Tuesday, September 15, 2009
LA NUEVA FRONTERA
Buscaba un video de los años ochenta. Uno de Donald Fagen, el genial músico de Steely Dan, de su primer disco en solitario "The Nightfly". Es un video ambientado en la guerra fría. Una pareja celebra su particular guateque en un refugio antinuclear, con música del cuarteto de Dave Brubeck. Me encantó ese video y quería colgarlo aquí. Pero extrañamente no está disponible en You Tube, como casi nada de Donald Fagen que sea medianamente audible. Entonces la encuentro (y aquí paso de la anécdota a la categoría): es la chica de la "Nueva Frontera", una muchacha iluminada por la luz deslumbrante de su web cam. Resulta que la nueva frontera que nos aguardaba en los ochenta era la web cam. Internet. Jóvenes que pasan las horas delante del ordenador con sus caras iluminadas por la luz catódica de la pantalla, haciendo vida social, sí, pero una vida social virtual en la que uno puede recibir 150 felicitaciones en su cumpleaños y a la vez estar completamente solo.
La muchacha está en su habitación, tan ingenua con su bufanda, con esa palidez deslumbrada de niña encerrada en casa. Fuera hace frío. Ella le canta a la cámara, entusiasta, enérgica, segura, sola, dejándose llevar por la música. Tiene ese aspecto de niña rara, solitaria en su cuarto, como en esas tardes de catarro y aspirinas, montando este numerito para el mundo entero...para felicitar a Donald su cumpleaños. No sé qué opinar ¿narcisismo, desparpajo...? Es un poco patético, pero no podría censurarlo. Yo también pasé muchas horas de la adolescencia en mi cuarto, entre mis discos, cantando otras canciones, moviendo la cabeza con el mismo entusiasmo que ella. Incluso aporreando el piano de mi madre. Está bien. Es una forma de felicidad, y supongo que ella se lo pasa lo mejor que puede, como yo hacía, quizás queriendo compartir con alguien ese disco que te gusta. Yo abría las ventanas y soñaba que alguien oía la música y compartía secretamente mi entusiasmo. A veces mi abuelo entraba en mi cuarto y se reía si por casualidad me descubría bailando solo. Pienso con ternura en tantos chicos para los que la música o la literatura son algo tan profundo, un lugar en el que viven inténsamente sus sentimientos, chicos que se ríen y lloran solos, añorando algo que no saben y que todavía no llega. Y mientras pienso tanto, va sonando la canción y por un momento se distinguen las dos voces -la chica y Donald- en un dueto, ella interpreta, vive la música de él, incluso le aporta repentinos énfasis al decir la letra... Lo hace bien...y me descubro canturreando también, con ellos, y balanceando la cabeza, llevando el ritmo. Resulta divertido...no lo hace mal. En realidad es la mejor versión de este tema en la red. Bravo chica ¡Eres genial! Sólo entonces comprendo que soy un replicante de esa muchacha, delante de mi pantalla, con la misma palidez espectral iluminada, en la orcuridad de la noche. Y sigo siendo el chico que oía discos con las ventanas abiertas. Pero ahora hay otro detrás y cantamos juntos. Y siento que se trata de la misma Frontera.
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