Monday, June 01, 2009

EL PAGANISMO

Lo contrario del "ateísmo", contrariamente a lo que se pueda pensar, no es la fe, sino el "panteísmo". Frente al "no hay Dios" el "Dios está en todo". En todo alienta un suspiro de eternidad.
Recuerdo una tira de Romeu en la que lamentaba, como una gran pérdida, una gran marcha atrás para la humanidad, el fin del paganismo. Es cierto que, en términos de vitalidad, el paganismo supera al cristianismo eclesial, porque exalta la vida en todas sus formas, reverencia al hombre y a la naturaleza. Sus dioses son dioses con nuestros mismos defectos, dioses cercanos y simpáticos, tratables; seres inestables, que se enojan, que sienten el aguijón del deseo y del odio, que prefieren a Odiseo frente a Héctor.
El paganismo exalta y diviniza todo, los ríos, las cosechas, las fuerzas ocultas, las tempestades. El cristianismo eclesial hace al hombre dueño y señor de la creación y la somete a su voluntad. En el cristianismo sólo Francisco de Asís siente esa divinidad de la naturaleza, esa hermandad con todo lo vivo. La recuperación del paganismo quizás ayudase a dignificar la naturaleza y a salvarla de la degradación. Esa naturaleza cuyas leyes son también divinas.
El paganismo como una religión a la medida del hombre, una religión que abraza la imperfección humana, sin imponernos otra medida inalcanzable, sin imponernos una improbable pureza, es una religión que exalta la vida y el amor.



¿Sería posible paganizar la religión del Cristo? Jesús histórico es un hombre que come y celebra con personas que en su entorno son inadecuadas, no es un maestro severo, no es ascético, comparte mesa y mantel, se acerca a todos, ofrece su ayuda a quien la pide, no condena sino que abraza, no adoctrina sino que convive. El cristianismo recibido en los pueblos de América -pienso en Brasil y en el Cristo Redentor cantado por los sambistas- es con su mestizaje con su eclecticismo una religión de vida¨, una religión para el hombre del campo, una religión de gente sencilla, quizás el futuro del cristianismo se está fabricando allí.
"He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia" dijo el mismo Jesús. ¿Por qué ha de ser la fe algo que apague la vida y no algo que la ilumine y exalte? ¿Por qué algo que entristezca y no algo que llene de alegría? La fe de Jesús es algo que anima y acerca a los otros. Un pan compartido y un vino de alegría compartido también, con todos los hombres, sin distinción de Credo, judíos o gentiles. Ese fue el mensaje universal del Cristo. Él mismo fue para los judíos un pagano. Jesús fue condenado precisamente porque sacó a Dios del Templo y dijo que estaba en lo íntimo de cada hombre, como un deseo inextinguible de amor. La oración consistiría en hacer el silencio para escuchar la voz de ese deseo tenaz.
Recuperar el paganismo de una religión sin Templos, el paganismo de los Templos vivientes, sería reivindicar el Jesús que escandalizó, un Jesús-Dios de nuestro tamaño que hace el camino con nosotros sin obligarnos a cambiar el paso. Sería recuperar a un Dios que exalta la vida, que late alegre en todo lo vivo, un Dios de claridad, de afirmación, más cercano de nosotros que nosotros mismos, es quizás una de las tareas más hermosas que nos puedan aguardar en el futuro.

Foto: García Alix

1 comment:

  1. yo soy cercano al panteísmo aunque crea que todo es una recreación...la naturaleza es la base química de la vida..su orden un reloj medido...nosotros creamos dioses contra el miedo de ser polvo y nada más...aunque esto sea tan certero el hombre sigue siendo capaz de matar al otro por la religión...absurdo...pero real...abrazos amigo.

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