Estos días he estado anonadado con la falta de sentido del mal en este mundo, esa sonrisa complaciente en el mal.
Para salir de esta perplejidad miro la foto de esos dos niños en los brazos fuertes de ese padre feliz y amoroso, que no les podrá proteger del sinsentido del odio, del hambre, de la violencia, de la codicia infinita en el mundo al que llegan, pero podrá rodearlos de ternura y confianza en la débil luz que vence a las poderosas tinieblas.
Thursday, July 28, 2011
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