Friday, February 27, 2009
RENUNCIO
Como premisa para cualquier cambio, creo que siempre es hora de formular aquello, en mi vida, a lo que renuncio (cosas en las que me embrollo y me lío y de alguna forma me tienen atrapado). Digo algunos de mis "renuncio" (otros todavía no los tengo claros, pero sé que cuando los tenga, habré avanzado mucho):
1.- Renuncio a tener que dar explicaciones de lo que digo.
2.- Renuncio a decir algo que no pienso.
3.- Renuncio al temor a que dejen de quererme.
4.- Renuncio a esperar una llamada, una palabra de gratitud.
5.- Renuncio a que se tengan que cumplir todas mis espectativas, por fundadas que fueran.
6.- Renuncio a decir la última palabra.
7.- Renuncio a la lógica como argumento incontestable.
8.- Renuncio a la estadística como argumento incontestable.
9.- Renuncio a creer que se puede perdonar sin olvidar.
10.- Renuncio a reconocer que eso es imposible.
11.- Renuncio a la aprensión, que me hace morir muchas veces.
12.- Renuncio a la dictadura de la báscula.
12.- Renuncio al deporte como requisito para la aceptación social.
13.- Renuncio a la pureza como requisito para estar en paz con Dios.
14.- Renuncio a la vergüenza que me hace ocultar mis profundos deseos.
15.- Renuncio...a tantos obstáculos para poder ser sencillamente yo mismo.
16.- Renuncio a sentirme culpable por el dolor de otro.
17.- Renuncio a sentirme frívolo por reírme de cosas serias.
18.- Renuncio a ser utilizado.
19.- Renuncio a ser puesto como ejemplo.
20.- Renuncio a ser clasificado.
No te propongas objetivos complicados: es más fácil renunciar.
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Hola, Francisco, acaso te convenga concluir tus veinte magníficas y sugerentes propuestas de renuncia de una manera análoga a ésta:
ReplyDeleteEstos 20 Mandamientos de Renuncia deberán encerrarse en dos:
* Renunciaré a mi Ego sobre todas las cosas
* Y a la Ficción como alternativa de mi mismo.
Y entonces, la disolución estará servida.
"Sólo quien renuncia a las obligaciones evitará el riesgo de renunciar a la vida" (Hang Bao)
Bueno, ya más en serio, y disculpa mi irónico aserto anterior, pero he repasado tres veces tu doble decálogo. Y lo haré más. Tiene un profundo valor intimista y de arreglo de cuentas contigo mismo, y eso te dignifica extraordinariamente, aunque también te obliga al cumplimiento, eh. Lo ratifico y si te decides a convertir el mismo en un Manifiesto a favor de la Renuncia, cuenta conmigo entre los primeros firmantes y suscriptores.
ReplyDeleteAún se podría añadir más objetos/ objetivos de renuncia, ¿no? ¿Renunciamos a ser considerados mercancía? ¿A ser manipulados? ¿A dejar de ver el lado administrativo de las cosas? ¿A la tiranía de las finanzas? ¿A la dictadura de la mediocridad? ¿A la tentación de imponernos? ¿Al gusano de la envidia? ¿A alegrarnos de las desgracias de los otros? ¿Al menosprecio de la lógica, que no tiene necesariamente que ser incontestable, pero sí un recurso que nos capacita para el entendimiento? ¿Renunciamos al distanciamiento? ¿A considerar que los bárbaros vienen de fuera? ¿A mirarnos al ombligo? ¿Al antropocentrismo desmesurado? ¿A la idolatría de los objetos de consumo?
Etc.Etc.
Un abrazo, al que no renuncio.
Cumplir mis propias reglas. Seguramente es preciso para poder confiar en mí. Pero las reglas no están para cumplirlas, sino para trascenderlas: no son un a priori, sino una conclusión en un momento determinado del camino, y por tanto, provisional. Pero nunca algo previo o externo, sino algo a lo que has llegado. En tal caso no hay que cumplir, sino comprobar. Como cuando uno deja de fumar, sólo puede dejar de fumar quien ya no es fumador. En lo del Ego tienes razón, ese es el resumen de toda liberación. Un abrazo y gracias por tus palabras.
ReplyDeletesencillamente vive...la vida está llena de renuncios..un abrazo
ReplyDeleteOjalá yo pudiera renunciar tanto...
ReplyDeleteBuenos días, Francisco.
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