Sunday, June 28, 2009
EL LUGAR INTERIOR
En "Buffalo'66", película escrita, dirigida y protagonizada por el neoyorkino Vicent Gallo (ahora de moda por ser el protagonista de la última película de Coppola), Christina Ricci es una joven solitaria que tiene un encuentro fortuito con un violento ex-presidiario, un tipo raro que la secuestra para obligarla a hacerse pasar por su esposa antes sus padres a los que para ocultar los diez años de presidio, ha contado una falsa historia de honradez, trabajo y matrimonio.
La muchacha se enamora dulcemente de ese ser impresentable, pero él -que no recibió el cuidado de sus padres- no puede verla en realidad, él no ve a nadie, él no trata bien a quienes de verdad le aman, porque en su mente sólo existe una idea de venganza, que es una idea de auto-destrucción; es una obsesión, alimentada durante todos esos años de encierro: matar a quien cree culpable de su condena. La película es la historia de estos dos solitarios que van juntos, pero están muy lejos, que van haciendo tiempo hasta el momento de la verdad. Estos dos que sólo se encontrarán realmente cuando él, a punto de acudir a su cita de muerte, se acepte el sorprendente regalo de es abrazo que ella le pide.
En un momento de la película, él se pasa por la bolera, el lugar en el que se refugiaba durante su adolescencia. Allí se le ha guardado su sitio, allí sigue el encargado que ha pagado sus cuotas durante este tiempo. Allí puede jugar de nuevo a los bolos con su bola y recuperar el aroma de los buenos tiempos, cuando ganaba trofeos y se sentía seguro. Ella quiere jugar con él pero él no le deja: es su mundo, del que ella no forma parte. Y la hace sentirse fuera de lugar. La muchacha entonces -en su soledad- se vuelve hacia su mundo interior (es uno de los muchos momentos bellos de la película): suena una música y ella comienza a bailar. Baila claqué, escuchando en su interior "Moonchild", de King Crimson. Ella tiene un lugar interior a donde siempre que esté sola podrá volver. Ese lugar interior, donde está uno consigo mismo y recupera el deseo de vivir.
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Estupenda reseña y preciosa escena. Gracias, Francisco.
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