Friday, March 13, 2009
DOS AL TIEMPO
Héroe nacional americano, Lindberg mantuvo una doble vida en Alemania. Tuvo otra familia a este lado del Atlántico, tuvo hijos aquí, en Europa. Se desdobló en dos, asumiendo una segunda identidad. Quizás todos somos realmente más de una persona. En realidad, es demasiado simple pensar que uno es siempre el mismo. Nadie lo es. Pero ¿cómo ser coherente viviendo dos vidas? ¿Cómo ser a la vez héroe y villano? ¿Cómo puede ser verdad el amor a dos mujeres, a dos familias? Lindberg parece ser que tuvo esa capacidad. Se preocupó de estar presente en los dos lados, de no perderse el crecimiento de sus hijos, supo darles el cariño y la guía, el soporte económico que necesitaban. Cada poco tiempo, buscaba excusas para cruzar el Océano. Era él, pero era también el otro. Fué, en ambos Continentes, un buen padre y un buen esposo. Un ciudadano ejemplar. Nadie lo supo. Amaba sus dos vidas, amaba a sus dos familias. Una le salvó del peso excesivo de la otra. Pudo ser un vulgar viajante de comercio, a pesar de ser un héroe adminado. Pudo disfrutar de la anónima vida del hombre corriente. Tendría miedo de perder esa riqueza. Quizás la exigencia de una coherencia total es inhumana. Quizás es humana la contradicción, lo inexplicable. Quizás lo que no puede explicarse, lo que nadie entendería, es lo más verdadero. Al morir, murieron ambos.
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somos poliédricos...muchas caras que a veces nos dan miedo..abrazos.
ReplyDeleteNo tenía la menor idea. Siendo muy niña me leí, mejor dicho me bebí su aventura en aquella revista que arrasaba en la España de posguerra, el Reader´s Digest, a la que mi aita estuvo suscrito durante años. De cuando en cuando, volvía a toparme con él, y era entonces la trágica historia del secuestro y asesinato de su niño la que me dejaba sin respiración. Pero de esto, ya te digo, ni la menor...
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