Thursday, June 11, 2009

COMO DANTE

A la mitad del camino de mi vida...

"Hay mucho amor tras esta decisión", dices. Y yo: "sea la que sea".

Me encontré en una selva oscura...imposible decir cuánto temor puso en mi ánimo...apareció una loba, que en su magrura parecía henchida de deseos...Vino a darme nuevo espanto el aspecto de un león, que abriendo sus fauces amenazaba devorarme...

Como el Dante, se encuentra uno a las puertas de un infierno, donde habrá que abandonar, al entrar, toda esperanza. Aquí necesita uno todo su valor. Y es en ese momento de perplejidad y angustia cuando aparece un guía, un maestro querido, un condenado (¿no eras tú mi maestro, el único que yo leía?) que se ofrece a conducirte por el camino de las sombras que habrá de llevarte a la luz, la única luz que puede disolver todas las tinieblas.

"Y entonces, cuando uno decide seguirlo, se nos entrega con todo su poder".

A la mitad del camino de nuestras vidas.

5 comments:

  1. Qué enigmático, Francisco. Estas decisiones tomadas en la mitad de la vida (sean cuales sean) creo que sólo pueden traer cosas buenas; sin duda vienen de reflexiones sabias y valientes.
    Me estoy leyendo "ocho islas y un invierno" y me encanta, está editado con mucho mimo, así que enhorabuena y mil gracias!

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  2. Sí, a mí también me has dejado pensativa...

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  3. No lo entiendo. ¿Cómo haces para buscar la luz, la única, abandonando toda esperanza? ¿Cómo andas? ¿Y dónde estaba ese maestro durante la primera mitad de tu vida? ¿Dónde está el mío? ¿Cuánto tendré que esperar para salir del infierno? ¿Cómo no entrar en uno mayor? No todos salimos, ¿verdad? Igual sí que lo entiendo, pero no quiero hacerlo.

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  4. Un maestro es, para mí, alguien que está en mi vida (y lo ha estado antes también) y aparece periódicamente para desequilibrarme: alguien que me confronta conmigo mismo, y pone en marcha preguntas que antes no me había atrevido a formularme (todos somos maestros unos de otros). La respuesta es mía: soy libre. El maestro no sirve para dar respuestas. Pero sí está a mi lado y noto su energía amorosa que anima mi búsqueda de respuestas. El buen maestro me invita a cambiar, pero también me hace amar lo que yo soy, sea lo que sea, y esté en la fase del camino en que me encuentre.
    Sí tienes un maestro. Mira a tu lado. Ya has salido del Infierno si deseas salir. Y ya estás andando hacia la luz si te preguntas cómo hacerlo.
    Me planteaba esos momentos en que uno se encuentra ante una decisión que debe tomar. Pero eso no es lo normal. Las decisiones quizás no consisten en traspasar una puerta, no es algo tan drástico, quizás es más una dirección en la que se va orientando uno día paso a paso...Pero sobre la esperanza voy a escribir la siguiente entrada. Un abrazo.

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  5. Fackel2:00 PM

    Francisco. Bien sabes, que llevamos incorporado el Maestro, aunque no vislumbremos con claridad sus propuestas, como llevamos incorporado un Alumno que no quiere acabar de aprender, o un Niño que no desea acabar de crecer o...¿Por qué serán tan difíciles los ciclos de la vida? ¿Por qué nunca acabamos de tirar por la borda lo superfluo? ¿Por qué no somos siempre capaces de decidir a tiempo? ¿Por qué no acertamos a veces con la elección?

    Las respuestas, en uno mismo. El Maestro o es un maestro interior o no me sirve.

    Un abrazo cordial.

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