Tuesday, July 28, 2009

LAS ESQUINAS DE LA LUNA





Leo el libro de Luisa Miñana, "Las esquinas de la Luna". He oído decir que es un libro terapeútico, como acto de creación. Sí. Su lectura cura. Es una apertura para abandonar los límites del lenguaje y del discurso lógico, incluso del discurso mismo. Lo discursivo cede su espacio aquí al sueño. El sueño insomne de Luisa está hcho de espasmos de sentido que se revelan de súbito y en sí mismos llevan una luz de evidencia nocturna. No son textos, más bien texturas o relámpagos. Instinto sonámbulo que explora en su propia oscuridad.

"La modelo habla por teléfono con el fotógrafo

Desde que soy intercambiable
Me han crecido nombres como extremidades, como ojos, como bocas. Me parezco a los cuadros de Warhol y a los ceniceros de los hoteles, a una diosa oriental

Con todas las bocas te llamo y con todos los ojos. Con todas las extremidades podría abrazarme a tí, pues he aprendido desde niña en los documentales que en cualquier país la lluvia es verde y negro el sueño que no llega.

Mi tiempo es el tiempo en que puedes mirarme, porque no habito espacio ni sol más allá de este cordón umbilical que a veces es un árbol y muchas otras la carretera que da la vuelta al mundo.

Todas mis variaciones que tú amas las he diseminado por el mundo porque alcanza mi deseo para multiplicarme por todas las antenas y pantallas: seré cualquier mujer que tú alimentes o maldigas.

Tengo los dedos fríos de quedarme pegada a la fachada de cristal de mi oficina. Vivo en el polo Sur, en medio de la gran tranquilidad, concentrada en el trabajo de posar para tí

a todas horas
ante esta web-cam

Ya no estoy en los catálogos de tus exposiciones, y solamente viajo los fines de semana para alojarme en los hoteles por donde tú has pasado y entiendo que ser libre en este mundo de teléfonos
es una forma de ser intecambiable".

Leo este texto como quien bebe una copa en la noche, despacio. Y recuerdo a Carlo Mollino y sus ocultas fotografías de mujeres. Y se me aparece Luis Buñuel hablando de las arañas, que a la vez le atraían y repelían.



Y ese desasosiego es el que siento ante este amor extraño de la modelo que posa ante la web-cam, con todas sus bocas llamando al fotógrafo. Con todas sus extremidades deseándolo. Esa mujer multiforme, sus variaciones, cuyo tiempo es el de ser mirada. Mujer perturbadora que sigue al fotógrafo por todos los hoteles que él abandona. Fotógrafo que mira a la mujer y la expone a los otros. Porque el amor se escapa y se convierte en árbol: en carretera o en teléfono.
Y pegada al cristal, enfriándose los dedos de esperar, la mujer no mirada, la mujer no amada lanza su imagen o grito al ojo cibernético de una máquina.

5 comments:

  1. Gracias, Francisco, por esta reseña, por la clarividencia con que la has explicado, por lo diáfanamente que nos has mostrado a Luisa (a la que aprecio mucho). Voy a buscar el libro inmediatamente.
    Un abrazo.

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  2. Querido Francisco,
    ¡muchas gracias!. Me ha gustado mucho tu acercamiento a las lunas y a la modelo ante la we-cam. Me ha resultado revelador incluso respecto al propio poema: ya sabes que a menudo quien escribe camina entre luces y sombras por los propios textos y las propias palabras. Me gusta aprender de los buenos lectores, de los buenos escritores. Y las fotografías, "buñuelescamente" adecuadas.
    Un beso.

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  3. Jo, qué gusto de reseña. Qué bien. Me gusta el libro, me gusta Luisa, me gustan las esquinas de la luna, me gusta, Francisco, me gusta la reseña.

    Un libro que recomiendo por su belleza.

    Kisss,

    Marta


    PD: I call you

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  4. Fackel9:05 AM

    Francisco. Cuando puedas, pásate por La Antorcha. A ver qué te suena. Que los calores sevillanos no puedan contigo. Un abrazo.

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  5. Anonymous11:29 PM

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    semelokertes marchimundui

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