Thursday, October 01, 2009
CALLE PARAÍSO
Busco una oración para las mañanas.
Algo que de paz a lo que en mí está abrumado.
Salgo de casa y busco tras la esquina
ese trozo de cielo azul de cada día, ese azul del cielo de Sevilla
y esas nubes que van pasando.
Y poco más adelante recorriendo la calle Paraíso, pienso en ese otro lugar del encuentro prometido con aquellos que se fueron, mientras veo a otro padre joven como yo fui, con su pequeño en brazos, camino de la guardería. Y pienso en esos otros padres con sus hijos en hospitales. En el colegio cercano alborotan los niños y las niñas en estos primeros días del nuevo curso.
Busco una oración que me recuerde el camino. Una oración no mía sino de Dios a mí, que necesito sus palabras, su ternura.
"Sal de tu agujero y ponte en marcha a donde yo te llevaré hoy.
Escucha el llanto de los que te encuentres.
Recuerda que Dios se ha hecho fragilidad y pobreza.
Libérate del deslumbramiento del poder.
El exilio enseña, el fracaso enseña.
La vida puede ser eterna si cambias ese corazón de piedra.
Nadie puede entender a Dios"
Sal...escucha...busca entre los débiles...todo es al revés de como te habían dicho...nadie lo entiende...
Un nuevo día da comienzo para todos nosotros, bajo este cielo, en la calle Paraíso.
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no creo en esas calles pero sé que siempre hay detrás de todo un mundo de sensaciones que no se las va a llevar el tiempo...que van a seguir siempre con nosotros...abrazos.
ReplyDeleteSí, muchas veces salimos a la calle buscando en el cielo, o en una mirada, en un árbol, o en una plaza solitaria, o en aquel rincón de una calle silenciosa, una señal, una epifanía, o la huella al menos, de Dios.
ReplyDeleteEs hermoso lo que has contado y cómo lo has contado, Francisco.
Un abrazo.
La calle existe -Fernando- y así se llama. Cada mañana la transito para ir a mi trabajo y paso delante de dos colegios y una guardería, niños, padres. Pienso en ese destino: la infancia es el Paraíso perdido.
ReplyDeleteHola Bel. Espero que encuentres algo para cada mañana. La epifanía la imagino como algo que sucede sin buscarlo: una iluminación que llega cuando quiere, un golpe de gracia, un golpe de luz o de poesía. A la vuelta de una esquina, un trozo de azul. Un abrazo a los dos.