Friday, March 06, 2009

EL DESTERRADO



El sirviente. Un hombre de educación esmerada y de bajos instintos. Un hombre que se crió allá abajo, que conoce la estrechez y la miseria, un hombre que va trepando de trabajo en trabajo, de apellido en apellido, que vive en un mundo que no es suyo pero que cree merecer, que desprecia al amo al que sirve (ese niñato pusilánime y caprichoso, arrogante, sin más mérito que haber heredado, que haberlo tenido todo fácil), su amo, que tiene todo lo que él podría haber tenido, lo que merecería tener, incluso la mujer que él desea. Y el sirviente, en ese mundo ajeno, va conquistando palmo a palmo su territorio, haciéndose imprescindible, conviertiéndose en confidente, en consejero, casi un igual de su amo...Sólo que nunca podrá traspasar los límites, porque es sólo un criado, alguien a quien se despide si algo hace mal, un hombre del suburbio, un extranjero, nadie.

3 comments:

  1. Menuda película ésta, amigo mío. Losey, menudo director. Pocos con su sentido del ritmo y de la estética, pocos saben deslizar entre ello la historia y el argumento. Esta peli es inquietante en grando sumo. Grietas de fragilidad humana por todas partes.
    Y Bogarde.... siempre lo adoraré.

    Besos (en el cierzo)

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  2. Corrección de errores (ja, ja):


    "...pocos saben deslizar entre ello la historia y el argumento como él."

    Más besos.

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  3. Comparto lo que dices de Bogarde. Esa mirada en el trailes es la misma imagen del desamparo, y sin embargo, en la película llega a ejercer un gran poder (un falso poder de niño malo). Es una película, si, inquietante, pero bella, como esa música. Y me gustaría haber encontrado la escena en que el criado pasa el examen del señorito, o esa otra del pub por la noche, en que aparece el mismo Harold Pinter en un cameo...son muchas las escenas que han quedado grabadas, pero esa bofetada final...es definitiva. Besos primaverales.

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