
Wednesday, December 24, 2008
HOY NACE UN NIÑO

Tuesday, December 23, 2008
POR TU AUSENCIA

POR TU AUSENCIA
Sunday, December 21, 2008
SUPRIMIR UN BLOG, SIN UN ADIÓS



Friday, December 19, 2008
PRESENCIA DE FERNANDO SARRÍA

Saturday, December 13, 2008
DIAS DE POESÍA EN ZARAGOZA
Iba en el AVE pensando en qué diría. Tenía que decir algo, estaba anunciado. En este viaje se mezclaban tantas cosas...Empezó siendo un poema que irradiaba en mí algo profundo. Pero había también un factor biográfico: este viaje parecía un bucle del destino. Leí aquél poema y deseé editar el libro. Luego resultó que la autora -la misteriosa mujer de pelo irlandés- era de Zaragoza. Allí, hace veinticinco años fui muy desgraciado. Y ahora regresaba a esa ciudad que nunca supe hacer mía, esa ciudad en la que iba por las calles como encerrado en una cárcel. Para mí era importante volver, era importante encontrar esa ciudad, ahora, tanto tiempo y tantas cosas después, de la mano de una amiga -la primera allí- alguien a quien no conocía. El poema era pues, también, un regreso para mí.

En el AVE había cargado con "Doctor Pasavento", para releer cómo Vila-Matas cuenta que también él pensaba en el AVE de qué hablaría al llegar a Sevilla. El viaje hoy era a la inversa, pero el tema -en definitiva- el mismo: cómo la realidad se confunde con la ficción, cómo se preñan una a la otra, cómo a veces siente uno como si esperase que el cuento de su vida se siga contando por su cuenta.
Pesaba mucho para mí el paralelismo: la sincronicidad te deja perplejo, como si se tratase de un diseño artístico del destino. Por eso, durante el viaje, pensé contar que hace veintinco años estaba en Zaragoza desesperadamente solo, que hace diez años era yo el autor que presentaba su libro y Bernardo Víctor Carande -mi amigo ya muerto- el editor que amparó en su colección una novela de un autor desconocido, mi novela, que contaba aquellos años míos en Zaragoza. Pensé decir que "El Desembarco" había nacido como editorial -precisamente- para publicar un texto de Bernardo, una humilde columna de periódico del "Hoy" de Badajoz, titulada "Añora el hambre de Van Gogh" -que me llegó muy dentro- y en la que Bernardo rememora a Vicent Van Gogh por esos campos de la Camargue francesa, con sus pinceles al cinto y su caballete a cuestas, anda que te andarás, sin haber comido nada, pintándose lo que se le presenta, si es un cielo nublado o un trigal, si pobre, por lo mismo libre...Ese texto había despertado en mí un deseo, no conocido hasta entonces: el de editar. Ese mismo deseo que había sentido de nuevo leyendo "Regreso a Taormina"...Añoraba Bernardo ese hambre de Van Gogh cuando tenía que hacer pasillos para rellenar instancias, pedir subvenciones, llevar ese papeleo burocrático para el que no servía, para el que ningún poeta sirve, con tal de llevar adelante la finca que su padre le dejó, Capela, su pequeña explotación ganadera, de la que vivía.
Y yo pensaba que -si no lo suficientemente valiente para vivir con la libertad que él- al menos como editor vivía la pobreza, en un voluntario apartamiento del tráfico comercial, con la perentoriedad de poder ser cada libro el último de mi vida como editor, lo que enriquece la elección, lo mismo que se llena de valor y autenticidad la vida que está a punto de perderse.
Y meditaba en todo esto -que era mío, pero era pasado- cuando llegué a Zaragoza para la presentación del libro. Pero no dije nada de lo que había escrito.


Tuesday, December 09, 2008
HOUDINI, POR ARTE DE MAGIA

Muchos años después había visto en televisión “Katchanka”. El niño protagonista está también encerrado, en una casa en el campo, lejos de sus amigos, aburrido. El niño encuentra entonces un libro que cuenta la vida de Houdini, un libro en el que el niño aprende el arte de escapar, el arte de desmaterializarse y desaparecer. Houdini, su nuevo héroe, había sido un niño pobre y solitario, había tenido que trabajar de limpiabotas, luego de aprendiz de un cerrajero y contorsionista en un circo; había aprendido a aguantar todo eso, a aguantar el dolor, a aguantarlo todo, para ser el mejor mago del mundo y desaparecer. Houdini se había casado con Bess, una chica menuda y morena, a la que hacía desaparecer en sus números juveniles. El niño, al leer esta parte de la vida del mago, probablemente soñaba con encontrar también una chica con la que poder compartir sus juegos, con la que tener la misma complicidad que ellos tenían.
Viendo en el AVE la película, viendo a Houdini con los pies encadenados, para ser introducido boca abajo en una pecera, recuerdo cómo a Houdini le gustaba el peligro de la inmersión, desafiando a la asfixia. Y recuerdo ese dato biográfico que leí en algún lugar y que crea un vínculo misterioso entre el mago y yo. Ambos, siendo niños (concretamente, a los siete años) vivimos la experiencia de caer a un río y estar a punto de ahogarnos. Recuerdo, haber contemplado el sol a través del agua y las burbujas de mi propia respiración, mientras caía al fondo. Y luego, al recuperar la consciencia, recuerdo la impresión extrañamente irreal de la gente que me rodeaba; era como si estuviese "en otro mundo". Había escapado de la muerte. O había vuelto de ella.
Escapar cuando uno está a punto de ahogarse. Hundirse y salir a flote de nuevo. Eso es la vida. Burlar a la muerte, irse y volver. Escapar puede ser tan fácil como ser capaz de esconder una pequeña llave en cualquier orificio del cuerpo, o –como hacía Houdini- tragarla y regurgitarla luego. Eso no es más que un truco: pero en Houdini, junto al truco está la verdad, el trabajo constante, durante años, para aprender a aguantar, a aguantar el frío, mediante inmersiones en bañeras con hielo; aguantar la respiración, hasta casi de tres minutos; aguantar los golpes que cualquier desconocido quisiera propinarle (uno de ellos, que le sorprendió antes de que pudiera prepararse para encajarlo, le llevó a la muerte, en 1926). Houdini aguantaba todo, y aguantaba con una sonrisa. Porque sabía fingir. En el fondo era un hombre del espectáculo, un actor o si se quiere, un farsante. El siguió siendo siempre un niño pobre, un niño judío, un niño junto a su madre, a la que adoraba, con una pasión extraña.
Por arte de magia, con Houdini, he escapado hoy de nuevo, escribiendo esta entrada, a Zaragoza, a la sala de proyección en que un joven asustado libraba una batalla con la desesperanza.
Sunday, November 30, 2008
EL MUNDO COMO REPRESENTACIÓN

Friday, November 21, 2008
MAÑANA DE LIBROS USADOS



Ahí empezó quizás mi fetichismo. Como me pasa con Onetti. Un hombre al que imagino tumbado permanentemente en su cama, fumando y bebiendo, contra el dictamen de los médicos: enfrentado a un destino literario, como lo dibuja Delfini.

Friday, November 14, 2008
WHAT'S NEW

Sunday, November 09, 2008
REGRESO AL PRESENTE
De nuevo la majestad arquitectónica del aeropuerto madrileño me sobrecoge: luz, mucha luz, en esta mañana de promesas, como siempre al emprender vuelo. Y en esa nos movemos, sin prisa, como paseantes despreocupados de Domingo.

De repente, nos sorprente en un hall de la terminal la exposición de Manolo Valdés, ese escultor que ha hecho procesionar a sus meninas por los paseos y parques de media Europa, dotando de gracia a la imponente materia de sus grandes volúmenes.


LA REALISTA
Sólo existe lo que piso, miro, siento y toco:
la lluvia que nos moja, los perros que nos huelen
y los apresurados transeuntes.
Detesto las mentiras de la irrealidad.
Acato sin protestar la tiranía de todo lo existente.
Sólo amo lo posible
y me sublevo contra el hechizo de las ilusiones.
Pobres amigas, ustedes tienen miedo a la vida
y por eso se esconden
entre las musarañas de la fantasía.
Yo sé vivir.
Las frases me llegan como una verdad tan rotunda como las piezas de Valdés. Es como si me hablase una desconocida (una mujer bella y distante) para traerme a la realidad y darme un un tirón de orejas. Es como si me dijera que para vivir tengo que silenciar todo ese jaleo mental que llevo encima y que me impide acercarme a las cosas y abrazarme a ellas, ese lastre que es como esas cajas que Valdés coloca a ambos lados de las cabezas de sus piezas, cajas que imagino llenas de libros, de discursos, de razones.

Y así emprendo el viaje (vuelto al centro del presente), con el propósito de abrazar todo aquello que encuentre y aprovechar cada momento para disfrutar de lo que ese momento depare. Ahora, es el momento. Esto que hay es el regalo que la vida tiene para mí
Sunday, November 02, 2008
HERBIE HANCOCK: CONCIERTO EN SEVILLA



Saturday, November 01, 2008
BUSCA EL CAMINO

La mujer está saliendo a la superficie, viene del fondo de un sótano, de un lugar claustrofóbico y se dirige a la salida, se ha abrigado para salir porque hace frío, quizás llueve afuera...
Pero no, si miramos bien, la mujer viene de la calle y asciende hacia el piso donde vive. En ese caso, regresa a un lugar cerrado donde se quitará la gabardina y abandonará el paquete que lleva bajo el brazo.
No. La mujer de la foto está en medio, en un lugar inhóspito, donde no es posible permanecer mucho tiempo, un lugar que invita a salir de allí hacia otra parte, un lugar que no es suyo y en el que se encuentra sola.
Friday, October 31, 2008
BOTHISATVAS
Aprender a amar. Porque amar a alguien es mirarlo con amor, en su debilidad, ver por debajo de su careta de agresividad, de reproches, de quejas, de desdén.
Amar a alguien es ver en él lo mejor que hay, lo más inocente, y admirarlo en eso, confiar en esa parte que en él hay, ese don, en sus posibilidades, por encima de nuestra incomprensión a sus actitudes, a veces, o sus defectos o errores.
Amar a alguien es renunciar al amor propio, a pedir explicaciones, a tener derechos adquiridos, a que todo con él nos resulte claro, seguro y fácil, a que nos haga felices, a entenderlo siempre, a que todo en él sea equilibrado, a ser lo único que él necesita para ser feliz
Thursday, October 30, 2008
MI UNIVERSIDAD

Sunday, October 26, 2008
DOKTOR FAUST




Thursday, October 09, 2008
SEMILLA DE RECUERDOS
Quería recoger imágenes del viaje para mi blog. Hice muchas fotos con el teléfono móvil, para pasarlas al ordenador a la vuelta. Siracusa, su catedral, construída con las columnas dóricas de un templo griego, como imagen del ciclo eterno de destrucción y reconstrucción. Los ojos de Santa Lucía, en su plato (exvotos de ojos, de plata y oro de sus fieles, expuestos junto a la estatua de la joven degollada). Las calles de Palermo, con su belleza demolida y decadente. Los mercados, los teatros, Taormina, templos de Agrigento enmarcados en campos de tierras ocres y verdes cipreses, almendros y olivos centenarios, el mar (los mares), Cefalú y su playa adonde bajé a mojar mis pies y a aspirar por la nariz el agua del Tirreno. Esas nubes que en la tarde convierten la luz celeste en ambarina y roja. Ese cielo azul turquesa increíblemente intenso. Esa brisa salina en la noche.

Ahora, queda sembrada la semilla de un recuerdo. Como ese lugar de jazz, en la noche de Palermo, tomando unas cervezas con los nuevos amigos, escuchando un cuarteto de Quebec (ese piano con toques monkianos y ese sonido del saxo, puro, reconocible).

Deseoso de realidad, para el viaje elegí "Fiesta", de Hemingway, pensando en vivir este viaje como un hombre de acción, como lo fue el novelista (vitalista, sportman), que descubrió al mundo las fiestas de mi ciudad natal. Creí que sería una buena compañía por esas tierras sensuales del Mediterráneo.

Un impulso semejante al que me hizo bajar a la playa de Cefalú, únicamente para mojar mis pies y aspirar el agua marina, sellando sensorialmente el espectáculo visual que me rodeaba.
Sunday, September 28, 2008
ENCARNACION EN SICILIA





¿Será este el secreto de la isla? La cultura ¿supone acaso superar la belleza? Acaso es algo tan natural como la comida, como el sonido de los campos y del mar. Como el pescado, que Barcelo una y otra vez representa, lleno de consistencia material, disponible para el banquete.
Monday, September 22, 2008
EN MEDIO DE LA VIDA
Luego, mi amiga la del pelo irlandés, me ha enviado un correo en el que comparte conmigo un poema hermoso de Pedro Casaldáliga, que resume esa misma idea, sin necesidad siquiera de mencionar a Dios:
Al final de camino me dirán:
- ¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
Abriré el corazón lleno de nombres.

Y está bien, porque es ahí, junto e ellos, donde está la vida.
(Para Natxo)
Thursday, September 18, 2008
MADONNA EN SEVILLA
El espectáculo resultó rabiosamente americano. Quiero decir: mucha energía… pero una total falta de estilo. Derroche, superficialidad, exceso. Como las cadenas de oro de un rapero. El montaje, tan pretencioso como banal. La música, absolutamente prescindible. Pero toda la potencia del mundo y todos los medios técnicos imaginables. Potencia…pero sin criterio. Inanidad.

Lo peor: el innecesario batiburrillo pseudo-espiritual que nos largan a mitad de concierto, que no viene a cuento para nada. Ver proyectados en las pantallas gigantes nombres como el de Jesús-Buda-Jehová-Krishna…me resultó desagradable por frívolo. Como propone la Nueva Era, la espiritualidad se presenta como un ”totum revolutum”: todo es igual e intercambiable...y, claro, todo acaba vaciándose de contenido. Todo acaba siendo igual a nada. Para colmo, me dicen que Madonna se acaba de convertir a la Cábala: ¡cualquier cosa!
Patético resultó el video sobre el pueblo gitano y los pobres del mundo, proyectado ¡en Sevilla! Pura incultura cutre y autosatisfecha, también típicamente americana. Patético, pero sobre todo obsceno, cuando la miseria se proyecta en medio de un escenario que contiene un millón de dólares en cristales de Swarovsky.
Sí. Vale. Un concierto es fundamentalmente algo lúdico. Un juego sin trascendencia. Y así hay que juzgarlo. En este sentido, es todo un espectáculo y merece la pena. Madonna se mueve y hace un despliegue físico impresionante. Todo funciona como un reloj. No importa demasiado que utilice el play-back. Se le perdona. No importa que esté fría. Se le perdona. Que no haga ningún bis. Se le perdona todo. El público es incondicional.
Pero lo que Madonna pone sobre el escenario es chabacano, desde el vestuario, hasta el sexo (esos movimientos pélvicos compulsivos dirigidos al público…). Al final, puro infantilismo, como el juego de la comba o el boxeo.
Sólo la autoparodia de las cuatro etapas de su carrera (con dobles disfrazadas de Madonna) tiene el sello de la ternura…ella enfrentada a la que fue…despojando a la que fue con furia de sus adornos de novia (de su virginidad) y los pechos falsos de Gaultier. Igual de tierno que su intento de volver al comienzo…a la guitarra rockera. Cuando empezó a tocar de verdad música con un grupo juvenil. Cincuenta años después, todo parece demasiado falso. Aunque funcione la caja registradora.
Yo que Obama, pediría que suprimieran mi foto, como fin de fiesta del concierto.
Friday, September 12, 2008
EN LA FILA
Nos enteramos de que las estrellas amarillas que vendían en las tiendas tenían mejor calidad que las hechas en casa. Lucían más iguales las puntas, y eran rígidas, gracias al cartón duro sobre el que iba cosido el fieltro.
Cuando alguien era deportado, se celebraba una fiesta de despedida. Se comía bien, se reunía toda la familia y amigos, había abrazos al deportado, deseos de volverse a ver muy pronto…
La docilidad ante todos estos sucesos resulta tremenda. Un policía se basta para detener a cientos de judíos jóvenes, fuertes…y conducirlos en fila hasta un barracón donde se les encierra bajo llave, sin que haya una protesta. Creen todo lo que les dicen. Todos colaboran, e incluso bromean con el policía, al que consideran “simpático”. Fácilmente se entusiasman con la idea de ir a trabajar a Alemania y se apuntan voluntarios al viaje en tren: son listos, ocuparán los mejores puestos, y viajarán más cómodamente (a razón de sesenta personas por vagón…y no ochenta). Les espera la aventura, la independencia.
La inocencia continúa al llegar a la estación. Allí, con apenas el apremio de unos golpes y unos empujones, les hacen formar una gran fila de tres mil personas. En el centro de la fila, se tarda unos veinte minutos en llegar a un punto donde un médico dedica dos o tres segundos a examinar al siguiente y enviarlo a uno de los dos grupos que se forman a cada lado. El joven protagonista de la novela ante el doctor saca pecho y le sonríe. Le tranquiliza la expresión bondadosa de su rostro, el color claro de sus ojos…hasta cree que le ha caído bien.
Luego, progresivamente, paso a paso irá cada uno comprendiendo cómo son las cosas por allí. Irá descubriendo las chimeneas, las duchas…el gas. Todo poco a poco, pasando al siguiente nivel, asimilando así las cosas.

Al volver a casa todos aconsejan al deportado que olvide su pasado, como única forma de iniciar una nueva vida. Tiene dieciséis años y sólo ha pasado un año en los campos. Entonces, Imré Kertész dice lo que piensa ahora: que nunca se puede empezar una nueva vida, habría que perder la memoria. Uno no es un sujeto pasivo de las circunstancias. Uno no tiene un destino trágico: el destino de los judíos lo trazaron también ellos mismos, avanzando en fila hacia el matadero, y los húngaros, aceptando lo que sucedía…Eran cosas que pasaban, pero también cosas en las que uno podía construirse, dar pasos, en una dirección u otra. Y por eso ese destino era el que cada uno construía. Y construyéndolo se hacía a sí mismo. Y sólo enlazando con eso podía continuarse la vida, mientras uno recordase.
Engañosa es la mirada al pasado, cuando todo parece concluido (nada concluye). Engañosa, la mirada al futuro cuando todo parece comenzar (nada comienza). En cada momento, única realidad existente, pasan cosas, hay un contexto. Pero dentro de él, está uno con su trayectoria, los pasos que uno ha ido dando y que trazan una dirección, un norte: Irme Kertesz llama a eso la honradez. Olvidar sería verse uno privado de su honradez.
Wednesday, August 27, 2008
IRÈNE NÉMIROVSKY EN MEDIO DE LA TEMPESTAD
Leo, por ejemplo, a Irène Némirovsky, “Suite francesa”, y pienso, como otras muchas veces ¿cómo pudo toda esa gente seguir viviendo durante años en aquella situación, soportando la arbitrariedad de las restricciones impuestas a los judíos por el hecho de serlo, la discriminación ante la complicidad cobarde del resto de los franceses? ¿Cómo Irène –con dos hijas pequeñas a su cargo- y siendo una escritora reconocida, no se puso a salvo? Verse obligada a llevar y hacer llevar a sus hijas la estrella de David amarilla cosida al pecho… ¿Cómo fue capaz de seguir escribiendo cuando todo se derrumbaba a su alrededor, de concebir su proyecto literario más ambicioso en esas condiciones? Creó un mundo de fantasía, que era más real para ella –y más urgente- que la realidad misma, un mundo en el que vivía mental y emocionalmente (planificando el desarrollo de su obra, rodeada de los protagonistas de su ficción), mientras se hacía inminente su detención, su deportación, su asesinato. Se quedó esperando, proyectando contar el final de todo aquello en su novela (que tendría “mil páginas”). Quizás nadie pudo suponer la atrocidad del genocidio: en ese tiempo era todavía inconcebible el asesinato como proyecto político. Cuando la realidad cotidiana nos ahoga, a veces necesitamos crear un espacio donde soñar y crear, para seguir respirando. No es retirarse, es trascender lo inmediato.

El problema es que seguimos pensando que siempre tiene que existir una causa para todo. Que las cosas obedecen a una lógica. Para ser detenido, para ser ajusticiado, uno ha tenido que hacer algo grave. Uno tiene que ser culpable. Pero Irène había leído a Kafka y sabía que la vida no es razonable.
Igualmente absurda fue la suerte del manuscrito de “Suite francesa”, llevado de aquí para allá en una maleta, casi inadvertido, inédito durante sesenta años, para hacer resucitar en pleno siglo XXI, como un milagro para nosotros, con toda su frescura a esa mujer judía que en la primavera de 1942 escribía sin énfasis, con sabiduría, con objetividad, serenamente, con poesía también, estas páginas, en medio de la Tempestad que la arrastraría a la muerte ese mismo verano.
Tenía Irène treinta y nueve años.
Monday, August 18, 2008
EL HEROÍSMO DE LO VULGAR
He leído “El periodista deportivo”, del escritor americano Richard Ford. Era un libro que un día comencé y dejé (como tantos durante el curso) por otras ocupaciones. Ya no pensaba en él, pero me vino a las manos cuando no tenía otra cosa que leer.
Portnoy dijo de este libro: “El periodista deportivo es un canto a la vulgaridad, en muchos aspectos terriblemente conservadora, que conduce a la anulación del individuo, a su dilución en la masa”. Él leyó el libro –según entiendo- en clave irónica, como una crítica al modo de vida americano.
Yo no comparto esta opinión. Me gusta el libro y creo en ese personaje que, frente a los embates de la vida (muerte de su hijo de diez años que motiva la ruptura de su matrimonio), sabe salir a flote a base de aferrarse al día a día, disfrutando lo que cada momento le trae. Ese hombre que es capaz de volver a enamorarse una y otra vez.
Frank Bascombe, el escritor que decide ser un vulgar periodista deportivo, es un hombre que disfruta de su trabajo, de los viajes, de conocer a otras personas, que transmite a los lectores la épica del deporte.

Al parecer, el propio Ford ejerció como periodista deportivo a raíz del fracaso de su segunda novela y pensó que le gustaría seguir con ese trabajo, pero lo perdió. Entonces, buscando un tema para su nuevo libro, su esposa le planteó la posibilidad de escribir sobre alguien que es feliz. Leyendo las declaraciones de Ford a “Babelia” no parece que al escribir el libro tuviera un propósito crítico hacia el sistema de vida americano. “Yo tenía una concepción muy romántica de los personajes de las novelas. Eran siempre tipos conducidos por la angustia, sometidos a terribles torturas psíquicas, preocupaciones... Así que decidí cambiar mi visión del mundo. Lo primero que voy a hacer, pensé, es darle al personaje un trabajo que le guste. Y le di un trabajo de periodista deportivo. Luego pensé: una persona feliz es probablemente alguien que ha sido infeliz en el pasado y que intenta ser feliz. Y ésa es la manera en que llegué a Frank. Ésa es toda mi concepción de Frank Bascombe”.
Es, por lo tanto, un libro de alguien que vive entre dos muertes –la muerte de un hijo, es un poco una muerte anticipada a la que uno sobrevive- y en cierta forma, su vida ya es, a partir de esa ruptura, distinta, una especie de tiempo de prórroga, que tiene que ocupar hasta que llegue su propia muerte. La vulgaridad de una vida que se sobrevive a sí misma creo que tiene algo de heroísmo. Frank Bascombe hace lo que puede. Es un hombre bueno, que intenta ser honrado. Intenta ser buen padre, intenta ser buen esposo, incluso un buen yerno. Probablemente sus miras son muy bajas, probablemente el protagonista se conforma con una versión aligerada de la felicidad (una “felicidad posible”). Pero es que se trata ya de sobrevivir.
El heroísmo del superviviente es un heroísmo oculto, que a veces lleva la máscara del conformismo, impuesta por la necesidad de convivir con los sueños rotos, con la desgracia que ha destruido la posibilidad de una vida feliz. Eso sólo lo puede comprender quien lo ha vivido.
En la novela, los padres, divorciados (huérfanos de su propio hijo), se reunen cada año junto al cementerio, para recordarlo, en la madrugada del día de Acción de Gracias (como si siguieran siendo una familia). Es un encuentro que rinde homenaje a la felicidad perdida. Esa tumba es (y será emocionalmente) un vínculo entre ambos, aunque vivan vidas distintas. Mientras tanto, sus vecinos juegan al tenis y en el aire de la urbanización le llega a Frank el aroma del agua clorada de las piscinas.
Foto de Fred R. Conrad,The New York Times
Monday, July 28, 2008
COMO LA LUNA
Fogg quiere dejar que las cosas sigan su curso, que el azar marque el rumbo de su vida (llegar lo más lejos posible y ver qué pasa allí). Aprenderá que todo, en esta vida, tiene consecuencias. Pero, como le dice su tío Víctor al despedirse de él, con el tiempo las cosas se van conectando y al final todo va a salir bien. Todo fracaso y todo éxito son momentáneos y relativos. Forman parte de una trama cuyo dibujo sólo se ve al final.

Fogg, con esa filosofía, llegará a la indigencia y casi a la locura, viviendo como un mendigo en el Central Park. Allí, en el parque, los hechos confirman su tesis: cuando se esfuerza por conseguir comida no logra nada y es cuando desiste de intentarlo, cuando se da por vencido cuando llegan los milagros (alguien se acerca y la larga un billete de cinco dólares, por ejemplo). El milagro no se puede provocar, no está disponible. Llega cuando uno ya no lo pide.
En la novela, los protagonistas pierden y ganan fortunas constantemente. Lo mismo pasan hambre que reciben herencias o encuentran un tesoro. Incluso son capaces de regalar una casa o de repartir dinero a los desconocidos. Esto es muy americano. Todo es transitorio. El dinero entra. El dinero sale. Se va y vuelve. Y vuelve a escaparse de nuestras manos. Como la felicidad. Y uno nunca es rico ni pobre, feliz ni desgraciado.
Thursday, July 24, 2008
EL MILAGRO IMPOSIBLE

Lo más probable es que se trata del acto cínico e hipócrita de un malvado. Alguien podría estar tentado a pensar, por muy descabellado que fuera, si probar durante doce años la vida de una buena persona puede cambiar a alguien como él. Quizás sea ahora un hombre distinto ¿Se llegó a creer su personaje? ¿Llegó a querer a sus pacientes? ¿Llegó a gozar del amor que su personaje despertaba? Borges decía que no existe "el asesino", que es una abstracción, sino Raskolnikov, que es un ser humano. Y cada ser humano es capaz de todo lo bueno y de todo lo malo. ¿Transformó al criminal el cariño de esos niños del barrio que le llamaban "Papá Noel"? ¿Llegó a desear, en algún instante, el milagro de ser realmente bueno?
Como cristiano creo en la posibilidad de ese milagro -el deseo de conversión- y creer en ello es uno de los actos de fe que más nos cuesta hacer a todos (creo que en el poder transformador del amor). Pero la justicia ha de cumplirse. Parte de ella -aunque esa bestia no haya cambiado- es el haber podido ser otra persona por un tiempo. Un hombre bueno. Pero tal vez es un milagro imposible.
Monday, July 21, 2008
CON OTRA MIRADA
La gente vuelve a llevarse la nevera con comida a la playa. Los chiringuitos dicen que no venden. Hay quien se quita de fumar y quien se va de la primera línea de playa a la quinta o sexta. Hay quien deja el cambio de coche para dentro de un par de años (todavía está bueno y con arreglarle un poco los bollos puede seguir sirviendo). No se vende lo que se vendía…pero se venden otras cosas. Se venden neveras. Se venden chicles para dejar de fumar. Se venden billetes de autobús para llegar a la playa. Se reactiva el negocio de chapa y pintura.
Habrá que cambiar, habrá que reciclar, habrá que buscar sucedáneos de productos caros, habrá que volver a las vacaciones en el pueblo con los abuelos, a la partida de tute por las tardes y al paseíto por la plaza cuando la fresquita. Hay que aprender de nuevo a disfrutar de la terraza de tu casa en lugar de buscar la cerveza en el chiringuito. Disfrutar del tiempo para leer el periódico, en lugar de comprarlo para no leerlo.
Pero todo esto ya lo hemos vivido antes. No llevamos tanto tiempo siendo un país rico, cuyos habitantes se van en masa una semana a Viena para apoyar a su selección de fútbol. No llevamos tanto tiempo siendo un país que no encuentra camareros ni albañiles entre sus nacionales. No hace tanto tiempo que en este país arreglaban medias suelas los zapateros remendones, para que siguieran sirviendo los zapatos. No hace tanto tiempo que las mujeres aprendían a coser y se arreglaban la ropa, o se le sacaba el dobladillo a las faldas y a los pantalones. No hace tanto tiempo de las sopas de sobre, o la pastilla de caldo concentrado, ni hace tanto tiempo del puré de patatas, del filete de hígado de cerdo o de la leche frita de postre.
Esta mañana iba al trabajo por la ruta de costumbre y me daba cuenta que el tiempo es muy sabio. Allí estaba el convento de monjas con esa jaula de hierro haciendo las veces de balcón medieval. Al lado, el monumento a Rodrigo de Triana, gritando a los marineros desesperados: “Tierra”. Justo enfrente, la Iglesia moderna de muros de ladrillo y campanario de piedra, que siempre me recuerda a Madrid. Allí, el Instituto con los nombres de los Enciclopedistas franceses. Más adelante, el tempo de estilo barroco americanista, con su frondoso ficus gigante. Allí también el impresionante graffiti sobre una pared, puro arte de este siglo. Toda la historia del mundo en una sola calle. Cuántas alternativas económicas no habrá visto pasar este pueblo. Y entre esos edificios, las tiendecitas (muebles, zapatero, cestería, se hacen fotocopias…) y tabernas, placitas y quioscos. Lo popular y de siempre. También los vacíos concesionarios de coches y las excesivas sucursales bancarias.

Tiempo, poso. Y desde esta experiencia de la vida, con Rodrigo de Triana, esperanza mirando más allá del horizonte.
Friday, July 11, 2008
CULTURA
Y yo recordaba algunos de los chistes de Chumi Chumez, ese humorismo violento que denunciaba la educación como forma de encubrir la barbarie.