
Habla Concha de la importancia del latido. "La base está en el latido". "Mientras que estes latiendo todo es efímero, extraño, todo se puede manipular, todo se puede cambiar". Latir es lo importante, que el corazón lata con lo que estás haciendo. Algo que está vivo ahí. "Todos aportamos...todos los que continuamos viviendo sin miedo a las vivencias, a atravesarlas. Cuando vives algo, después haces con eso lo que de da la gana. Si lo has vivido, te lo has trabajado, lo has digerido y lo has exorcizado, después puedes cantarlo, pintarlo o contarlo como quuieras. Ya es tuyo para siempre. Tu dolor, tu alegría, tu fe, tu deseo no tiene forma ninguna. Desde el momento que es tuyo, puedes darle la forma que quieras. Aquí no hay propiedades". Únicamente tengo mi vida. Únicamente es mío lo que he vivido, mi dolor, mis alegrías, mis desilusiones, mis esperanzas.

"Yo soy un ciempiés. Un ciempiés camina porque tiene pies, no porque tenga una dirección a dónde ir. Todo camino es bueno". Qué importa a dónde: sigo caminando. Es el camino, caminar, lo que importa.
No ha empezado el viaje y ya es esto que leo, esto que escucho a Concha todo un ponerse en camino, todo un ir a la vida. Qué mujer. Esencial.
Hay mucha vida en esa voz. "Todas las canciones hablan de lo mismo: siempre estamos con nuestra pelea con el querer". Recuperar esa primavera del amor. "Ay de mi primavera".
El avión surca el espacio y yo sigo mi viaje a un lugar que no conozco. Pero -de alguna forma- lo esencial de lo que vengo a buscar ha salido ya a mi encuentro. La base está en el latido.