Monday, January 26, 2009

MUY POCO SE PRECISA EN LA VIDA, CASI NADA


Muy poco se precisa en la vida, casi nada;
un lunes con dos dedos de sol, algún empeño
en darse a los demás y ¡que te vaya bien
en ese largo viaje! Tal vez sea cuestión
de echarse al hombro un hato de alegría
como un hombre que sabe lo que quiere, que no ce-
ja y se acepta sin más viendo que aún le queda
por llegar bastante, y sigue, y ve a otros, como
él, en ruta, y que pretenden lo mismo, igual
que él, y sigue, y sigue, y sabe que muy po-
co se precisa en la vida, casi nada: un lu-
nes con dos dedos de sol, algún empeño en dar-
se a los demás y punto. Luego, se puede uno
ir tranquilamente al ritmo que mejor le con-
venga, puesto ya, qué le da si él se sabe due-
ño de sus pasos, si conoce que aquél camino
es suyo, es su vida, ¡la suya!, y que ese tiempo
es suyo, y se recrea en él, ¡en qué si no!,
y mira, y ve a otros, como él, en ruta, y
sabe que debe dirigirse por allí, y va
derecho, y ahora le conviene tomar aquél
atajo y se lanza: un pasito tras otro,
tan seguro, tan libre que los años no pesan,
que la muerte no pesa porque así es feliz y
sabe, y sigue, y ve a otros, como él,
cuya única ambición es hacer lo que hacen.

Carmelo Guillén Acosta

3 comments:

  1. Qué interesante. Pero parece que siempre será una minoría quien capte que la felicidad (o esa nostalgia que se le parece tanto) está al alcance de la mano. Al fin y al cabo sentir el mundo así requiere una buena dosis de sabiduría, de autonomía frente a los prejuicios circundantes, de mundo interior "cultivado".
    Al fin y al cabo parece que no son muchos quienes pueden ser felices con poco (un lugar tranquilo, algunos libros queridos, un café, etc).
    Buen texto, mis saludos y felicitaciones

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  2. Precioso, muy poco se precisa en la vida..."ligeros de equipaje, como los hijos de la mar..." Un abrazo

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