Estoy leyendo un libro de Andy Warhol. En él opina que los verdaderos ricos son los que disponen de grandes espacios vacíos, aunque él se ha dedicado a llenarlos. Es verdad que el vacío es bello. Además necesita uno vaciarse de vez en cuando. Mi organismo está ahora mismo depurándose, vaciándose, después de unos días de excesos. Me gustaría ser un artista del hambre, como propuso Kafka. Necesitar cada vez menos y disponer cada vez de más espacios. Pero para eso hay que tirar, hay que abandonar cosas. Y vaciarse supone una pérdida, un dolor. Que me lo digan a mí hoy. Quizás las cosas de las que nos atiborramos tiene menos valor que el que podemos darles. Warhol propone una dieta consistente en pedir en el restaurante siempre lo que menos te guste. Para entretenerte con ello durante la cena y pedir una bolsa para llevártelo y abandonarlo en algún lugar donde alguien pueda encontrarlo. Nicanor Parra lo expresa con uno de sus artefactos, en el que tira todo lo pretencioso, todo lo ampulosamente artístico.
Comparto el gusto por los espacios vacíos, o mejor dicho, razonablemente habitados, porque necesito moverme libremente, sin obstáculos físicos, sin obstáculos visuales, me ahogo en los ambientes recargados, en los platos recargados... pero de ahí a cultivar el ambre... Creo que todo tiene su medida, y nuestra voluntad (esa herramienta que usamos tan poco)el poder de ajustarnos las necesidades. Por otra parte, en el restaurante pido lo que más me gusta, sólo faltaría que con los precios que se gastan encima me martirice picoteando un horror que, ítem más, abandonaré en un contenedor. Por lo demás, y siempre en esa línea ponderada, me gusta eso de tirar lo pretencioso, etc. etc.
ReplyDeleteSaluditos desde un mediodía fresquito y ventoso.
Hola Mertxe!!! Creo que el post es un poco confuso, pero coincidimos en ese deseo de espacio. Me figuro nuestras montañas y nuestros horizontes vascos. La pureza de esos espacios, de las lápidas de los cementerios. Espacio es silencio también. Tiempo vacío. Esa sencillez recia tan poco Warholiana. Enfin. Un beso.
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