Sunday, June 20, 2010
TODOS LOS JARAMAGOS DEL MUNDO
Se lo he escrito hoy a mi amigo Fackel:
"Hay un escritor que se oculta en su cuarto, en el texto (y define al escritor como alguien al que le gusta estar solo). Ese escritor es un narcisista, goza de sus propios hallazgos lingüisticos, es tremendamente infantil y limitado para la vida. Lo que escribe es bello pero su vida no ("es al otro al que le pasan las cosas...yo me dejo vivir pero el otro va ganando terreno"). Ese escritor se convierte en una imagen de sí mismo.
No Saramago. Saramago ha sido, por encima de escritor, hombre comprometido con su tiempo y su clase. Pobre entre los pobres, sin importar su Nobel, que no le hizo salirse de su lugar, el que él había elegido por un sentido de justicia. Crítico con la sociedad del bienestar, la fea diatriba que le ha dedicado -de cuerpo presente, aún caliente- el periódico del Vaticano, me parece que le da todavía un mayor prestigio.
Añadiré que no es mi escritor preferido.
También demasiado triste y portugués para mí.
Pero me gusta eso que leí de que a su familia les llamaban los "Jaramagos", por lo pobres, como los hierbajos que crecen en las cunetas. Y aunque no fuera cierto, sí que él estuvo al lado de los Jaramagos del mundo, con rabia y furor, denunciando todo lo que anestesia frente a esa realidad.
Y también lo admiro por esa mujer morena, bella y culta, compañero presumo de una nueva vida juntos, solos, en una isla preciosa. Una vida creada para la creación, con gran parte de la vida a las espaldas, para iniciar una nueva pero coherente, de amor realizado en pareja. Me gusta mucho pensar que se puede seguir siendo joven y apasionado por más años que deje atrás el calendario. Ejemplo, en ambas cosas, fidelidad y capacidad de renovarse, Saramago, escribiendo hasta el final con ambición, con coherencia, por la revolución, merece este epitafio tuyo y nuestro. Un abrazo".
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
¿Tal vez fuera el último humanista? Era de esos a los que, al margen de lo poco o mucho que te interesara su escritura (a mí algunas novelas me interesaron mucho, otras no tanto) siempre te interesaba el Saramago hombre. Del todo de acuerdo con ese correo. Y tu amigo, ¿está también de acuerdo?
ReplyDeleteUn abrazo.
Me gustaba de él, la falta de soberbia. Su serenidad. La media sonrisa que tenía.
ReplyDeleteSu humanidad, compromiso y el no tener nada que demostrar.
Una vida feliz al lado de Pilar.
Hoy siento la tristeza como un fado y no sé la razón.
un beso
Qué pena me ha dado. Me gustaba tanto. Creo que era un hombre que sabía amar, se le notaba en la sonrisa, en los ojos, en la ternura.
ReplyDeleteUn beso,
Marta
Hola, Bel M. Bueno, lo que se me ha ocurrido se lo he replicado a Francisco en mi post de La Antorcha. Puedes leerlo allí.
ReplyDeleteDejemos la parte literaria a un lado. Sinceramente, era su aparición en determinados momentos álgidos, por una parte, y sus declaraciones de denuncia y crítica en cualquier momento ante las circunstancias de los problemas del mundo, lo que nos arropaba. Pero hay muchas voces como la suya. Tal vez por esa serie de características peculiares que se concentraban en su persona (portugués próximo, iberista, casado con una española, acogido y acogedor, Nobel, de izquierdas, etc.) nos sentíamos atraídos por José Saramago.
Hombre, no sé si se le puede tildar de último humanista o de humanista a secas. Yo no creo que fuera eso ya que, por otra parte, hoy el humanista es una figura inexistente, pienso. Si te refieres a intelectual con definición política clara pues sí.
De todos modos, soy remiso a lamentar con excesivo aparato las muertes, por muy figuras importantes que sean las que se mueren, que se tienen que morir, como todos. Creo que lamentar lleva inherente algo de claudicación personal de cada uno de nosotros. En cambio, valorar la obra importante de alguien puede ser estímulo para nuestra propia cosecha.
Un abrazo.
Por cierto, no os perdáis el artículo aparecido ayer en EL PAÍS de Paolo Flores d'Arcais, titulado ODIO TEOLÓGICO CONTRA SARAMAGO. Flores d'Arcais es un prestigioso librepensador italiano que dirige la revista MICROMEGA.
ReplyDeleteCon poner el título del artículo en Google ya sale. Es importante conocer puntos de vista abiertos y prospectivos para desarmar a los calumniadores. Ya dijo cierto profeta, de incierta existencia pero sobre el que existe abundante verbo, que "los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz". No necesariamente tiene por qué ser así, pero, para ello, hay que esfrozarse en conocer.
Un abrazo a todos.