A veces te sientes así. Otros eligen otras cosas, otros ponen su empeño en otras cosas. Puede que ni siquiera comprendan lo que tú has elegido. Y sin embargo, te sientes el más afortunado del mundo y sientes gratitud por esto que estas viviendo. Es para tí como una película, apenas te lo crees, y vas por la calle como flotando, consciente de que el sabor de este momento no se perderá: "carpe diem". Atrapas ese sueño convertido en realidad, para vivirlo inténsamente. Estás seguro: no lo cambiarías por nada. Sientes esa plenitud que ensancha los pulmones: sabes que has elegido lo mejor y comprendes que nadie te lo puede quitar. Es tuyo. Es tu momento. Y lo que de verdad es tuyo seguirá contigo para siempre.
Es curioso...Hoy me he levantado sumida en un mar de dudas, pensando qué sentido tenía seguir escribiendo, tener un blog, vaciarme en las palabras. He ido paseano por los blogs amigos y en caa uno he ido encontrando una razón para continuar. Y ahora encuentro tus palabras y me quedo con ese final revelador " sabes que has elegido lo mejor y comprendes que nadie te lo puede quitar. Es tuyo. Es tu momento. Y lo que de verdad es tuyo seguirá contigo para siempre."
ReplyDeleteGracias.Un abrazo
y sin embargo sin la duda dónde está el filo que nos ahoga?
ReplyDeleteabrazos amigo.
Hay veces en las que me parece creer en esas energías intangibles, místicas, esotéricas, telepáticas y, en definitiva, irracionales que nos acercan a personas con las que hay mucho que compartir: buceando por Internet llegué a Entrenómadas, al salir a la superficie me encontré en la presentación del libro de Marta en La Carbonería, allí sentí que podría detenerme muchas veces pero que nadie sería quien me parara porque escribir es sólo mío como bien me confirmas, Francisco, en esta entrada tan tuya.
ReplyDeletePero puestos a creer me quedo y en este caso con la magia de la tecnología.
Dejé en silencio esta entrada. Ahora vuelvo a revivir ese momento de seguridad: lo mío nadie me lo podrá quitar. Solo que, como con su sabiduría de poeta intuye Fernando, hay un filo siempre que sentimos eso. El éxtasis es fugaz, pero no por ello menos maravilloso. Por eso no se puede -Marisa- renunciar a escribir. Ahora solo te vacias cuando estás lleno y no puedes retener las palabras que quieren nacer. Entonces la escritura es una sobreabundancia de vida, no un sustitutivo ni un lujo. Lo tuyo debes vivirlo, aunque ese éxtasis sea tan fugaz que el mismo día de destroce una noticia terrible. Es así, Mala: uno sólo escribe de verdad cuando escribe lo suyo, aunque la verdad tenga mil caras. Besos a los tres.
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