Friday, May 15, 2009

SENTIMIENTOS PESADOS



Estos días he tenido sentimientos pesados. Y he recordado a Bukowski y su forma de vivir extremada, esa boca profanada y profanadora. Leí un libro suyo, creo que se titulaba "Todo lo que Shakespeere no hubiera hecho", en el que contaba un viaje suyo a la vieja Europa, ya como escritor consagrado, y su borrachera en directo, en el mítico programa "Apostrophe", completamente ajeno a cualquier dignidad, sólo fiel a su deseo de seguir bebiendo y viajando, en compañía de una preciosa mujer joven y rubia, con la que hacía el amor a cada momento, mientras ambos apuraban la vida a sorbos de vino blanco, botellas y botellas, enfrentándose físicamente a otros borrachos, envueltos en peleas con bujarrones y transitando los bajos fondos de cualquier ciudad. Vuelo bajo, arrastrado, sin destino, pero a la vez voz profunda, purísima y verdadera al leer sus poemas. Auténtico y emotivo viaje a la nada, con la misma pasión sin remedio con la que Charles Lloyd toca su música.

2 comments:

  1. Algo de su poesía he leído, pero conservo un recuerdo muy vago...

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  2. En realidad, Mertxe, en este caso me atrae más el poeta que el poema. Me pasa como con los Panero. Locos, personas que toman una ruta suicida y la siguen a conciencia, pese a quien pese. Es quizás el malditismo, que viene desde la poesía francesa: Rimbaud y Verlaine. Vidas extremadas. Ayer recordaba a Antonio Vega y a Enrique Urquijo. Esos años, los 80, fueron años en que se vivió peligrosamente (se vivió en "el filo de la navaja"). En USA esos malditos han sido Kerouac, Burrougs o Bukowski. Pero son, para nosotros que vivimos una vida ordinaria, como profetas que nos zangarrean. Ellos se suicidan para destilar esos poemas que hablan de las vidas que no vivimos y, escribiéndolos, de alguna forma, nos convocan a la vida, a salir de los estrechos muros que nosotros mismos nos hemos impuesto. Son como santos modernos que con su vida nos indican un camino posible, aunque arriesgado, de libertad.

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