Saturday, April 08, 2006

ABRIRSE A LA SABIDURIA


Evragio Póntico dice: "bienaventurado aquél que ha alcanzado una ignorancia infinita". Dionisio Areopagita añade: "el hombre que más vinculado está con Dios en esta vida, está unido a él como un total desconocido". Raimon Panikkar ("Invitación a la sabiduría", a cuyo libro corresponde esta recensión) incluye estas citas y señala que "la sabiduría no se consigue sabiendo muchas cosas, sino no-sabiendo". "Verdad y sabiduría tienen carácter existencial", no intelectual. Surgen de la experiencia, de un contacto con la realidad: "sapere" tiene que ver con "sapore", gustar, saborear: algo se conoce gustándolo. De hecho, lo contrario de la sabiduría, no es la ignorancia, sino el exceso de conocimiento (la "polimathía"). "Saber de todo -dice Heráclito- no enseña a comprender". Para recibir la sabiduría debemos desasirnos de nuestra necesidad de controlarlo todo con la razón, de la soberbia de imponer nuestro juicio a las cosas.

La sabiduría es una armonía personal con la realidad, y la reconocemos por sus frutos: libertad, paz y alegría interiores. La sabiduría se nos da gratuitamente, como un regalo, cuando nos abrimos con humildad a la realidad y la acogemos como es: algo que interactúa con nosotros, que nos transforma y a lo que transformamos, algo con lo que tenemos capacidad de diálogo y resonancia.
Viene la alegría al recibir lo desconocido, lo que nos resulta amenazador o nos impacienta, y viene después de una lucha (con nuestra necesidad de comprender, con nuestro miedo a dejar que el ser sea lo que es). Se trata de no alejarnos, de no cerrarnos. Quedarnos allí donde la realidad nos encuentra, donde nos interpela, abiertos a algo que viene a nosotros y se manifiesta (huesped o ángel). Se trata de dar tiempo a que se desenvuelva esa relación y el huésped adquiera un rostro y un "nombre", tiempo de reconocerle y que nos reconozca.
Esa actitud de recibir comprende el dejar marchar al otro si lo desea. A veces la sabiduría consiste en reconocer que no hay fecundidad en la relación. Pero, a cambio de ese riesgo, puede llegar la sabiduría y la experiencia del otro -por el amor- puede transformar el recibir en un auténtico concebir: aquello a que nos hemos abierto puede brotar y florecer y transformarse en una nueva vida en nosotros.
La sabiduría puede llegar a nosotros, si practicamos el desasimiento, que consiste en acoger nuestra ignorancia y "guardar estas cosas en el corazón": el amor situa lo que no entendemos, en nuestro corazón, esto es, en un lugar vivo, donde puede crecer. Confiar en la sabiduría, que encuentra el camino de realizarse. "No podemos malgastar nuestro tiempo con cualquier cosa que -aunque sea importante y agradable- no implique sabiduría, no comporte salvación y no provoque alegría", concluye Panikkar.

3 comments:

  1. Me gusta este texto. El principio no, porque eso de que la sabiduría es no saber nada, es peligroso. Según cómo se interprete, esa teoría es un peligro, sobre todo si la aplica el ala derecha de la política de este país. Pero luego explicas bien lo que hay que explicar. Y sobre todo el final, lo leeré varias veces. Creo que hay mucha razón en eso de que saber muchas cosas no ayuda a comprender nada...

    Francisco, yo sigo escribiendo...

    (No sé si sabes a qué me refiero con eso entonces :-)

    Pero sí, en el resto tienes razón: influencia de Vila-Matas y Melville.

    Muchas gracias por la lucidez y la cercanía de tus palabras.

    Beso.

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  2. Vila-Matas me gusta mucho por eso: el parte de la insignificancia de lo que pueda escribir, y en sus textos se trasluce ese no tomarse en serio. Creo que eso es sabio. El distanciamiento. Es la única forma de jugar. "Por el humor se sabe donde está el juego". La sabiduría supone la vuelta al humor: ese humor que le falta hoy al ala derecha (tan necesaria también) de nuestro país. Yo votaría a un Punset, si se presentase. El seny catalán. La cultura sonriente, dialogante...lo que falta a la (tan necesaria) derecha de este país (y conste que creo en el humor de Rajoy, pero no lo ejerce lo suficiente).
    Me alegro de que sigas escribiendo (al menos a mí) y también te siento cercana. Beso.

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  3. Me ha interesado mucho tu post, muy bien explicado y argumentado.
    Me gusta una frase de Sócrates "Yo sólo sé que no sé nada".
    Saludos

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