Friday, February 03, 2006

LOS POBRES DIENTES DE LOS POBRES

Escribía Rosa Montero en su columna de El País, que los dientes se han convertido en el más afinado medidor del bienestar social. "La frontera misma de la integración". Tras leer esto he bajado a la calle. Al saludar al conserje del edificio, me ha sonreído con una boca medio desdentada. Es verdad -me he dicho-. Arreglarse los dientes es algo que no todos pueden hacer. Hay que vivir con media dentadura, comiendo malamente y encima reirse con esa boca vergonzante. "Esas oquedades nos hablan de otras muchas carencias", recuerda Rosa, "de años de precariedad, de mala alimentación, de vidas insalubres, de ausencia de atención médica, de desesperación personal, de prioridades económicas tan extremas que la propia sonrisa nunca es una de ellas". Y es así. Así de triste. Y así de bella la sonrisa humilde de mi portero.

2 comments:

  1. Lo leí. Permíteme que me aleje un poco de la realidad para contarte algo. De vez en cuando tengo un sueño recurrente en el que voy perdidendo mis dientes, primero me doy cuenta de que bailan y después poco, a poco, al tocarlos, se van cayendo. Siempre me despierto antes de que se terminen de caer. Entonces, pasando la lengua por mis dientes, compruebo que siguen ahí y me vuelvo a dormir aliviada. ¿Qué explicación puede tener este sueño? ¿Qué clase de bienestar (malestar) mide la pérdida de mis dientes?
    Un abrazo dentado.

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  2. Yo he tenido ese mismo sueño hace algunos años. También se repetía. He leìdo una interpretación froidiana: es una ansiedad relativa a la impotencia sexual. Pero también he tenido otro sueño recurrente, en otras épocas. Era la liviandad: pegaba un salto y volaba, era ingrávido. Las botas de siete leguas. Esto no sé lo que significa. A propósito de tu-mi sueño dental, te digo una frase que me perturbó en un libro de este verano. Se llama "match-ball". En él una mujer madura le dice a un hombre maduro: usted en verdad sabe ladrar ¿pero también muerde? En sueños (en nuestras pesadillas) creemos perdidos ya , definitivamente, nuestros dientes...Un abrazo ¿desdentado?

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