Wednesday, June 20, 2007

EL SUDARIO DE OVIEDO

Iré a Oviedo en julio. Allí se venera el sudario de Cristo. Son dos paños que cubrieron la cabeza de un crucificado. Del mismo tiempo que Jesús. Con las mismas heridas. Incluso la corona de espinas, caso excepcional en un condenado a muerte. Las probabilidades de que la Sabana Santa de Turín no correspondan al cuerpo de Jesús, dados los análisis, son al parecer una entre trillones. No se sabe cómo pudo imprimirse la imagen de ese hombre en la sábana. No hay pintura, hay una especie de quemazón de la tela, como si una descarga tremenda de energía se hubiera, por un instante, desprendido y chamuscado la tela. Además debió suceder en levitación del cuerpo, si no no se explica la homogeneidad de la quemazón en pecho y espalda.
Pero es más. La sangre que aparece en el sudario de Oviedo es del mismo tipo, AB, que la de la sábana de Turín. Las manchas del sudario de Oviedo se corresponden, superponiéndolas, a las de la sábana de Turín. Hay un gran porcentaje de posibilidades de que los lienzos de Oviedo y los de Turín hayan cubierto el mismo cuerpo de un condenado que murió en el siglo I, tras padecer los mismos tormentos, exactamente, descritos en los Evangelios. Un hombre alto, para su tiempo, e incluso ahora, más de metro ochenta. Un hombre destrozado pero que debió ser bello. Un hombre, en todo caso, en el que se centra la esperanza de muchos, pues prometió la vida eterna a quienes en él creyeran. Un hombre que, por lo que sabemos, fue de los mejores que han existido. Justo, tierno, solidario, comprensivo, próximo, cercano. Un hombre capaz de tocar al impuro, de comer con los pecadores, de salvar a la adúltera, de conversar con todos, de llevar la paz a los corazones, de transmitir esperanza a los sojuzgados. Un hombre completo. Que, como no podía ser menos, fue sacrificado y muerto. Pero que, de una forma misteriosa, se hizo presente después de muerto a los que le habían conocido, provocando en ellos una borrachera de gozo, una inusitada seguridad de triunfo sobre la muerte. Un hombre que ha marcado la vida de todos los que le conocieron. Esos restos, esa sangre tipo AB, no son más misteriosos que la vida de ese hombre que quería ser para siempre un niño frente a las cosas de Dios, y un amigo que daba la vida por sus amigos.

5 comments:

  1. Bueno, es la primera vez que entiendo de qué va el asunto del sudario de Turin. Gracias por aclarármelo en este post. Y ya nos contarás que tal la visita.
    Saludos

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  2. Respeto profundamente la "esperanza-confirmación" por la sabana de Turín y la relación con el sudario de Oviedo de los católicos. Pero, francamente, no me lo creo.
    Me apaño con Mateo 5 (versículos 3 al 14) y El Eclesiastés (si fuere posible, en la bellísima traducción de Casiodoro de Reina revisada por Cipriano de Varela)

    Un abrazo

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  3. Qué largo tirón tienen las leyendas, Francisco. Buenas noches.

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  4. Anonymous10:58 AM

    Algo más de 300 paginas tiene el libro que acabo de leer, y os puedo asegurar que la Iglesia podria temblar con todo lo que en el se cuenta. Se titula EL REY DE LAS MARIPOSAS. Si quieres saber como fue Jesús y su familia realmente, y que le sucedió en aquellos duros años de su vida, no dudes en leerlo, como yo he hecho o visita el blog del libro: www.elreydelasmariposas.blogspot.com . Te alegrarás. (Barcelona.- Judith)

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  5. Anonymous8:42 AM

    Judith, dices:
    ".... el libro que acabo de leer, y os puedo asegurar que la Iglesia podria temblar con todo lo que en el se cuenta...."

    Ah.... Tu dudas de la sábana,de tantos estudios, de la ausencia de pruebas en contrario y sin embargo crees a piés juntos lo que dice un solo libro... Que además en elblog califican como novela....

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