Tuesday, May 22, 2007

BRYCE ECHENIQUE Y EL PLAGIO


Se ha vuelto a producir un fenómeno similar al descrito por Borges en su cuento “Pierre Menard autor del Quijote”. Alguien se ha aislado en su casa y ha realizado una inmersión total en la sociedad en la que vive (España) a través de su prensa, con el propósito claro de llegar a ser realmente un periodista español del siglo XXI, y ha alcanzado al cabo del tiempo de leer prensa española una identificación tal con los modos de hacerse aquí periodismo, con los giros expresivos, con el pensamiento predominante (si no único) entre los columnistas, con la ausencia de genio o con el exceso de vulgaridad que domina el papel impreso, que finalmente, ha sido capaz de escribir diez artículos, todos ellos coincidentes, palabra por palabra, con otros publicados antes por los más diversos columnistas y los más distintos medios nacionales, incluso periódicos catalanes. El fenómeno de mimetismo cultural no es nuevo, por tanto. Confundir esta gesta con el plagio es vano. También Shakespeare pudo tomar sus temas de las sagas medievales, sin que nadie pretenda comparar los textos. Pero, dejando aparte el infundio, lo escrito en tales circunstancias no es en absoluto una reproducción, aunque reúna las mismas letras y signos de puntuación. Las frases de Bryce, dichas por Bryce, tienen todo el contenido de la experiencia de Bryce, de la obra de Bryce y aportan el mundo propio de Bryce. Son frases dichas por un extranjero. Son frases dichas por un hombre de ultramar, por un exiliado. Bryce ha hecho, como quien dice, ingresar esos textos en un contexto propio, transmutando su sentido. Pero a la vez, ahora, su obra no puede ser entendida sin integrar esos textos apócrifos, que van a pasar a interactuar con el resto, con los que futuros investigadores hallarán coherencia y mutuas aclaraciones, con lo que un día será necedad decir que esos textos no son tan o más de Bryce que los demás publicados a su nombre. Es más, quizás –ese es un riesgo que él asume- un día sean sus únicos textos recordados o se incluyan como antológicos, o den la clave de un complejo de Edipo mal curado.
Por último, hay que insistir en que el concepto de “autor”, en literatura, es discutible, dado que en definitiva el autor de una obra es, en realidad, la tradición o el tiempo (lo dijo también Borges). Sólo desde el siglo XVII ha empezado a hablarse de autor, concepto que tiene que ver con la percepción de pensiones u otras rentas como consecuencia de la protección del escritor por parte de la nobleza. El concepto de autor es un concepto, pues, mercantil, económico y se refiere a los derechos que devenga la producción intelectual. Eso, lo económico, los derechos que sí gana y en cantidad Bryce y no otros, puede que justifique y dispense las opiniones duras que se están vertiendo. Nada que ver el plagio con algo intelectual. Se trata de moralina, de moralizar una acción que como decimos pudiera ser, o una boutade, o una metáfora o acto poético (ante la niebla de la autoría en la era de Internet) o simplemente un acto fallido o inadvertido (el cual también sería interesante para un análisis psicológico futuro del autor). Trabajo para los biógrafos y los críticos. Una travesura, no más, en el devenir de la historia de la literatura. Con lo sencillo que es pensar bien.

3 comments:

  1. Plas, plas plas. Magnífico post.
    Siempre me cayó bien Bryce Echenique, no puedo evitar que me resulte entrañable. Por eso sonrío cada vez que leo que se le atribuye un nuevo plagio. Lo que me molesta es que entre al trapo contestando que él no ha sido.

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  2. Yo creo que Bryce Echenique en realidad es un hombre que pasa de todo eso del plagio. Tiene talento para dar y repartir. Los que tratan de colgarle el sambenito se mueven por la envida, que de esta hay mucha en nuestra España querida y en nuestras letras, ya sabéis. Ni caso.
    Un abrazo, Francisco, y para ti también, Princesa.

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  3. Has enfocado el "asunto" de una manera elegante. A mí me entristeció la noticia al principio, luego la puse en "cuarentena" y después continué leyendo a Bryce Echenique. Supongo que escapar del mercado editorial, de su pirámide mercantil es difícil. Incluso para gente como él.
    Yo sigo leyendo y disfrutando.
    Un abrazo

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