Ella decía: "Me gustaría dejarlo todo, ir a otro lugar y empezar de nuevo, desde cero otra vez, sin pasado". Y él -que leía "El círculo de tiza" y "El tercer ojo"- contestaba: "Allí donde vayas llevas todo contigo, nada cambiará el lugar en que estés".
Ahora Badly reseña un sueño de Dorian Gray: despertar -salir de la oscuridad- y que todo haya cambiado, que haya desaparecido el pasado.
El caso es que el sueño del soñador resultó ser profético. A Oscar Wilde le sucedió: al salir de la prisión (tras dos años), su pasado no acudió a su encuentro, le abandonaron sus amigos, su ánimo, el público. Él mismo había cambiado y tampoco encontraba esa voz literaria que había sido suya. Todo era nuevo. Se sentía otro y veía su pasado desde ese nuevo lugar. Con su luz de ahora, veía su pasado como un error fatal.
Hay muchos que prefieren ese último Wilde (perdedor, marchito, auténtico) al primero (triunfador, exquisito, frívolo). Como había soñado, un día se despertó sin pasado (el presente lo cubría de sombras). Pero ese sueño se convirtió en pesadilla: de ese punto cero no supo elaborar un punto de partida, sino un punto final. Wilde escribiría a partir de ese momento sólo para rumiar el pasado.
Ahora Badly reseña un sueño de Dorian Gray: despertar -salir de la oscuridad- y que todo haya cambiado, que haya desaparecido el pasado.
El caso es que el sueño del soñador resultó ser profético. A Oscar Wilde le sucedió: al salir de la prisión (tras dos años), su pasado no acudió a su encuentro, le abandonaron sus amigos, su ánimo, el público. Él mismo había cambiado y tampoco encontraba esa voz literaria que había sido suya. Todo era nuevo. Se sentía otro y veía su pasado desde ese nuevo lugar. Con su luz de ahora, veía su pasado como un error fatal.
Hay muchos que prefieren ese último Wilde (perdedor, marchito, auténtico) al primero (triunfador, exquisito, frívolo). Como había soñado, un día se despertó sin pasado (el presente lo cubría de sombras). Pero ese sueño se convirtió en pesadilla: de ese punto cero no supo elaborar un punto de partida, sino un punto final. Wilde escribiría a partir de ese momento sólo para rumiar el pasado.
Yo me quedo con la imagen de su tumba llena de besos. Wilde perdedor, eternamente besado.
ReplyDeleteEsa imagen la acabo de encontrar en Internet, con los labios de carmín. Y esta otra http://www.geocities.com/juliocortazar_arg/twilde.htm
ReplyDeleteen la que Cortazar descansa sobre el mausoleo.
Pensé en ponerla, pero pongo otra, del Oscar feo, sin pasado.
Gracias por el comentario precioso. Un beso.
Pues no la encuentro (la imagen la he visto en un libro de Todorov sobre el poeta). Parece como si milagrosamente la red hubiera suprimido cualquier vestigio de su decadencia física y se conserva para nosotros juvenil y arrogante. Pongo pues la de Cortázar que me gustó.
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ReplyDeleteYo me quedo con el Wilde de De profundis sin dudarlo.
ReplyDeleteDonde dice cosas como: "Allí donde hay dolor es un lugar sagrado".
Hola Ana: tú que escribes poesía, estás con el poeta. Por lo visto en la cárcel durante mucho tiempo tuvo prohibido escribir. Es algo sin sentido y cruel. Cuando se lo permitieron compuso De Profundis. Hablaba del dolor, pero de forma diferente a sus cuentos. En sus cuentos (el pequeño ruiseñor, por ejemplo) hay dolor pero es "literario". En De profundis el dolor es real: él lo ha sufrido. Es lo que tiene el sufrimiento. "Por mi dolor comprendo que otros inmensos sufren", como escribió Cernuda. Un beso.
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