, desde la psicología. Y tomarse (y dar) a cada uno la libertad de sentir de determinada manera, sin recibir el anatema del terapeuta de turno.
    Ejemplo políticamente incorrecto. Se dice ahora a las mujeres: no aguantéis más, liberaos.Pero igual alguna siente el deseo de aguantar. Digamos, no por cuestiones religiosas, sino porque siente ese deseo de entregar parte su autonomía en una relación o a una familia, siempre claro que ello se plantee en términos tolerables (no hablo de maltrato). Esta decisión debe ser personal y sin embargo tendemos a calificar de caduco el esquema que ampara esto. Y sin embargo, es un esquema defendible y legítimo. Dejamos de ser tolerantes, al querer llevar nuestro concepto de liberación a otros y "reeducarlos" en términos culturales. Pienso. Se puede generar mucha violencia en la sociedad si llevamos al extremo el individualismo.

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  3. Excelente reflexión, Francisco. A mí también me pareció desgarradora la historia que describe la magnífica Babel. Y suscribo tu comentario de respuesta a fackel, además de enlazarte desde ya en 5impulsos. Un abrazo.

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  4. Lo bueno de una sociedad laica, civil y corresponsable es que haya libertad de elegir. En eso no difiero de lo que planteas, Francisco. Pero ¿hay alguna sociedad que se precie que no funcione con arreglo a unas reglas de juego? Por mi parte, yo prefiero las reglas pactadas a las impuestas. Los conceptos absolutos tampoco me gustan vengan desde la Religión, desde la Ilustración o desde el Mercado. Pero no me puedes negar que hay que proporcionar los medios -jurídicos, informativos, de recursos de suprevivencia, etc.- para que la gente se plantee las posibilidades y tome elección. Las sociedades endogámicas y tribales en Occidente quedaron atrás, ¿verdad? Por supuesto, hay tantas cosas que recuperar, sanear y refundir en las sociedades occidentales, pero sin renunciar a los logros. El Mercado, por ejemplo, tiene hoy un poderío y un instrumento (su globalización) que es pauta, ley y conducta. Corremos el riesgo de ser sus esclavos. El debate es amplio y sin fin, supongo. Está bien que planteemos cosas. Por otro lado, yo no he visto la película Babel, así que no puedo opinar, no tomos vuestros guiños al respecto, Rythmduel. Saludos.

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  5. Palabra de Don Pio Baroja.

    Desde un punto de vista humano, lo perfecto en una sociedad sería que supiese defender los intereses generales, y, al mismo tiempo, comprender lo individual; que diera al individuo las ventajas del trabajo en común y la libertad más absoluta; que multiplicara su labor y le permitiera el aislamiento. Esto sería lo equitativo y lo bueno.
    La sociedad no sabe hacer ninguna de estas dos cosas; defiende lo particular contra lo general, porque tiene como norma práctica la injusticia y el privilegio; no comprende lo individual, porque lo individual constituye la originalidad, y la originalidad es siempre un elemento perturbador y revolucionario.

    Un abrazo

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  6. La felicidad incontaminada no existe a menos que forcemos a la realidad a retirarse, velando los sentidos, al oscuro rincon de la inconsciencia.

    Yo pienso que esta definición (o indefinición) que proviene de un pensamiento religioso (el extasis, el nirvana etc) nos dificulta (por elevación) la percepción de la felicidad a la medida de lo humano, que no por ser imperfecta (como lo es el propio ser humano) deja de ser algo concreto y natural.
    (Incluso más habitual de lo que parecería a un lector de la actualidad política nacional).

    Yo creo en la felicidad de las pequeñas cosas, esa felicidad que apenas se siente y que a veces consiste en uno mismo ante la oscuridad del mundo y otras veces en la transpiración de la multitud mientras la busca entre los farolillos de la vida. En la que se da, cuando no se tiene, en forma de esperanza y en aquella que nos bebemos de un golpe, ávaramente, como un cáliz sagrado y momentáneo que da sentido a toda una existencia insignificante.

    Escucho a dos jilgeros retándose a trinos, recorriendo las escalas de grises de la tarde y me siento feliz.

    No soy especialmente individualista, más bien al contrario, pero no estoy seguro de que esta felicidad mia dependa de compartirla ahora mismo con vosotros.

    Un saludo

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  7. Creo que es verdad lo que dice Manolotel. La felicidad es un asunto individual (casi una forma de creatividad o invención). La satisfacción es algo menos sofisticado que la felicitad. Pero sí creo también que esa felicidad -que se encuentra en lo imperfecto, en la realidad tal como es- crece al comunicarse. Alguien dijo que la felicidad es "difusiva". Y ese factor integrador de la felicidad individual es real.
    Creo que la revolución de las personas es posible. El otro día, Aviador, alguien dijo que era una carga muy pesada para su generación (la generación beat), no haber conseguido transformar el mundo. Pero, al menos, ellos se lo plantearon.
    Un abrazo a los dos, que os sigo.
    Y gracias a Rythmduel, con el que comparto la afición al jazz. Saludos Fackel. Seguiremos hablando.

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  8. "Desarrollar el individuo que llevo dentro. procurar que este desarrollo les alcance al resto de los seres" Desde el pensamiento occidental mismo, el "desarrollo" no es posible para todos. y a mi me encanta ser silvestre!!

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