Querido Francisco. Me tienes asustado. Después de tanto renuncio me doy de bruces con Raphael. Coño, confío que no se trate de una regresión.
Veo el video y quedo estupefacto. Joder, el tío está más joven que antes, con su cara de pan, teñido de sospechoso color, pero de aspecto joven. Lagarto, Lagarto ¿habrá hecho este hombre un Goethiano pacto con el diablo?
Te hago una propuesta: Renunciamos a casi todo por unas horas. Organizo un pedazo de guateque (pongo el pickup, el amigo que jamás se comió una rosca, para que se encargue de la música de vinilo, también pongo la sangría, las macetas (tengo ficus), música de Enrique Guzmán, Leonardo Fabio, Raphael, Adamo y lo que se tercie)
Las mujeres deber ir cardaditas y perfumadas de colonia de hierba. Bailarán con nuestras manos en sus cinturas y sus codos hincados fuertemente contra nuestros hombros para guardar las distancias. Llamo a mi madre para que ejerza de carabina y, de vez en cuando, pego un apagón de luz.
En caso de contestación afirmativa, me pongo a buscar mis zapatos Kiowa de color blanco.
No canutos, yumbina ni malos rollos. Sólo sangría de vino tinto en tetrabrik, manzanas bien picadas y la casera de limón.
Genial lo que dices. No lo había pensado pero creo que es una regresión, en efecto. Los domingos por la tarde son melancólicos. Y sí, estaría bien reeditar aquellas fiestas caseras (guateques, se llamaban). Además, lo que se demuestra es que lo de los sesenta no acaba nunca. Ahora, en un programa de TV, va a volver esa década...Yo, logicamente, era muy niño. Pero esa aparición del espectro de Rocío Durcal conversando con el fantasmal (o draculiano) Raphael, me ha producido un escalofrío y no sé cómo he acabado echando unas lágrimas. Me recordó -salvas sean las distancias- la aparición de Kim Novac en "Vértigo", cuando las luces verdes del neón de la calle iluminan a alguien que viene "de entre los muertos". Algo así. Un abrazo.
Querido Francisco. Me tienes asustado. Después de tanto renuncio me doy de bruces con Raphael. Coño, confío que no se trate de una regresión.
ReplyDeleteVeo el video y quedo estupefacto. Joder, el tío está más joven que antes, con su cara de pan, teñido de sospechoso color, pero de aspecto joven. Lagarto, Lagarto ¿habrá hecho este hombre un Goethiano pacto con el diablo?
Te hago una propuesta: Renunciamos a casi todo por unas horas. Organizo un pedazo de guateque (pongo el pickup, el amigo que jamás se comió una rosca, para que se encargue de la música de vinilo, también pongo la sangría, las macetas (tengo ficus), música de Enrique Guzmán, Leonardo Fabio, Raphael, Adamo y lo que se tercie)
Las mujeres deber ir cardaditas y perfumadas de colonia de hierba. Bailarán con nuestras manos en sus cinturas y sus codos hincados fuertemente contra nuestros hombros para guardar las distancias. Llamo a mi madre para que ejerza de carabina y, de vez en cuando, pego un apagón de luz.
En caso de contestación afirmativa, me pongo a buscar mis zapatos Kiowa de color blanco.
No canutos, yumbina ni malos rollos. Sólo sangría de vino tinto en tetrabrik, manzanas bien picadas y la casera de limón.
Lo podríamos pasar cojonudamente.
Fuerte abrazo amigo
Genial lo que dices. No lo había pensado pero creo que es una regresión, en efecto. Los domingos por la tarde son melancólicos. Y sí, estaría bien reeditar aquellas fiestas caseras (guateques, se llamaban). Además, lo que se demuestra es que lo de los sesenta no acaba nunca. Ahora, en un programa de TV, va a volver esa década...Yo, logicamente, era muy niño. Pero esa aparición del espectro de Rocío Durcal conversando con el fantasmal (o draculiano) Raphael, me ha producido un escalofrío y no sé cómo he acabado echando unas lágrimas. Me recordó -salvas sean las distancias- la aparición de Kim Novac en "Vértigo", cuando las luces verdes del neón de la calle iluminan a alguien que viene "de entre los muertos". Algo así. Un abrazo.
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