Tuesday, May 25, 2010

OCULTO EN EL DESVÁN



En la habitación del fondo hace su vida.
Fué deportado y vive escondido y asustado.
Insignificante para todos, está construyendo en secreto todo un universo en su guarida: un mundo ordenado y lógico, donde todo al fin encuentre encaje.
Ejerce el oficio de pulidor de lentes.
Un trabajo preciso, minucioso, paciente. Tiene tiempo.
Mientras humildemente insiste en esa tarea mecánica, su mente encadena los razonamientos, precisos, inapelables, y va levantando el edificio de su Ética.
Sólo esa vida conoce. Sólo el placer solitario y anónimo de la lógica.
Nadie entenderá su obra.
Sólo un alma de artista descubriría la belleza en sus silogismos.
Escribe para él o para Dios, o lo que es igual para nadie.
Escribe para salvarse de la nada que le rodea y le ignora. Que -por judío- le desprecia, le odia y le persigue.
Su sino es errar sin patria, ser extraño en cualquier tierra.
Sus manos pulen el cristal.
Pero su corazón es más frío, más opaco.
Murió hace tiempo y no lo sabe.
Su figura perdurará en los versos de un ciego
al que no podrán servirle las lentes.
Es Baruch Spinoza.

2 comments:

  1. Paco!!es toda una alegría visitar tu blog, quiero que sepas que te sigo con un silencio que es más que mudo, una humilde muestra de admiración.
    Quiero contarte una anécdota, la primera entrada que te leí era de aquella en la que hablabas de Emmanuel Lévinas. El año pasado teníamos que hacer unas exposiciones para la asignatura de antropología filosófica. El caso es que la preparé a conciencia incluso con la ayuda de un becario, lo llevaba todo muy bien atadito porque el profesor era muy riguroso. Total que lo primero que nos dijo el profesor al empezar la exposición es que qué sabíamos de la ética de la alteridad y concretamente si sabíamos algo de Lévinas...la verdad es que nos dejó desconcertados y le dijimos que nos habíamos centrado en otros temas. Pero a mi no me gustó empezar así, de manera que estuve pensando toda la exposición que yo algo aunque sea muy mínimamente sabía de este filósofo, hasta que me vino a la cabeza la entrada de tu blog. Justo al final yo tenía el turno de palabra y le dije al profesor todo lo que sabía, terminé diciendo que "la filosofía no era amor a la sabiduría sino sabiduría que nace del amor"...en ese momento todos mis compañeros me dedicaron un aplauso (creo que ha sido uno de los mejores momentos que he vivido en la facultad).
    Muchas gracias, aquel aplauso también te lo estaban dando a tí, aunque casi ninguno lo supiese.

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  2. Querido Tatin: me has emocionado. Sé que tu sabiduría también nace del amor. Ama y dilo con tu vida (es una frase de San Agustín, creo). Además me emociona verte (te he visto) levantado en la Asamblea de sabios de La Sorbona, allí en París, hablando en francés (no sé si con acento de Priego, ojalá), y recibiendo ese aplauso. Qué orgulloso me pones. Yo también te sigo, en ese camino precioso de la vida que estás construyendo con tus amigos de allí y en la que te deseo (y te auguro) conocimiento y felicidad. Tú hablaste con mis palabras (un honor) y yo vivo contigo tu aventura en la rive gauche. Eres mi punta de lanza en París (mi Paris, mi Francia). Disfruta mucho y estudia (que estamos en tiempos de exámenes). Un beso.

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