Friday, February 24, 2006

EL TRABAJO


Según Alain de Botton, el trabajo es mucho más soportable cuando no esperamos que nos proporcione la felicidad, sino sólo el dinero. La creencia de que el trabajo debería hacernos felices es reciente. Siempre se consideró el trabajo como parte de la despreciable condición humana, con la que se redime el pecado de Adán.
El trabajador -dice Botton- llora en los aseos... se emborracha para dar salida a sus miedos, a no estar a la altura de las expectativas, a una situación que no está garantizada.
El trabajo no tiene porqué hacernos felices. Vale. No nos hace felices. Esa es la verdad ¿por qué tendría que ser de otra manera? ¿quién es feliz bajo un horario? ¿quién puede ser feliz siquiera haciendo el amor por obligación?
En Andalucía tomamos un largo puente...que espere el trabajo unos días. Hasta la vuelta.

8 comments:

  1. No sólo algunos piensan que el trabajo puede proporcionar felicidad... los hay que piensan que trabajar es vivir, incluso los hay que su vida es el tabajo... vivir es otra cosa y el trabajo un error en nuestra forma de organizarnos socialmente... ¿quién dice que algunos poseen lo inaprensible?
    Nos lo venden.
    Y lo compramos.
    Vivir es otra cosa.
    Un saludo

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  2. Creo que el trabajo es una actividad en la que empleamos bastantes horas de nuestra vida, y que merece la pena que sea una actividad que nos resulte atractiva (que nos guste, sea creativa,...)

    Si no tenemos la suerte de que sea así (y me temo que son la mayoría de los casos), eso es malo, pero entonces tendremos una vida no del todo agradable, ya que se viven 24 horas, no 16.

    Tampoco es de recibo pensar que sólo se vive para el trabajo: lo óptimo sería encontrar el EQUILIBRIO.

    ¿Difícil? Por supuesto.

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  3. Nunca he aceptado la idea de dedicar ocho horas al día a algo que no me llena. No entiendo el trabajo como una existencia independiente, no soporto tener la cabeza partida en dos, no quiero llorar más en los lavabos, ni sentir que me consumo y que no puedo escapar. Yo quiero un trabajo que forme parte de mi vida. Y mientras ese se instala definitivamente, viviré como hasta ahora, sedada a jornada intensiva. Pero resignada, no.

    Un abrazo.

    P.S. Un recuerdo infantil: "Y tú, ¿qué quieres ser de mayor?". "Astrofísica". "Uy, pero eso es muy difícil, vas a tener que trabajar todo el día". "¿Y?".

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  4. "Tiempos modernos" de Charles Chaplin me encanta. He visto esta película una docena de veces y no me cansa. Es una buena crítica al trabajo que produce alienación en el hombre, a la máquina que domina al hombre. Porque no nos engañemos, hay trabajos y trabajos. No estoy de acuerdo con un trabajo que explote al hombre, que lo degrade, que no le permita desarrollar el resto de las parcelas de su vida. Vivir sólo para trabajar es terrible, es una exigencia extrema que la vida les pide a unos cuantos. (Aunque también existen los adictos al trabajo, de todo hay) Tiene que haber un término medio. Trabajar en lo que a uno le gusta es muy satisfactorio. Lo cierto es que los trabajos de tipo creativo son los más gratificantes, pero pocos se lo pueden permitir, el resto soporta el trabajo porque no queda más remedio. Saludos

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  5. Y tan largo, Francisco...

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  6. Respondo a todos conjuntamente, recien llegado de mi laargo puente. Me quedo con lo de la cabeza dividida. No es sano hacer y no querer hacer, querer hacer otra cosa. Y no creo que se trate de sedarse. Lo que dice De Botton es un tanto irónico: pedimos demasiado al trabajo. Éste no nos va a hacer felices. La felicidad como "estado permanente" es irreal. Pero además de que no es algo permanente, tampoco viene de fuera. No está del otro lado de la montaña. Uno puede estar satisfecho del resultado de su trabajo. Puede obtener el reconocimiento por ello. Pero en todo caso la felicidad es -como decía Bertrand Rusell- algo que uno conquista. Algo que se escapa si uno no insiste una y otra vez. El trabajo no es la vida -tiene razón Portnoy- pero en el trabajo se debe desarrollar parte de mi vida y debo desarrollarme yo en él, de alguna forma, en alguna medida. No media cabeza, sino cabeza, corazón, personalidad... Es una parte del arte de vivir.

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