Del otro lado, el lado lusitano. Doy el salto portugués y caigo en la Isla de Tavira, junto a Monte Gordo. Arena fina, agua transparente, arroz caldoso, inmensidad de silencio luso, tan inglés, por otra parte. Lisboa en el corazón y en el recuerdo Alfama y los miradores...el salto al mar.
Leyendo este blog, donde se respira literatura, y viendo tu querencia por Lisboa y Portugal, que comparto, me ha venido imperiosamente a la cabeza la novela "Tren nocturno a Lisboa", que leí hace tiempo y que tenía olvidada.
ReplyDeleteLisboa, la ciudad cuyo nombre rememora a Ulises (Oulisipo, Lisipoa) y podría ser mi Itaca a la que regresar -en coche cama quizás- buscando, harto de prodigios, la vuelta a la casa, o una identidad diluída, la del que fui antes de ser tantos.
ReplyDeleteGracias por el regalo
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