Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no duda ni se equivoca.
Un buen calculador no necesita instrumentos de cálculo.
...El buen maestro no tiene interés y a su material no le tiene apego, permanece oscuro a pesar de ser resplandeciente.
...El sabio prefiere salvar a las cosas y no rechazar a ninguna.
...El mundo es un jarro sagrado que no se puede manipular ni retocar.
Quien trata de hacerlo lo deforma.
Quien lo aferra lo pierde.
Por eso el sabio no intenta modelarlo,
luego no lo deforma.
No lo aferra, luego no lo pierde.
Hay quienes marchan adelante, hay quienes marchan atrás.
Hay quienes permanecen callados, hay quienes hablan.
Algunos son fuertes, otros son débiles.
Cuando las cosas alcanzan su extremo comienzan a declinar.
Y lo que se opone al Tao camina rápidamente a su fin.
Saturday, June 24, 2006
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